Después de aquella visita de Don Eulogio y Ezequiel a su casa, Olga trató de ocultarse bien entre las gentes del pueblo. No pensaba darle frente a Ezequiel, ella pensaba que él solo se burlaba de ella y no lo permitiría. De seguro él tendría su novia en la capital y ella soñando con él.
Los niños y adolescentes de la cuadra fueron a buscarla para que fuera a jugar fútbol con ellos a la orilla de la ciénaga. Su mamá luchaba con ese gusto que ella tenía por el fútbol de barrio. No lo veía nada femenino de ninguna manera. Pero Olga disfrutaba jugar con sus amigos de vez en cuando, sobretodo por las tardes serenas. Ezequiel había salido a caminar la orilla de la ciénaga, disfrutaba mucho de aquel exuberante paisaje, donde se logra divisar una de las cordilleras. Pero el paisaje mejoró cuando divisó a su bella Garza morena jugador como un muchachito más. Sus ojos se iban detrás de aquella muchacha de calderas redondeadas y largos cabellos de sueltos rizos.
Decidió tentar suerte y desafiarla a un duelo de balón pie, cosa que ella aceptó al azuse de sus demás compañeros. El duelo a muerte inició y ella con la habilidad una gacela, logró llevar a la victoria a su equipo.
-Debo reconocer Garza flaca, que eres buena para esto- añadió él, mientras tomaba aire respirando cansado, no se adaptaba aún a aquel calor abrasador de su pueblo
-Que no me digas así Amarillo Pálido- gritó ella con impetud
-Si vieras lo bonita que te ves cuando te enojas mi Garcita.
El masivo grupo que los acompañaban abuchearon a la hermosa joven, que deseó que la tierra se la tragara.
-Yo no soy tu Garcita- dijo aún más alterada ella y rápidamente se fue corriendo, más por vergüenza que por enojo.
Llegó a su casa hecha un relámpago y se encerró en su pequeño dormitorio sin saber que hacer. Era notorio que Ezequiel se había propuesto molestarla ese diciembre y ella no se lo permitiría.
Para Ezequiel la historia era otra. Aquella muchacha se había convertido en el eje de su estancia allí. Anhelaba verla todo el tiempo. incluso la observaba cuando iba por la calle y ella ni se percataba que se había instalado en su corazón. Quería hacerla suya de manera que ella jamás miraría a ningún otro hombre.
Los días transcurrieron y ya solo faltaban dos días para el día de la Concepción, la Santa Patrona del pueblo. Ese día innumerables familias y personas salían a los diferentes eventos del pueblo con sus mejores ropas. Las familias más distinguidas donanaban juegos pirotécnicos que iluminarían el evento.
-¿Quelito y viene tu novia la cachaca?- preguntó Alonso el hermano menor de Ezequiel
-Ella y yo hace rato no somos nada, digamos que ahora tengo mis ojos puestos en una diosa de bronce
- Uug carajo ¿Quién será esa?
Ezequiel sonrió mientras miraba su reflejo en el espejo de armario.
-Ya lo sabrás
Olga se hallaba cosiendo su vestido para el día de la Concepción, quería hacer un vestido perfecto. Le encantaba hacer sus propios vestidos. Su padre le había regalado una máquina de coser y ella le daba muy buen uso siempre.
-Olga está anocheciendo, ¿podrías ir donde los Queruz a buscarme el pago de la ropa?
-Claro que si mamá- no pudo negarse. Le ponía nerviosa llegar a casa de la familia de Ezequiel pues temía verlo otra vez
No tardo mas de quince minutos llegar a la casona, la puerta principal se abrió y ella pudo ingresar hasta la sala de aquella hermosa casa republicana.
-Buenas noches Olguita ¿cómo estás? - preguntó Don Eulogio amablemente
-Buenas noches Don Eulogio, estoy bien ¿Y usted?
-Bueno, he estado mejor, pero la edad no viene sola, los achaques la acompañaba de manera casi que instantánea. Por ahí anda tu prometido (jajajajaja) ! soltó una risa aquel hombre mayor
-Mire Señor Eulogio, yo con ese hijo suyo...
-Con ese hijo suyo ¿Qué mi futura esposa? - reprochó sonreído Ezequiel
-Que contigo ni de aquí a la esquina
-Conmigo de aquí al altar mi Garcita flaca- y le lanzó un beso coqueto
La muchacha prácticamente salió corriendo del lugar, no entendía por qué jugaba con ella
-Mejor ve a buscarla y la acompañas a su casa- ordenó el padre
- Ya voy papá
Corrió detrás de ella y la alcanzó llegando a casa de ella. Carajo, realmente corría y caminaba rápido
-Oye Garcita flaca, espera- dijo él con vozagitada
-¿Qué querei? ¿Burlarte más de mi?
-Claro que no! - contestó él- yo lo que menos quiero es eso, solo que me gusta verte enojada
La muchacha se detuvo dándole el frente y le encestó una patada en la parte baja de la pierna. El se dobló del dolor, mientras la miraba alejarse. No pudo evitar sonreír
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Updated 25 Episodes
Comments
Patricia Salazar
Con esos cariños 🤷♀️ quien no cae primero 🤣🤣
2024-11-28
1
Shirley Ebrat Carr
Me encanta. El manejo del vocabulario propio de nuestro contexto, es simplemente genial.
2022-07-11
8