Finalmente nos detenemos en la entrada de un restaurante. Salgo del auto y me quedo mirando fijamente la entrada
-¿Te gusta? -dice colocándose a mi lado.
-Me gusta el efecto que crean las luces, parece na…
-¡Navidad! -dice con una gran sonrisa mientras los ojos se le iluminan cual niño le regalas un dulce, esa característica es la que más me gusta de él.
-Es cálida, me gusta. ¿Es tuyo? -digo, pero en realidad sé que lo ha abierto recientemente porque he visto constantemente su red social.
-Sí, es nuevo y espero una buena reseña de todo -verlo sonreír es como un golpe de energía que me reinicia la vida, es como si solo existiéramos nosotros por un pequeño momento.
-Pues ya puedo decir que la comida es deliciosa.
-No puedes decir hasta probarla.
-Pero sé que el chef es muy talentoso -le doy una linda sonrisa. Comienzo a avanzar y puedo decir que el lugar es bellísimo, es espacioso con naturaleza en lugares bien pensados que elevan el estándar haciendo que no me equivoque ya que en verdad es cálido y con sensación de que en este momento tu vida marcha muy bien aunque sea lo contrario, por lo que será casi una adicción frecuentarlo.
El hecho de que digamos cosas parecidas hace que me sienta especial en la vida de él. Mientras Bernard va a la cocina por los platillos, yo me dirijo a una pared donde hay fotos de su adolescencia, incluso veo una donde estamos juntos con unas sonrisas llenas de vida.
-Quise poner algo más personal que fuera diferente al resto.
-Y lo es, es hermoso.
-Ven, vamos a cenar -dice sentándose. A veces las pequeñas cosas me regresan a la realidad.
-Cuéntame ¿qué has hecho los últimos años? -digo rompiendo el silencio de la cena.
-He trabajado duro, casi sin tiempo para descansar y a veces pienso en renunciar ¿y tú?
-¿Ya encontraste alguien que te guste? -digo con sonrisa traviesa y esperando lo peor mientras cambio el tema.
-¡Claro! Pero no sé si me haga caso… es una amiga aunque hemos hablado muy poco.
-Debes apresurarte antes que te la ganen.
-Ella tiene novio con el que ha estado por tres años.
-¡Wow! Eso si no me lo esperaba -digo sorprendida pero por el hecho de que se fije en alguien con pareja.
-Están mal por el momento y…
-Quieres aprovechar eso, bien pensado -en realidad no sé qué pensar de eso.
-Él nos vio hablar y no quiero pensar que es mi culpa, no quiero romper su relación por algo que el hizo en su cabeza pero si eso me da la oportunidad debo aprovecharla.
-Eso si -siempre digo eso cuando no sé qué decir, además de que… quiere cambiar la verdad.
-¿De dónde es o la conozco? -digo para parecer interesada en el tema pero ya no quiero saber nada de ella.
-Ammm la debes conocer ya que trabaja en el mismo lugar que tú.
-¿Enserio? -no puede ser, ahora esa mujer me recordara lo miserable y patética que soy.
-Se llama Nahomy del departamento de traumatología -dice alegre.
-¿Y su novio?
-Trabaja ahí mismo.
-Que complicado tu caso amigo -¿Por qué tenía que complicar mi trabajo?
-¿Al menos dime quien es para no meterme en problemas? Das miedo.
-Es el ortopedista.
-Oh ya.
-¿Los conoces?
¿Cómo le digo que quizas no me llevé bien con su futura pareja porque ella fue la que quiso meterse conmigo y trató mal a mi interno en mi primera intervención justamente en mi primer día?
-No, creo que aún no me los he topado.
-Ojalá que todo vaya bien y que ya tengas pareja por fin -eso es algo que deseas a alguien que no ves con otros ojos más que de amistad. Duele.
Después de esas palabras dejamos de hablar para finalizar la cena. Me llevó a casa… mi antigua casa, no quise corregirle y fingí entrar para solo llamar un taxi. Al llegar a mi departamento me acosté en la cama para comenzar a llorar, aunque sabía que algún día el me contaría de alguien, no pensé que fuera pronto. Así que como solo me importa su felicidad, espero lo sea con ella. Mi llanto dura al menos un par de horas incluso después de mi aceptación, cuando ya estoy harta de lo patética que soy, saco a la mejor mujer que se ha propuesto no llorar a un hombre y dejar ir a… su amigo, el chico que me gusta. Me decido a dormir pronto y descansar muy bien para mañana aunque me cueste conciliar el sueño.
Me levanto tarde y no me da tiempo tomar mi desayuno, tomo el auto y salgo directo al hospital donde llego justo a tiempo.
-Llegas tarde, ¿se te durmió el gallo? -Sam ríe.
-Mi alarma no sonó -me quejo mientras me acerco a un residente.
-¿Podrías traerme un té por favor? -Le digo casi suplicante.
-¡Doctora Grey! -me vuelvo para ver quién me llama y ¡oh sorpresa!... ella.
-¿En qué le ayudo doctora Spencer? -digo amablemente.
-Sé que eres nueva pero debes aprender que en cada lugar hay reglas y lo que hiciste ayer las contradice así que no pienso permitir eso en mi quirófano -dice molesta.
-¿En serio? ¿Quién lo dice? Porque en el reglamento y normas que me dio el jefe no decía algo sobre que usted mande o que los quirófanos sean de usted, sobretodo no puedo evitar hacer algo que beneficie a mis pacientes así que yo tampoco permitiré que me mande alguien que está a mi nivel o por debajo… solo hago mi trabajo y solo pienso obedecer a mis superiores así que ni modo… -digo para darle la espalda y alejarnos.
Debo aclarar que soy de las personas que clasifican a los demás de acuerdo a la primera impresión, ¿es correcto? No, ¿alguna vez me he equivocado al respecto con alguien? Jamás. Me agradas, te detesto o simplemente ni me vas ni me vienes.
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