La caja de los tesoros

Derek miró su reloj para calcular cuanto tiempo había transcurrido desde que despegaron, para su sorpresa solo habían transcurrido 30 minutos, de un total de casi 10 horas que tardarían en aterrizar.

Volteó para mirar si su vecina de silla se había dormido o estaría desvelada como el.

La chica tenia sus ojos cerrados y su cabeza descansaba sobre un cojín de viaje. Su madre le había recomendado comprar uno pero el no lo había hecho, ahora al ver lo cómoda que se veía su vecina deseó haberlo hecho.

Derek se movía en su silla tratando de encontrar una posición más cómoda cuando escuchó la voz de la joven decir

-Pareces un cachorro buscando sitio para dormir....

Derek se enderezó en su silla y volteó a ver a la chica que continuaba con sus ojos cerrados.

- Lo siento-\, expresó\, -¿Te desperté?

-No, respondió ella sin abrir los ojos, -Nunca duermo mientras vuelo...

-Si, expresó Derek mientras bostezaba, -yo tampoco, pero aún falta mucho para aterrizar y me gustaría poder hacerlo... Soy Derek Grant, ¿ cual es tu nombre?

-Mei-Ling -dijo ella-, Shu Mei-Ling

En ese momento el avión entró en una turbulencia y realizó un corto pero violento movimiento que hizo rodar al piso la pequeña caja rosada que Mei-Ling llevaba sobre sus piernas.

Dos papeles enrollados y amarrados con una cinta roja saltaron de la caja, al igual que algunas medallas.

Mei-Ling se inclinó a recoger los objetos que estaban más cerca de ella. Algunos rodaron hacia el lugar de Derek, por lo que éste también se inclinó a recogerlos. Entregó a la chica dos medallas y un rollo de papel.

Al recibirlos Mei-Ling dijo

-Gracias... estos objetos son mi mayor tesoro y el motivo de mi retraso para abordar el avión.

-¿Las medallas son tuyas?

-Si- respondió ella

-¿Cómo las obtuviste?

-Estudiando, con esfuerzo y nadando...

-Ohh- expresó Derek- todas de oro, debes ser muy buena en todo eso...

-Pues claro que si... de lo contrario no las hubiera obtenido- respondió Mei-Ling lanzándole una aguda mirada

-Por supuesto...-expresó Derek- me imagino que regresas de alguna competencia..

-No precisamente- respondió la chica- O tal vez si... Una competencia que ha tardado más de un año...

-¿Un año?? - preguntó asombrado Derek- ¿Qué competencia puede durar tanto tiempo?

-Una que se tiene contra uno mismo- respondió Mei-Ling, cerrando nuevamente sus ojos y ocultando un bostezo con su mano.

Derek cruzó sus brazos y cerró sus ojos, dando la conversación por terminada, cuando escuchó la voz de Mei-Ling que preguntaba

-Y tu ¿a que vienes a Beijing?

-Creo que vengo a mi año de competencia conmigo mismo- respondió sin abrir sus ojos...

Se despertó cuando escuchó la señal para el anuncio del piloto de que se acercaban al aeropuerto de Beijing.

La sobrecargo indicó que debían abrochar sus cinturones y acomodar los asientos para el descenso del avión.

Derek se enderezó en su asiento y volteó a mirar a su acompañante, quien se encontraba profundamente dormida.

-Y eso que no se duerme en los vuelos- pensó mientras sonreía.

-Oye...

Dijo en voz baja pero sin obtener respuesta, por lo que la sacudió suavemente del hombro.

Mei-Ling abrió los ojos y lo miró extrañada.

-Debes acomodar el asiento- dijo Derek, -creo que ya hemos llegado...

La chica se acomodó en el asiento y abrochó su cinturón.

El avión descendió con tranquilidad y al detenerse los pasajeros comenzaron a desabrochar sus cinturones y disponerse a descender del vuelo mientras recogían sus maletas del portaequipaje.

Derek recordó que a su compañera de vuelo le había costado subir la suya, por lo que se puso de pie y bajó primero el equipaje de ella.

Mei-Ling lo miró y dijo mostrando nuevamente su hermosa sonrisa

-De verdad eres amable Derek Grant

La chica tomó su bolso de mano, su maleta y se dispuso a caminar por el estrecho pasillo entre los demás pasajeros.

Derek entre tanto se colocaba su chaqueta y tomaba su maleta para también disponerse a bajar del avión.

De repente un reflejo brillante debajo del asiento justo delante de él llamó su atención, así que espero a que todos los pasajeros pasaran para poder inclinarse y recoger el objeto. Era una de las medallas de Mei-Ling.

Derek sabía lo valiosas que son las medallas para quien las recibe, y recordó que para ella eran sus tesoros, como en sus propias palabras lo había expresado. Por esta razón se apresuró a descender esperando poder alcanzarla.

Podía divisarla entre la fila de pasajeros que esperaban su equipaje en el deslizador pero no podía perder de vista sus maletas. Cuando al fin las tomó giro su cabeza hacia el sitio donde hasta hace muy poco había visto a Mei-Ling, pero no pudo hallarla.

Sin perder tiempo caminó de prisa hacia la salida, recordó que allí debía encontrarse alguien esperándolo para llevarlo al lugar donde se hospedaría, pero en lugar de buscar a quien sería, su mirada buscaba a Mei-Ling.

La divisó a lo lejos junto a una mujer, un hombre y un chico algo menor que ella, quienes la abrazaban y lloraban, pero al mismo tiempo reían felices.

-Debe ser su familia- pensó\, mientras se abría paso entre las personas intentando llegar hasta ellos.

En ese preciso instante escuchó que alguien lo llamaba por su nombre

-Derek, Derek Grant!!

Giró su cabeza para observar a un joven con un cartel con su nombre que le hacía señas para que se acercara. Volteó a mirar al sitio donde se encontraba Mei-Ling y su familia, pero ya se iban alejando.

Si poder hacer mucho más Derek apretó la medalla en su mano y la guardo en el bolsillo de su pantalón mientras se dirigía hacia quien sería su anfitrión.

Sonrío al recordar a esa chica tan despistada, era muy hermosa... En el fondo de su corazón deseó volver a verla alguna vez y por un momento consideró que si ella practicaba natación, al igual que él, tal vez en alguna oportunidad volvería a encontrarla...

Sin darle más vueltas al asunto se dirigió hacia el chico que sostenía el cartel y le sonreía de manera amable.

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