Sophie
Miro a mi alrededor mientras camino hacia el sillón ubicado en el porche a la entrada de la que será mi nueva casa de ahora en adelante. Estoy verdaderamente agotada.
Las mudanzas no son algo nuevo para mí, pero aún así no dejan de ser agotadoras.
Esta, en especial, me ha dejado sumergida en el cansancio.
Miro alrededor. Es un lugar hermoso.
Un suburbio residencial exclusivo, creado dentro del concepto de brindar a personas con problemas de salud un ambiente agradable, al igual que a sus familias, ubicado cerca a los mejores centros de salud de la ciudad de Atlanta.
Después de varios años de enfrentar los problemas de salud de mi esposo, y ahora que ha llegado el momento de cuidar de mi madre, he sentido la necesidad de hacer todo lo posible para que la carga que representa manejar situaciones como estas, sea más llevadera para mi y para ellos.
A mi edad, las cosas ya no son tan fáciles de llevar. Tengo 50 años, aunque a muchas personas les cuesta creer que esa es mi edad y se sorprenden al saberlo ya que en realidad no los aparento.
Este lugar será bueno para mi...
Amplios espacios al aire libre con senderos para caminar y hacer ejercicio. Plazas con bancas y parques junto a árboles que serán un buen sitio para llevar a mi madre y leerle un poco.
La cercanía al hospital donde mi esposo recibe su tratamiento para el cáncer que padece desde hace más de 10 años, seguramente representará un alivio para la angustia que siempre me embarga al pensar en las urgencias que hemos tenido durante este tiempo.
Maldita enfermedad...
Se lleva lo mejor de quien la padece y de quienes los rodeamos....
Mi padre falleció de lo mismo y fue una experiencia dolorosa para todos, pero en especial para mi ya que fui la encargada de cuidarlo durante algo más de dos años, tiempo en el que con impotencia vi como la enfermedad lo consumió hasta la muerte.
Respiro el aire limpio del lugar mientras me pongo de pie para terminar de organizar las últimas cajas que se encuentran en la sala de la casa.
Al ingresar me siento satisfecha. Es una casa hermosa. Una sala amplia que se une al comedor y una cocina de concepto abierto, completamente blanca. Una puerta de cristal corrediza que da al jardín posterior.
En la primera planta hay dos habitaciones, una que ocupará mi madre, con todo lo que una persona de su edad y senil necesita para estar cómoda.
La segunda la utilizaré como estudio.
En la segunda planta hay tres habitaciones con sus baños. La principal que ocuparemos mi esposo y yo, tiene su propio baño, muy amplio y cómodo con todo lo que él pueda llegar a necesitar, una gran puerta de cristal que da a un amplio balcón con vista al jardín, las otras dos estarán disponibles para cuando nuestros hijos vengan de visita.
Pero lo que más amo de este lugar es una zona construida al lado de la casa. Un salón con piso de manera firme, grandes espejos de pared a pared y barras de sostenimiento. El vendedor me explicó que los anteriores dueños tenían una hija que había sido bailarina la cual enfermó de esclerosis múltiple, y que habían construido este salón para que ella pudiera bailar allí hasta cuando ya no pudo hacerlo más.
Una de mis auto terapias para evitar el estrés extremo, es escuchar música fuerte con mis audífonos y bailar mientras lo hago, así que saber que tendría un espacio exclusivo para hacerlo, fue un atractivo más al comprar esta casa.
No lo he mencionado, mi nombre es Sophie Aschever, y como lo mencioné anteriormente, tengo 50 años.
Me dirijo hacia la cocina con la última caja en mis brazos. Contiene las vajillas y los cubiertos. Termino de organizar y me dirijo a revisar las habitaciones. Compruebo que la temperatura sea la adecuada, tomó mi teléfono para llamar y avisar a mi prima Julieth que puede traer a mi madre a casa.
Llamo a mi esposo, su nombre es Peter Knigth y tiene 58 años. Estamos juntos hace ya casi 30 años. Tenemos cuatro hijos, todos adultos ya.
Cuando responde mi llamada, escucho su voz algo más animada que en otras ocasiones.
-Hola, ¿está todo listo?- me pregunta.
-Hola- respondo, -Si, todo listo, ¿crees que puedas conducir, o voy a buscarte?
-No te preocupes, hoy me siento algo mejor, no es mucha la distancia, así que conduciré, así podrás descansar un poco - responde.
Y en realidad agradezco que hoy sea un buen día para él, estoy muy agotada y trasladarme a nuestra antigua casa en un taxi para luego conducir de regreso, sería un esfuerzo más.
