Si me preguntarán si quiero llevar esta clase de vida, hubiese dicho que no, pero es lo que hay.
Soy Gael Montero, tengo 35 años. Nací dentro de las organizaciones más grandes de la mafia, junto a mis dos hermanos. Elegí llevar esta vida para que mis hermanos estuvieran fuera de esto. Ante la sociedad, soy un magnate dueño de algunas multinacionales, pero solo es fachada.
En el mundo criminal, soy uno de los cinco jefes de la organización de la mafia. Más conocido como el "Fantasma Sombrío", no tengo piedad con mis enemigos; la traición se paga con la muerte.
Por otra parte, no dejo de pensar en el hacker que tuvo la osadía de entrar a mi sistema. Cuento con el mejor experto en esa área, y lo superó. Así que ese hacker acaba de mandarme su carta de presentación.
Toc—toc.
—Jefe, soy Carlos —dice con su rostro cansado y ojeroso.
—Pase —digo serio.
—Lo he encontrado, al hacker.
—Jefe, déjame decir que no he dormido; estuve toda la noche y no encontré ninguna información digital donde pudiera rastrearlo, así que solo pude analizar su programación para ver si había dejado su huella digital en él. La persona que desarrolla el programa es muy inteligente.
—Ve al grano —digo serio e impaciente.
—Jefe, la hallé —dice emocionado.
—¿Quién es el chico? —pregunta Gael.
—No es un hombre —responde emocionado.
—¿Mujer? —pregunto desconcertado.
—Sí, jefe, es una chica de 22 años —dice.
Él pone una carpeta en mi escritorio.
—Su nombre es Sofía White. Estudiante de ingeniería informática.
—La mejor de su facultad.
Vive en un pequeño cuarto en la zona norte de Los Ángeles. Tiene dos trabajos, en un ciber y en una cafetería como mesera.
No tiene familia, solo su padre está en otro país. También ha ganado varios concursos tecnológicos. Es becada. Su mejor amiga es la hija del abogado Robert Cole, dueño del bufete de abogados Cole A.S.
—Esto es muy interesante —dijo con una leve sonrisa.
—Hay un sobre con fotos de ella.
—Jefe, puedo decir algo aparte de inteligente: es muy hermosa —dijo emocionado.
—Te puedes retirar —respondió serio.
Carlos sale de mi oficina, reviso la información que me dio y cada vez que leo sobre ella me parece interesante. Solo me pregunto: ¿qué pretendían entrando a mi sistema?
—Hasta que, levantando la carpeta, se cae un pequeño sobre en mis piernas. Lo abro y son sus fotos; quedo maravillado por esa mujer. Cuando Carlos me comentó que era hermosa, no me imaginé que tanto. Observando las fotos, tomo el teléfono.
📱— John, te quiero ahora en mi oficina, tengo un trabajo para ti —
📱— Sí, enseguida voy, jefe —dijo en la otra línea.
Pasaron unos minutos...
Toc—toc.
—Pase —dije serio.
—Dígame, jefe, ¿qué clase de trabajo? —preguntó.
Le entrego la carpeta con información de la mujer.
—Necesito que la encuentres y me la traigas —dije serio.
—Jefe, ¿viva o en una bolsa? —preguntó con cara de pocos amigos.
—La quiero viva y sin ningún rasguño —respondí serio, sentado en el escritorio.
—¿Cuántos hombres lleva? —preguntó intrigado.
—Es una chica, lleva tres hombres, sin llamar la atención —dije con una expresión tranquila.
—Ok, jefe, esta misma noche le entregamos el paquete —dijo serio, observando la carpeta.
—Bien, puedes retirarte —dije serio.
En la universidad...
Después de investigar, no pude encontrar una foto de él. Toda la información es escasa; no quise investigar a fondo porque él debe tener un hacker y no quiero levantar sospechas, pero creo que lo mejor es mudarme. Salgo de clases con Claudia.
—Sofi, vamos a comer —dijo Claudia emocionada.
—Paso, tengo que hacer algo —respondió Sofi, pensativa.
—¿Me vas a dejar sola? —fingí tristeza.
—Solo por hoy —sonrió Sofi.
—Sofi, yo te conozco, sé que te pasa algo. Hoy estás extraña y nerviosa —observé a Sofi.
—Amiga, tengo que irme, después te cuento —dijo, dándome un beso en la mejilla para despedirse.
