...

¿Dónde estabas? - pregunta seriamente y algo cortante, pues aunque ya sabe por su hermano, no le agrada la idea de que le oculten las cosas.

- Estaba...

- No trates de mentirme Rio.

"Uf, que bien suena mi nombre pronunciado por él, aunque, ahora que lo pienso claramente, ¿qué hubiera pasado si Dais si se hubiera casado con él?"; sale de sus pensamientos al escuchar un suave carraspeo a su lado, levanta la vista y observa a Dais, sorprendida casi bota el jugo que acababa de tomar en sus manos.

- ¿Qué haces aquí? - susurra bajito y un poco lejos de su esposo para que no las escuche.

- Vine a despedirme tonta, no creerás que me iré sin despedirme de mi ángel, ¿o sí? - achica los ojos y espera una respuesta sincera de Rio.

Sonríe y niega, le da un abrazo y le pide que se cuide.

- Si es necesario, patea le las pelotas... O lo haré yo cuando lo encuentre.

Dais se ríe bajito, para no delatarse ante el esposo de Rio, quien espera disimulando su interés.

- Lo tendré en cuenta, adiós. - se dan un beso en ambas mejillas para luego correr a sentarse al lado de su novio en el taxi que los llevará a la terminal, Rio suspira silenciosamente y vuelve a sentarse sin hacer mucho ruido, aunque falla al tratar de ocultar a su amiga.

- ¿Tratas de ocultar me a tu amiga Rio?, sabes bien que perdí la vista, no el olfato.

Se atora con la cucharada de sopa que se mete en la boca y para no escupirlo le lagrimean los ojos, luego de toser y toser, por fin se recupera y explica todo de una manera sincera pero no delatadora.

- Querido esposo Issey, mi mejor amiga le manda saludos, lamenta no quedarse debido a que vino con prisas, ya que irá a terminar sus estudios en Francia, y respecto a dónde estaba hace unas horas, me adentré en el bosque buscando una flores preciosas para el jardín, pero no las encontré así que volví.

Asiente sabiendo la verdad, pero no la delata, simplemente continua comiendo en silencio, un silencio frío y desconfiado, algo incómoda termina rápidamente su sopa, le da un beso en la mejilla a su esposo y se dirige a la cocina a preparar un postre, pues en su ahora no apartamento, siempre preparaba postres de tarde para en la noche poder saborearlos con Dais, pone música en su celular y a volumen medio saca y prepara con ritmo cada ingrediente, al ser música clásica, se le hace más fácil seguir cada ingrediente con la melodía, sonríe al recordar la primera vez que le enseño a Dais a preparar unos hockey, pero que por un pequeño descuido de Dais casi incendian el apartamento, se ríe bajito y sigue batiendo la mezcla, sin percatarse del hombre que la observa en silencio y el adolescente que trata de ocultar una sonrisa.

Una hora después, en la oficina del señor Issey, su hermano le pregunta algo pensativo.

- ¿Cuando piensas decirle a Rio, que ya sabes que ella no era su prometida y que no estás ciego?

- Cuando llegue el momento lo sabrás, por ahora, haberme casado con ella es importante, pues su amiga no sabe lo que sus padres me ofrecieron para hacerla sufrir hasta el día de su muerte...

- Sí, pero al no haberte casado con ella, ¿cómo piensas cumplir eso?

- En primer lugar, nunca lo acepte, ¿por quién me tomas?, y en segundo lugar, ella me gusta, es interesante, tanto que la voy a conservar, incluso después de que se entere de está - señala sus ojos - mentira.

- Como quieras, pues a mí también me interesa...

- Mantén tus manos lejos de ella Zak. - Gruñe casi montando en cólera.

- alza las manos en son de paz - Tranquilo hermano, no soy Nick.

Bufa recordando el día que encontró a su hermano mayor con su ahora ex novia en la cama de ambos, ese día hubo una casi masacre en esa casa y también fue el día que se delató ante su novia como alguien no ciego, lo cual ayudó más para ellos, que para él, desde entonces ha denegado el contacto con su hermano mayor y padres, pues fueron los primeros en ponerse del lado de Nick que el de él.