Decido tomar una ducha. Mientras el agua tibia corre por mi cuerpo siento alivio, realmente deseo que esta nueva etapa de mi vida no sea tan frustrante como las anteriores.
No ha sido fácil mudarme a este lugar, pero si logro alcanzar la estabilidad, con todo lo que ofrece para mi familia y para mi, estaré satisfecha.
Mientras lavo mi cabello, mi mente viaja al pasado.
Realmente he alcanzado muchas cosas, una casa soñada, un buen plan de retiro, buena salud para mi, aunque no sea lo mismo con mi esposo, cuatro hijos maravillosos, pero no siempre fue así... Hay aún dolor... uno que se revuelve cada vez que miro mi reflejo al espejo...
FLASH BACK
Abro mis ojos y por unos segundos no logro identificar el lugar donde me encuentro. Un fuerte dolor en mi rostro me trae poco a poco los recuerdos...
Miro alrededor, estoy en el pequeño apartamento de mi hermana Angelique. Desde hace un mes estoy en este lugar, mientras ella está de vacaciones. Nunca hemos sido las mejores hermanas, pero debo agradecer que me haya permitido quedarme aquí ahora que decidí dejar a Alfonse...
Me levanto para mirarme al espejo y veo mi rostro, un gran hematoma ha empezado a formarse desde mi pómulo derecho, alcanza mi nariz y mi boca, la cual está muy hinchada, siento un terrible dolor en mis dientes y hay algo de sangre seca que sale de una de mis fosa nasales.
Un dolor en mi costado derecho me hace levantar mi vestido para encontrarme con un hematoma enorme justo debajo de mis costillas y otro en el abdomen ...
Lo hizo... al fin lo hizo...
Alfonse me dio la gran golpiza que tanto había prometido...
No he logrado entender como una persona que dice amarte puede hacerte tanto daño al mismo tiempo...
Los recuerdos vienen a mi mente en medio del dolor insoportable que estoy sintiendo y de la casi incosciencia en la que me encuentro.
Estamos casados desde hace dos años...él es el padre de mi Daniel. Fue mi primer novio, es cinco años mayor que yo, pero era un joven amable y muy comprensivo con las terribles situaciones que mi familia horriblemente disfuncional vivimos.
Al terminar la escuela quería entrar a la universidad, pero sentía temor de que mis problemas familiares fueran un impedimento, por lo que le dije a mi madre que me iría a vivir a casa de mi abuela. Pero ella se negó rotundamente, no quería que yo repitiera la historia de Angelique, quien se había embarazado a los 17 años. Así que simplemente lanzó la frase "Solo saldrás de esta casa el día que te cases y vestida de blanco".
Así que lo hice, me casé con Alfonse..., error número uno, el segundo fue irnos a vivir a casa de su familia.
No se si en aquel entonces lo amaba, pero se que ya no... él se encargó de lograr eso...
Es muy posesivo, y sus creencias religiosas no ayudan, aunque en un principio yo creía compartirlas también y asistíamos juntos a las reuniones de algo que resultó siendo lo más parecido a una secta, en la que la principal doctrina era creer que a través del sexo se puede llegar a la realización espiritual, negándose al placer físico... absurdo... pero... yo era tan ingenua en aquel momento y creía todo lo que él decía y lo que sus líderes enseñaban...
Cuando nos casamos era virgen, y no tenía idea de cómo sería esa primera noche, me imaginaba una escena de película romántica... todo lo contrario a lo que sucedió... Esa noche empezó mi decepción...
Alfonse decía que debía cuidarme y tomar anticonceptivos, porque yo aún no entendía cómo era el poder abstenerse del placer sexual y probablemente lo haría "caer", así que si llegaba a suceder eso y resultar en un embarazo, sería una vergüenza para sus líderes...
Así que comencé a cuidarme.
Recuerdo lo culpable que me hacia sentir cada vez que teníamos relaciones y él alcanzaba un orgasmo.
Con él, nunca experimenté placer, no me lo permitía...
Pero aún así quedé embarazada, pues una que otra vez olvidé tomar la píldora...
Recuerdo lo terrible que fue para él enterarse del embarazo...
Recuerdo lo enojado que estaba, la manera como me culpó, como se culpó, todo lo que insistió en que debíamos hacer algo, las bebidas, el ejercicio arduo, las inyecciones, pero nada funcionó... yo no quería abortar a mi bebé y tal vez ese deseo tan fuerte de tenerlo, logró que nada funcionara.
Recuerdo como l final terminó aceptándolo, y como su trato se volvió más tosco hacia mi...
