Enemiga

Esta vez me dirijo con los internos a hacer preguntas al azar, creo he tomado inspiración y es necesario para ver quién puede hacer la próxima cirugía a solas. Resulta divertido ver como se matan por ver quién tiene la razón, roban y hacen todo lo posible, pero al final elegimos al menos afortunado o al menos eso hago yo. Elegirlo no es para evidenciarlo, es una extraña manera de motivarlo y es que realmente funciona.

-¿Qué sucede en la terapia endovascular? —digo abriendo la puerta de golpe para despertarlos.

-¿Qué? —dice el pelinegro tallándose los ojos y bostezando.

-¿Clipaje que? —menciona la pelirroja con voz apagada.

-¡Terapia en do-vas-cu-lar! —grito y golpeo la mesa para ver si funciona el ruido.

-¿Se inserta un catéter que…. pasa a través de… la aneurisma? —dice. La es chica extranjera por lo visto.

-¿Me preguntas? —digo.

-El catéter se inserta en la arteria principal hasta llegar a la aneurisma, se libera el coil que se enrosca en la aneurisma para sellar el flujo de sangre… en pocas palabras, se sella la aneurisma desde la arteria.

-¿Nombres? —digo mientras finjo leer los expedientes.

-Keeland.

-Mariam.

-Eun ji.

-Bien, duerman —dicho esto, salgo para ir a checar a los pacientes. Técnicamente tengo que llevar alguien conmigo pero respeto que tengan que dormir un poco.

-¡Doctora Grey! —grita alguien a mi espalda.

-Lamento el retardo, no sabía cuál o como traerlo hasta que llego la doctora Lennox —dice agotado seguramente debe tener sus ojeras muy oscuras que harían ver sus ojos más pequeños.

-¿Nombre? — digo antes de beber del envase.

-Dylan.

-Ok, ve a dormir Dylan, les llamo en un par de horas y ¡gracias! —lo dejo marcharse para yo seguir a lo mío.

Mientras camino por el pasillo me encuentro con Nahomy y un hombre discutiendo casi a gritos, por lo que veo es su novio y es más guapo que Bernard, lo sé porque el traumatólogo es más fornido así que el rostro no puede quedarle mal; en fin, me doy la vuelta y finjo no ver nada aunque me quiera ganar la curiosidad.

Suena mi teléfono y respondo.

-¿Ya está lista? —habla con voz divertida. Ella es Corina, la mánager de uno de mis hermanos.

-¿Ya es fin de semana? —digo sorprendida.

-¡Claro que no pero hay un gran evento y debe estar aquí señorita! Mandare al Liam en tres horas.

-De acuerdo, nos vemos.

Al terminar mi turno veo que esta ese hombre tan guapo como siempre y corro a darle un gran abrazo.

-¡Te extrañe!

-¡Ya me imagino! Debemos irnos señorita, su carruaje espera o el jefe me mata si vamos tarde —dice abriendo la puerta del auto.

-¡Vamos! Estoy tan emocionada —digo cuando enciende el auto.

-Puede descansar, llegaremos en 40 minutos.

-¡Estoy tan cansada, me duelen los pies… me daré un masaje antes de llegar —me quito los tenis y mis pies parecen agradecerlo, se siente tan agradable.

Lin Sallow es mi hermano, mayor que yo por un par de años. Mide 1.70 ya que me saca cinco centímetros más. Tiene tez morena, pelo rizado y los ojos tan azules como el mar o eso es lo que me ha hecho creer; yo por el contrario, tengo la baja estatura de mi madre, cabello lacio de mi padre al igual que sus ojos tan verdes como una esmeralda; eso me lo decía mi madre siempre al despertar.

Llegamos rápido al lugar donde se presentaran varios artistas según me ha dicho Liam, sin mencionar que asistirán todo tipo de personas ricas y famosas como los modelos, presidentes de compañías más poderosas en joyería, entretenimiento, tecnología, etc. En mi caso, son la invitada de mi hermano y también su principal coreógrafa. Llegamos corriendo a camerinos mientras veo como Lin corre por todos lados alterado buscando su pantalón y se detiene al verme.

-¡Qué bueno que llegas! Estoy muy nervioso y no sé cómo calmarme —corre y me da un abrazo.

-Solo siéntate que yo busco tu ropa mientras dejas que finalicen tu maquillaje —le obligo ir a la silla.

-Debes comenzar a arreglarte pero recuerda que no tan hermosa o me opacaras… no queremos eso –dice riendo.

-Lo sé, solo me concentrare en ti para que veas lo amable que soy.

-Por eso te amo hermanita —dice mientras me sostiene de un brazo como niño pequeño.

-Si tus fans vieran esto, créeme que sería gracioso —digo tomándole una foto sin que se dé cuenta.

-Date prisa que yo en pocos minutos término.

Al encontrar su ropa dejo que me maquillen para posteriormente irme a cambiar. Salgo en busca de algo para cenar porque el hambre de todo el día se me ha juntado. Me dirijo a la mesa de comida y tomo un plato para postres pero mi mala suerte siempre me acompaña en estos días.

-Hola doctora Grey.

-Hola doctora Spencer, nos vemos de nuevo —digo sin mostrar emoción alguna.

-Pensé que este evento solo era para personas de la alta sociedad pero ya vi que no es así, ¿Cuánto dinero piensa donar a la fundación? ¿Tres dólares? —ríe. – De ser así, no es necesaria su contribución aunque me da gusto verla en eventos de este tipo para que pueda refinarse, ya que no creo que tenga la oportunidad de ir nuevamente —contesta con aires de grandeza.

-En ese caso, me siento honrada de no ser como usted… una persona tan archipámpana.

-¿Archí qué?

-¡Oh! Y que además es un adoquín.

-¿Ya se enteró de la buena nueva? —dice insinuando algo con un poco de veneno, pero insultar sin que se den cuenta es extrañamente satisfactorio y solo espero recuerde mis palabras.

-¿Sobre qué?

-¿Bernard no le ha contado acaso?

-¿Ustedes se conocen?, ¿acaso hay algo bueno? –digo insinuando desaire. Es muy posible que lo que salga de esa boca me afecte aún más.

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