A media noche, Rio despierta sudando frío por una pesadilla, una que llevaba tiempo que no tenía, "hola de nuevo", saluda en sus pensamientos con ironía a su antiguo trauma, sonríe sin gracia, se levanta de la cama para dirigirse a refrescarse un poco la cara, aunque no contaba con que su esposo estaba despierto y que la había estado observando dormir, casi como un acosador, si no fuera su esposo. Luego de salir con sigilo al balcón y observar distraídamente las estrellas, observa la de su mamá y hablando en susurros le dice.

- Mamá, hoy me casé y aunque aún no nos hemos besado como se debe, ni tenido la noche de ¿placer eran tus palabras?, en fin, esto me gusta, aunque él piensa que soy Dais - se ríe bajito y vuelve a mirar al cielo - espero encontrarme contigo, y que estés orgullosa de mí, ¡daré lo mejor y conquistaré ese corazón! - baja la vista, justo cuando ve al hermano menor de Issey dirigirse al bosque, interesada e intrigada, sube al balcón sin importarle lo oscuro y aterrador que se ve el bosque luego de su pesadilla y salta al árbol volviendo a bajar de la misma forma, solo que está vez, si hubiera habido alguien, su ropa interior sería lo primero que verían, corre en dirección al bosque antes de perder a Zak, sonríe al encontrarlo silbando su melodía, de una pésima manera, carraspea suavemente sorprendiendo lo, y achicando los ojos silba su melodía mucho mejor, para luego de que aparece el lobo, decir. - Tú estabas aquí, ¿por qué no dijiste nada, tratas de matar a Figus sin que me entere? - se le aguaparan los ojos y con un susurro casi inaudible dice - No lo permitiré - se lanza encima de él y tomándolo del cuello lo estampa contra un árbol ahorcando lo hasta casi hacerlo perder la conciencia, Zak, al ver que no tiene otra alternativa, pone las manos en son de paz rogando porque Rio entienda que no hará nada y lo suelte, lo cual lo consigue, pues afloja un poco su agarre y le permite hablar.

- Perdona Rio, solo quería saber que se siente tocar a una bestia - Rio lo aprieta más por la última palabra, pero respirando hondo lo suelta, para luego escucharlo toser sin parar, pasado unos minutos por fin logra recuperar el aire que perdió, y termina de decir. - tienes fuerza, incluso más que yo, y eso que soy más alto que tú... no creo en lo sobrenatural, pero déjame decirte que esto me impresionó.

- Trabaje duro para conseguir la fuerza de un hombre, no te asustes tanto, no suelo utilizarla por mucho tiempo, ahora... ¿qué haces aquí?, escucharé sin alterar me.

- Ya te lo dije, pero no quería que te enterarás de que te había visto...

- Eso ya da igual, ¡Figus! - detiene al lobo que se preparaba con sigilo para lanzarse al cuello de Zak. - es alguien bueno.

El lobo se acerca a este y acerca la cabeza a la mano de Zak, quien con precaución la alza lentamente y lo toca, para quedar embelesado y encantado por aquello, sonriendo al verlo lamer le la mano, no se percata de la expresión neutral de Rio, sacude su cabeza y llama la atención de Zak.

- Debemos volver, si tú hermano se entera de que estamos aquí en el bosque solos los dos, puede mal pensarlo, no quiero problemas... Un consejo, mañana usa camisa cuello de bota, tendrás un leve moretón.

- Con tu apretada, no creo que sea leve - se ríe para luego carraspear tratando de disminuir el dolor.

- Lo lamento, no suelo controlar mi fuerza o mi cuerpo cuando alguien o algo corre peligro, y menos si se meten con mis seres queridos... Tú y tu hermano ya son parte de mi vida, espero y no lo olvides.

Al llegar a las puertas de la gran mansión, Rio se despide de un aún sorprendido y sonrojado Zak, para luego subir las escaleras, entrar en la recámara compartida con su esposo, susurrarle un 'te quiero' y tomar su mano para por fin poder volver a dormir.

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