Narrador omnisciente.
Alan dejó a su hermana en la cubierta del barco y se dirigió hacia el interior, con la intención de informar al Capitán sobre su llegada.
Se detuvo en el umbral de la puerta, erguido y con un aire de respeto.
— Mi Capitán, solicito su permiso para hablar — dijo, mientras permanecía de pie, esperando una respuesta.
El Capitán, absorto en sus propias ocupaciones, no levantó la vista de su trabajo.
— Permiso concedido —respondió, con un tono de voz que no denotaba ninguna emoción.
Alan, sintiendo una mezcla de inseguridad y nerviosismo, continuó hablando.
— Mi hermana ha llegado, tal como habíamos hablado previamente, y ahora, Capitán, quisiera saber si tiene la intención de permitir que se quede con nosotros a bordo — preguntó, con una leve preocupación en su voz.
— Lo primero es conocer a tu hermana, ¿te parece? — respondió el Capitán, mientras soltaba un profundo suspiro y se ponía de pie.
— Por supuesto, Capitán, vamos — contestó él, sintiéndose un poco más tranquilo.
Ambos salieron del despacho con pasos decididos.
El Capitán, en lo más profundo de su mente, se repetía que ella no era más que una mujer común, del montón, pero al fijar su mirada en ella, un intenso deseo comenzó a arder en su interior.
Esa chispa lo perturbó de una manera que no había experimentado antes, penetrando en su alma misma.
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Ariana del Cassal.
Mi hermano me reveló que había tenido una conversación con el Capitán una semana antes de que me enviara aquella carta.
Él estaba convencido de que el Capitán me aceptaría, pero se encontraba muy equivocado, ya que en ese momento las cosas no sucedieron de esa manera.
Cuando aparecí, el Capitán me observó con una mirada que me resultó extraña, algo que me generó una gran ansiedad.
No podía entender la razón de esa incomodidad, pero a medida que avanzaba el tiempo, esa sensación de nerviosismo se transformó en una intensa rabia ante su presencia.
— Capitán Strauss, permítame presentarle a mi hermana, Ariana — dijo Alan, señalándome con un gesto.
Observé a la persona que se encontraba junto a mi hermano.
Era un hombre alto, con la piel bronceada que parecía haber sido acariciada por el sol.
Su cabello era castaño, de un tono profundo que contrastaba con sus ojos negros, que destilaban un misterio inquietante.
Las facciones de su rostro eran extraordinariamente simétricas, casi demasiado atractivas, lo que resultaba cautivador, pero al mismo tiempo emanaba una aura oscura y peligrosa que me ponía en alerta.
— Mucho gusto, mi nombre es Ariana del Cassal — dije alzando la mano en un gesto de saludo.
Sin embargo, Alan me hizo señales para que no lo hiciera, indicándome con la mirada que debía evitar ese acercamiento.
Así que, obedientemente, bajé la mano y la mantuve a un lado, sintiendo una mezcla de curiosidad y desasosiego.
— Así que tú eres la hermana de mi quinto al mando — dice con tono despectivo —. Eres una chica que claramente no tiene idea de lo que implica estar en un barco, y mucho menos de lo que significa hacer trabajos arduos. ¿Es eso realmente lo que deseas que acepte como parte de mi tripulación, Alan? — murmura mientras una mueca de molestia se asoma en su rostro.
Su voz es áspera y su acento británico es bastante evidente.
Sin embargo, fue escuchar esas palabras las que me provocaron una intensa rabia.
¡¿Cómo se atreve a dirigirse a mí de esa manera?!
Los demás que están con nosotros nos observan con curiosidad; algunos de ellos parecen divertidos, como si pensaran que me quedaré en silencio y no responderé, pero se equivocan por completo.
— Intente repetir lo que acaba de decir, pero hágalo utilizando buenos argumentos. Quiero que le quede bien claro lo que le voy a decir — me puse frente a él, con su mirada que me intimida, pero no voy a dejarme intimidar. — Usted no es nadie, ni mucho menos me conoce, y para que lo sepa, no soy ninguna niña, así que piense muy bien las palabras que utiliza cuando se refiera a mí, porque podría arrepentirse, puedo aparentar ser un angelito pero la realidad es muy diferente, Capitán.
