CAPITULO 5

Jana: ajena a todo aquello le preguntó al verlo, - ¡buenos días, señor Díaz!, ¿cómo se ha levantado hoy?”.

Juan David: dio un gruñido, - “con ganas de matar a alguien, preciosa”.

Jana: “mmmm… ¡qué bien…! creo que la mañana será estupenda”.

Quince minutos después, mientras Juan David recibía la primera sesión de electroterapia, Jane le acercó una botella de agua, de la que él bebió de inmediato.

Jana: “de nada, señor Díaz”.

Juan David: "gracias preciosa”

Jana: lo interrumpí, - “dos veces preciosa, creo que lo voy a terminar creyéndomelo”.

Juan David: - “lo hago para subirte la moral”.

Jana: suelta una carcajada.

Juan David: la miro molesto, - “¿por qué narices estaba siempre tan feliz?”.

Jana: sin abandonar la sonrisa de los labios, murmuró, - “tenga cuidado señor Díaz,  si sigues diciéndome esas hermosas palabras y sabiendo que tengo el mismo nombre que su perra, corre el peligro de que una mujer asexual como yo caiga rendida a sus pies”.

Juan David: “pero que insufrible eres!”

Jana: “¡qué pena más grande!”.

Juan David: “tú nunca te callas, ¿verdad?”.

Jana: sonrió y, encogiéndose de hombros, murmuró, - “está bien me callaré, pero lo hago porque sin conocerla ya me cae bien su sufrida perra, pobre que dueño se ha ganado”.

Juan David: la miró con el ceño fruncido, iba a decirle alguno, cuando escuchó una voz a su espalda.

Mamá: “mi niño, ¿ya has terminado?”.

Juan David: cerró los ojos, inspiró con fuerza y dio la vuelta a la silla de ruedas, su madre había entrado sin permiso en la sala y se dirigía directamente hacia ellos, sin poder evitarlo observó el gesto de la joven y se molestó más al ver su media sonrisa.

Mamá: “¿todo bien, mi amor?”, - colocándole una cobija sobre las piernas, añadió, - “arrópate mi bebe que el aire acondicionado de las clínicas son muy fríos, te puedes enfermar de gripe”.

Juan David: “mamá”, - murmuró avergonzado por los mimos de su mamá, se retiró la cobija.

Mamá: “no me pongas esa cara que te conozco desde que naciste, soy tu madre y si te digo que te arropes ¡te arropas!”, - sin prestarle atención a su hijo por la mirada de molestia que tenía, volvió a colocar la cobija sobre las piernas de su hijo.

Juan David: cerro los ojos y suspiro, no le quedó más remedio que dejarse la cobija, mirado a su mama le pregunto, - “¿cómo has entrado aquí?”.

Mamá: después de mirar a Jane con una sonrisa respondió, - “le dije a la chica que hay en la entrada que soy tu mamá y ella rápidamente me dejó pasar, que joven más amable”, - después ve a Jane quien tiene una sonrisa, - “pero qué joven más linda ¿quién es, Juan David?”.

Jana: sin esperar que él la presente, -  “Jane señora soy la fisioterapeuta que se encarga del tratamiento de la fractura en la pierna de su hijo”.

Mamá: “mucho gusto soy María, la madre de este gruñón, espero que se porte bien y haga lo que les dices”.

Jana: miro a Juan David y estaba molesto, con una grata sonrisa, dijo, - “es un buen paciente, hace todo lo que le ordeno y se esfuerza mucho”.

Mamá: “qué bueno, siempre ha sido muy aplicado, aunque en el colegio no era muy estudioso, en las matemáticas era falta, se la pasaba era escribiendo, por eso es músico”.

Jana: ver esa escena me produce risa y suelto una carcajada.

Juan David: verla reír me pone más furioso y mi mama no paraba de hablar, molesto sin poder aguantar un minuto más, dije mientras movía las ruedas de la silla, - “si mamá ya terminamos aquí, vámonos”.

Mamá: “pero hijo estoy hablando con la joven”.

Juan David: moviendo las ruedas de su silla hacia la puerta, repitió, - “vámonos”.

Jana: la mujer se despidió y fue tras él, su actitud me produce risa, sin poder evitarlo los observó desaparecer en el ascensor.