Recuerdo cuando sus amigos decían que él se encontraba en la búsqueda de alguien que le sirviera para su ritual sexual, por que yo lo había hecho caer... Dos veces más absurdo...
Lo sorprendente que fue para mí era que nada de eso me afectara, me enfoqué solo en mi bebé, en mis estudios y en mi trabajo, una rutina difícil pero muy satisfactoria.
Recuerdo como con el tiempo se acostumbró al hecho de que sería padre, consiguió un mejor trabajo y dejó de asistir a sus reuniones y cómo llegue a creer que podríamos empezar a ser una familia normal.
Recuerdo lo felices que su madre y su hermana, con quien vivíamos, estaban con la noticia, no tenían idea alguna de cómo era nuestra vida luego de cerrar la puerta de nuestra habitación. Sabíamos disimular muy bien.
La casa de su familia era relativamente grande, así que su madre le propuso dividirla y construir un apartamento para nosotros y nuestro bebé, tercer error...
Las remodelaciones no son fáciles y los imprevistos siempre están a la mano.
Recuerdo una de mis peores noches cuando estaban cambiando el techo... cayó un aguacero infernal y toda la casa se inundó, todos tuvimos que levantarnos para sacar el agua que había logrado llegar hasta las habitaciones.
Recuerdo el enojo de su madre y eso era algo que él no toleraba, la mujer se volvía muy hiriente en momentos como ese. Estaba en mi séptimo mes de embarazo, pero aún así ayudé a sacar el agua, a riesgo de sufrir una caída, aún en contra de las recomendaciones de su hermana, quien temía que yo sufriera un accidente.
Recuerdo a Alfonse no soportar la presión y en medio de su ira y frustración soltar una frase que jamás pude olvidar "Todo es culpa de ese niño que no debería nacer..."
Recuerdo que ese día, el poco amor que aún sentía por él, murió...
No sé si con el tiempo se arrepintió de sus palabras. Solo se que al nacer Daniel, su actitud fue diferente, tal vez al mirar el hermoso rostro de mi niño, su dulzura, el endurecido corazón de Alfonse se quebró, por que durante estos dos años, no puedo decir que no ame a su hijo, y es tal vez por esa razón que me quedé tanto tiempo a su lado...
Y la razón por la que ahora me encuentro en esta situación...
FIN DEL FLASH BACK
....
-¿Sophie?¿Estás ahí?
La voz de Peter me trae al presente. Cierro la llave del agua y tomo una toalla para secarme. La envuelvo sobre mi cabello y me cubro con una bata de baño.
-Hola - respondo, -No tardaste mucho en llegar, ¿estás bien?
Pregunto mientras observo el rostro algo pálido de mi esposo.
-No es tan lejos como imaginaba- me responde mientras se sienta sobre la cama. -Estoy bien, tranquila, es solo que hace mucho tiempo no conducía, estoy algo mareado- añade.
Me dirijo hasta el closet para tomar mi ropa interior, unos pantalones cortos y una camisa de algodón.
-Descansa un poco, voy a preparar la cena mientras Julieth llega con mamá- le digo mientras vuelvo al baño para vestirme.
Mi relación con Peter se ha vuelto así, tranquila y triste, es una de las cosas que su enfermedad ha causado.
Al salir ya vestida lo encuentro acostado sobre la cama, mira un partido de fútbol en la televisión frente a nuestra cama.
-¿Quieres comer algo antes de la cena?
Le pregunto a lo que él responde negando con su cabeza.
Me dispongo a hacer una cena nutritiva en especial para Peter, algo que no acostumbro a hacer, su dieta es especial y estricta, por ello decidimos contratar el servicio de un restaurante especializado en comida macrobiótica, el cual le suministra a diario su almuerzo y su cena. Pero hoy, debido a la mudanza no pudieron enviarlo. Yo solo me encargo de su desayuno y las meriendas. Intenté durante mucho tiempo preparar yo misma sus comidas, pero siempre había algo que le caía mal, así que en definitiva, contratar ese servicio ha sido lo mejor.
Amo esta cocina. Desde la ventana puedo ver el jardín y aunque ya está anocheciendo las tenues luces le dan un toque romántico a la pequeña piscina rodeada de algunas plantas.
Mis hijos amarán ese lugar, seguramente les traerá muchos recuerdos felices.
Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido del timbre y me dirijo hacia la puerta para abrir.
-Buenas noches querida prima, he traído a tu madre sana y salva.
Es la voz de Julieth quien entra llevando de gancho a mi madre.
-Hola Julieth, te lo agradezco mucho. ¿Cómo estás mamá?