Terminé de pronunciar esas palabras con una intensidad llena de rabia, y el Capitán me observa con una expresión de sorpresa en su rostro.
Los demás a mi alrededor comparten la misma reacción, incluso mi hermano, quien parece atónito ante mis palabras.
Con una determinación renovada, me doy la vuelta, levantando la cabeza con orgullo y, sin dudarlo, empiezo a descender del barco.
Tras decirle sus verdades al idiota del Capitán, me fui sin despedirme de mi hermano, quien me seguía a la distancia.
No dejé de caminar hasta que tomé un taxi para regresar a casa, poniendo fin a ese día que para mí estuvo lleno de alegría por el reencuentro con mi hermano y de rabia por haber conocido a ese hombre machista, prometiendo no volver a pensar en él.
Cuando llegué a mi casa, le comuniqué de inmediato a Anastasia que no deseaba que nadie me interrumpiera.
En mi mente, había una cuestión que me tenía intranquila:
¿Por qué, en el instante en que conocí al capitán, experimenté una oleada de nerviosismo?
A pesar de que intentaba reflexionar sobre ello, no lograba dar con la respuesta.
...****************...
Narrador omnisciente.
Después de que su hermana se había marchado, Alan tomó la decisión de regresar al barco para confrontar al Capitán y obtener una explicación sobre lo que había sucedido.
Se dirigió hacia la puerta del despacho del Capitán y, al tocarla, se le permitió la entrada.
Al ingresar, lo vio sentado detrás de su escritorio, disfrutando de una copa de whisky.
Alan sintió que la tensión en el aire se volvía palpable, y sin poder reprimir su indignación, se dirigió a él:
— Capitán, — comenzó con una voz firme y clara — quisiera preguntarle, ¿por qué, si habíamos llegado a un acuerdo previamente sobre el ingreso de mi hermana en esta tripulación, usted decidió tratarla de esa forma? Sinceramente, no lo comprendo en absoluto — reclamó con seriedad, buscando respuestas a la situación que lo perturbaba.
— Exactamente. Tú y yo acordamos que hablaría con ella, y ya lo hice. La verdad es que es una rebelde y, por ninguna razón, estará en mi tripulación. Es cierto que tú podrías ser su hermano, pero eso no significa que sepas si cumple con los requisitos que necesitamos aquí. Mi respuesta es negativa, así que te pido que regreses a tu puesto de inmediato — dice con tono tajante y autoritario.
— Esa no es la respuesta que yo esperaba, lo siento, pero como le dijo mi hermana, usted no la conoce. Nadie puede juzgar a una persona sin haberla conocido realmente, ni tratarla mal, porque en algún momento podría arrepentirse y necesitar de quien menos espera. Con su permiso, Capitán — suelta con frustración.
Alan se da la vuelta, listo para marcharse, pero el Capitán lo detiene.
— Alan, espera — le dice, y él se detiene para escuchar lo que el Capitán tiene que decir. — Está bien, será incluida en esta tripulación, pero con una condición.
— ¿Cuál capitán? — pregunta con un dejo de esperanza en su voz.
— Si comete el más mínimo error o desobedece mis órdenes, la bajaré de mi embarcación, sin importar que estemos en alta mar, ¿está claro? — advirtió, con un tono de seriedad que no admitía réplicas.
— Como ordene, capitán, iré a buscarla de inmediato — respondió con calma, saliendo del despacho con una expresión de satisfacción.
El Capitán dejó escapar un suspiro, cargado de resignación y frustración por lo que acababa de expresar.
Esa mujer había encendido en él una llama que había permanecido apagada durante mucho tiempo, y aunque lo sabía, no podía evitar sentir que su presencia podría acarrear serios problemas.
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Comments
🇻🇪🌹❤️🔥Yoleida🔥❤️🇻🇪🤩😍
a este capitán le sacudieron la proa con solo mirar desde lejos a quien le quitará su paz y le redirigirá su destino. Ariana casaste gran estrago en este capitán y el en tí.
2025-04-19
1
Maria Eugenia Romero Viñoles🤡
Uy mi Capi está es la mujer que lo hará vestir sin calzones 😆😆😆😆
2025-03-28
3
💞Agustina Intriago 💕🌙
Llegó quien le quite la paz al capitán
2025-04-25
1