Dos días después, los padres y los hermanos de Juan David regresaron a sus hogares, aunque escogió vivir lejos de ellos, despedirse le afectaba, ese día entró en la sala de rehabilitación, estaba más callado que de costumbre, sin abrir la boca hizo todo lo que la fisioterapeuta le pidió y su rostro reflejaba dolor por el esfuerzo que estaba haciendo, Jane pudo notar las ganas que le estaba poniendo, sin protestar continuaron con la sesión de ejercicios hasta que terminaron,  ella se puso en cuclillas frente a él, dijo, -  “usted es fuerte señor Díaz, si continuamos como hoy su pierna va a sanar rápido y va caminar con normalidad, ya lo veras, pronto se va subir a un escenario con su bajo, espero que me dedique una tonada”.

Juan David: la escuchó y solo dijo, - “gracias”, - estaba tan dolorido que no le apetecía hablar.

Un enfermero guio su silla hacia el ascensor, en la habitación con la ayuda de una enfermera se acostó y se durmió, estaba muy adolorido y cansado.

Al día siguiente se levantó con más energías, había dormido bien y Recibió varias llamadas de sus amiguitas, pero le daba igual ya no lo animaban.

Al entrar en la sala de rehabilitación, vio a Jana que atendía a otro paciente, la vio sonreír y charlar con alegría, no pudo evitar preguntarse, ¿por qué siempre estaba tan feliz?, cuando finalizó con aquel paciente, me acerque a ella.

Juan David: “ya es hora preciosa” - mientras rodaba la silla de ruedas hasta un lateral.

Jana: “hoy amaneciste impaciente, no me digas que querías verme”.

Juan David: solo sonreí por su cometario.

Durante una hora trabajaron la movilidad de la pierna, cuando finalizaron ella le entregó una botellita de agua.

Juan David: con una sonrisa le dijo, -“gracias”.

Jana lo miro fijamente, - “ahora mismo vamos a urgencias Señor Díaz, creo que ahora está manifestado las consecuencias del golpe en la cabeza”.

Juan David: incapaz de no sonreír, ya más relajado, podría dejar de decirme señor y llamarme por mi nombre”.

Jana: mientras comenzaba a recoger las cosas de trabajo, contestó, - “es mi paciente por ende debo llamarlo Señor”.

Juan David: no sé por qué pero me provoco agarrarla por el brazo,  pero ella reacciono y jalo con fuerza que hizo que la soltara, me sentí rechazado por esta mujer y eso no suele pasar.

Jana: dando un paso atrás, respondió, - “¿qué te pasa?, te voy agradecer que no me vuelvas a tocar”.

Juan David: veo que dejo de sonreír, no me gusto su reacción, no sé porque pero quiero que nos llevemos bien, me gusto hoy su cercanía, - “puedes sentarte un momento, por favor”.

Jana: el cree que por ser músico todas las mujeres van a caer a sus pies, pero le voy a demostrar que no todas corren a su cama, me siento a escuchar lo que tiene que decir.

Juan David: “Jana, tu y yo no hemos comenzado con buen pie, mientras me ayudes con mi rehabilitación me gustaría que me llamaras por mi nombre, de acuerdo preciosa”.

Jana: con una sonrisa, dijo mirándolo a los ojos y con ironía, - “de acuerdo bebé o mejor dicho mi niño”.

Juan David: sorprendido, mirándola con ojos penetrantes pensó, me gusta este jueguito.

Jana: observo como me mira, más seria digo, - “es broma, dale nos tutearemos, eso facilitara mi trabajo, pero no se te ocurra volver a tocarme, aquí la fisioterapeuta soy yo, no tú”.

Juan David: cuando iba a contestar, llego un  enfermero a búscame, solo pude asistir con la cabeza, y nos marchamos.

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Comments

Eret Lopez

Eret Lopez

Si OTRAS MUJERES NO SE DAN SU LUGAR es su DECISIÓN

2024-12-04

0

Francisca Miranda Garcia

Francisca Miranda Garcia

ojalá siempre lo ponga en su lugar

2024-01-16

2

Erica Godoy Silva

Erica Godoy Silva

🤣🤣🤣🤣🤣 esa mujer es un caso 🤭

2023-02-15

1

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