—Bueno, Sofi, sabes que te ayudaré con cualquier problema que tengas —tomándola de la mano y dándole una cálida sonrisa.
—Lo sé, después hablamos —me sonrió y nos despedimos.
Salgo de la universidad, son las cinco de la tarde. Decido ir caminando para ahorrarme unos pesos. Estoy caminando, pero siento que alguien me observa; no sé, tengo esa sensación. Sigo caminando hasta que observo, a través de una ventana de vidrio de una tienda, una camioneta negra. Pensé que eran cosas mías, así que decido desviarme de mi camino. Doblo en la siguiente cuadra, entro a una cafetería y la camioneta se detiene. Tomo asiento y saco mi celular. Así averigüé que la placa de la camioneta es LMG95 de California, pero no aparece en el sistema; es falsa.
Esto debe ser ese hombre. No puedo llamar a la policía, ¿qué les digo? ¿He hackeado por accidente y unos hombres me siguen? Solo debo llegar a mi apartamento, sacar el dinero y el último recuerdo de mi madre, e irme.
Ya sé, miro a la mesera. Primero me dirijo al baño, saco un buzo de mi mochila, me suelto el cabello, me pongo el buzo y destruyo mi celular. Salgo hacia donde está la mesera.
—Disculpa, ¿tienes una salida por la parte de atrás? —ella me mira de los pies a la cabeza, un poco desconcertada por la pregunta.
—No es para nada malo, es que mi ex me sigue. Mira la camioneta, hay dos hombres, ¿cierto? —ella hace lo que digo y me confirma con la cabeza.
—Por favor, ayúdame. Salir de aquí, tengo mucho miedo. La última vez, me golpeó porque terminé con él; me mandó al hospital por un mes —actuando un papel de víctima.
—Si llamamos a la policía —dice la chica, un poco asustada.
—No podemos, él tiene muchas influencias —nerviosa.
—Está bien, te ayudaré. Ven conmigo —entramos por la cocina y me señala una puerta.
—Gracias por salvarme la vida —le sonrío.
Así salgo por la puerta trasera y empiezo a correr, agitada y con el corazón en la mano. Llego a mi edificio y tomo el ascensor. Hasta que llego a mi habitación, empiezo a sacar los pocos ahorros que tengo, mis documentos y el collar de mi madre; me lo coloco. Solo con un pequeño morral, salgo.
Pero cuando estoy cerrando la puerta, escucho el ascensor que se abre y observé a uno de los hombres que me seguían. Tengo dos opciones: quedarme y enfrentarme o correr.
—Ven conmigo y no te lastimaré —con una cara que da miedo.
—Muy tentadora tu oferta, pero dile a tu jefe que fue un error, pero lo devolví —digo sin mostrar el miedo que sentía y con mi corazón agitado.
—Acompáñame —serio.
El hombre intenta agarrarme y le doblo el brazo, lo hago caer de rodillas y golpeo su cabeza contra la pared, quedando inconsciente. Suena el ascensor de nuevo y observe entrar a dos hombres. Salgo tomando las escaleras; eran bastante, ya que mi habitación queda en el cuarto piso. Esos hombres venían pisando la talones. Estaba agitada, aterrada por lo que podían hacerme.
Gracias a Dios sé defensa personal y a las golpizas de mi padre.
Cuando estaba llegando al final de las escaleras, aparece otro hombre y me toma del cabello. Así que sujeto su mano, que tenía agarrada con mi cabello, para que él no me controle. Cuando él intenta golpearme, lo bloqueo dándole un golpe seco con mi brazo.
Con su mano aún en mi cabello, sin darle tiempo a reaccionar, llevo mi mano libre a su cara y meto mis dedos en sus ojos para hacerle perder el equilibrio. Él me suelta por inercia y, por último, lo golpeo en la entrepierna. Los otros dos me alcanzaron, sentí un pinchazo y todo empezó a dar vueltas; todo se oscureció...
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Comments
mariposa 🦋
está chica me encanta xq no se ha dejado de la vida de lo malo a aprendido a sobrevivir!! 💪💪💪
2024-12-08
2
Eva Doello
oooohhhhh crei que escapabaaaaa 🤦🏽♀️
2024-11-22
0
Lisa 1997
amén hermano🙏🙏
2024-10-06
2