Mi madre responde con su voz baja, diciendo que se encuentra bien y que la han traído de visita, pero que no piensa quedarse mucho.
-Me he reído mucho con todas las cosas que la tía ha inventado mientras viajamos hasta aquí, es muy divertido, pero también es muy triste verla así- me dice Julieth mientras me acompaña hasta la habitación de mi madre.
Mi madre fue una excelente catedrática universitaria en una prestigiosa institución en San Diego hasta su retiro, pero la vejez le ha llegado con una fuerte senilidad, y yo prefiero cuidarla a llevarla a una casa de retiro especializada, no confío en esos lugares.
Es triste ver como una mente brillante se va perdiendo con el deterioro de la vejez.
-Si, es triste Julieth, creo que no es justo para ella, pero es lo que le ha tocado.
Mientras sentamos a mi madre en un cómodo sillón y le enciendo la televisión con un programa de concurso Julieth le dice que su habitación es muy hermosa, que no puede quejarse de lo bien que estará en el lugar.
Al salir de la habitación Julieth recorre un poco la casa antes de preguntar
-Y...¿Peter ya llegó?
-Si, está en la habitación- Respondo.
Su pregunta me incomoda un poco. Hace algunos años tuve dudas acerca de si ella y Peter tuvieron un romance. Nunca pude comprobarlo, aunque no hubiera sido raro. Mi esposo no siempre fue un hombre fiel.
-¿Puedo subir a saludar?- pregunta
-Claro, aunque ya sabes que ahora no le gusta recibir visitas- le respondo
-Bueno, espero que no se moleste -responde mientras sube las escaleras.
-¿Te quedas a cenar?- pregunto
-Si- responde ella
Algunos minutos más tarde subo a mi habitación para llevar la cena de Peter. Al entrar veo a Julieth, acostada en mi lado de la cama escribiendo en su celular, ríe de algún chiste que Peter ha hecho. Ella siempre ha sido así.
Julieth es la menor de mis primas, y casi una pequeña hermana para mí, por eso siempre tuvimos mucha confianza. Nunca me importó si se metía en mi cama y se acostaba entre Peter y yo mientras veíamos una película o un partido de fútbol. Pero todo cambió cuando tuve sospechas de que algo había sucedido entre ellos.
Pero ha pasado ya tanto tiempo de eso, que verla allí solo me da espacio para que vuelvan los buenos recuerdos.
-Eso huele delicioso Sophie, siempre he dicho que tu sazón es de las mejores de la familia- dice ella mientras se levanta de la cama.
Peter lo hace igual para sentarse en la mesa que hemos dispuesto para que tome sus alimentos en la habitación.
-Gracias nena- me dice con una sonrisa tierna.
Me sorprendo ante el apelativo cariñoso, hace ya tanto que ha dejado de utilizarlos...
-Bueno Pete, me voy, disfruta la cena- dice Julieth mientras le da un abrazo por la espalda.
Bajamos juntas las escaleras hasta el comedor donde mi madre ya se encuentra cenando, nos sentamos y mientras cenamos conversamos, reímos, nos ponemos al día de sus hijos, de los míos, de la familia, promete que en unos días vendrá para que hagamos una reunión junto a la piscina.
Un tiempo después Julieth se despide y al marcharse, retiro los platos de la mesa y me dispongo a llevar a mi madre a su habitación y organizarla para que duerma.
Subo a mi habitación, Peter ya se ha dormido y solo se encuentra encendida la luz tenue de una lámpara en la mesa de noche a su lado. Recojo los platos de su cena y bajo a organizar la cocina.
Tomo mi teléfono celular y hago una videollamada a mis hijos, tenemos un grupo en WhatsApp, y aunque todos se encuentran en un lugar diferente, podemos estar juntos aunque sea de manera virtual.
Están felices por la nueva casa, acordamos buscar una fecha en la que puedan coincidir para venir a visitarnos, y luego de charlar y bromear terminamos la llamada.
Los extraño tanto...
Luego de sacar la basura, apagar las luces y revisar la seguridad, subo a mi habitación, me pongo un pijama, me acuesto y siento a Peter acomodarse en la cama, termina el día en una nueva casa, pero sigue siendo la misma rutina.
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Updated 101 Episodes
Comments
Vilma Maestre
es fuerte esa enfermedad, yo ya lo viví /Frown/
2025-07-12
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Adoración del Carmen Martinez sonni
imagino q el esposo no es el q la golpeaba 🤔🤔🤔
2024-02-25
0
Yesi Vera
y después de golpearla lo cuida 10 años
2023-08-12
0