Llovía a cántaros en la ciudad. Mei-Ling apretó con fuerza la chaqueta impermeable que llevaba en su regazo y preguntó:
-Robert, ¿crees que haya dejado de llover para cuando sea la hora de mi vuelo?
Mirándola a través del retrovisor el hombre le respondió:
-Espero que así sea, querida. Aunque ha llovido todo el día...
Mei-Ling odiaba la lluvia, más en una ciudad tan fría como Londres, en la cual a pesar de ser verano era habitual que lloviera, pero detestaba aún más volar con un temporal semejante. Su chofer notó su preocupación y con voz tranquilizante le dijo:
-No te preocupes mi niña, no creo que el vuelo salga mientras esté así el clima, talvez tengas que quedarte un tiempo más, así podremos tener una de nuestras divertidas charlas mientras esperamos.
Mei-Ling le sonrió y expresó:
-Tendremos que beber toda una jarra de té caliente, aunque no será lo mismo sin esas galletas de mantequilla de tu esposa que nos llevabas a la escuela.
Robert dijo con sorpresa:
-!Casi lo olvido! -, mientras sacaba una caja pequeña con un lazo rosa de la guantera
-Mi esposa te envió este obsequio, para que la recuerdes siempre, son tus favoritas.
Mei-Ling tomó en sus manos la hermosa caja de cartón y leyó en voz alta:
"Buen viaje Mei-Ling, con cariño Susan y Robert..."
-Ohhh gracias!!-
Dijo la chica mientras abrazaba desde el asiento trasero a su chofer, después de todo él y su esposa habían sido lo más cercano a una familia que había tenido durante su estancia en Londres.
Al llegar al aeropuerto, Robert descendió primero con su gabardina impermeable y un enorme paraguas, se dirigió hacia la parte trasera del auto y sacó el equipaje de Mei-Ling, luego de colocarlo en el carrito de transporte, abrió la puerta de atrás para ayudarla a bajar y procurar que no se mojara con la fuerte lluvia.
Casi corriendo entraron al aeropuerto y buscaron el lugar de registro de equipaje para verificar que todo estuviera en orden y hacer el Check-in del vuelo.
Luego de hacer todo lo pertinente, Robert y Mei-Ling se sentaron a esperar la orden para pasar a la sala de abordaje.
-Que frío hace...-
Dijo la chica mientras se pegaba un poco al cuerpo de Robert, éste le paso un brazo por los hombros. La jovencita se había ganado el corazón del hombre y su esposa, después de todo ellos nunca habían logrado tener hijos, y el compartir con ella en los días que estuvo libre de la escuela, permitió que crearan una linda relación.
Se encontraban conversando y riendo al recordar alguna divertida situación, cuando escucharon la voz de la encargada anunciando por el altavoz que el vuelo procedente de Nueva York, con escala en Londres y destino final en Beijing, se encontraba atrasado a causa del clima.
Mei-Ling estiro las piernas y bostezó mientras le decía a Robert:
-Te lo dije, necesitaremos una enorme jarra de té, ya tenemos las galletas- mientras movía la pequeña caja de cartón.
Robert sonrió y se levantó para conseguir el te que Mei-Ling deseaba.
Al poco tiempo regresó al sitio donde Mei-Ling se encontraba sentada esperando con las piernas cruzadas sobre la silla. Traía en sus manos un termo con te caliente que había conseguido en una cafetería del aeropuerto.
Se sentó a su lado y le sirvió un poco en un vaso desechable. Mei-Ling sacó un par de galletas de la cajita que Susan le había enviado, una para ella y la otra para Robert.
Adoraba esas galletas, tan suaves y el sabor tan balanceado, mientras saboreaba su galleta un recuerdo vino a su mente y gritó
-Oh no Robert!! La otra caja!! La dejé en el choche!!
-¿Cuál caja Mei-Ling?- Preguntó Robert.
-La cajita donde guardo mis tesoros... una caja igual a esta de las galletas de hoy, creo que se me cayó en el piso del auto!!!
En ese preciso momento se escuchaba la voz de la encargada anunciando que los pasajeros con destino a Beijing debían pasar a la sala de abordaje. Mei-Ling no pudo evitar ponerse a llorar mientras le decía a Robert
-No puedo irme sin mis tesoros...
Robert la miró con ternura y le dijo
-Espera aquí, creo que puedo ir corriendo y traerla.
Robert corría lo más rápido que podía entre la gente recorriendo a prisa los largos pasillos que lo separaban de la entrada del aeropuerto donde había dejado estacionado el coche. Mientras tanto Mei-Ling observaba como los pasajeros ingresaban a la sala y el guarda miraba el reloj para cerrar la puerta a la hora indicada.
Mei-Ling recogió su bolso de mano y la pequeña maleta que podía llevar en cabina y bebió rápidamente su taza de té que ya comenzaba a enfriarse, si dejar de mirar hacia el lugar por donde debía regresar Robert.
Sólo quedaban unas cuantas personas en la fila de ingreso a la sala y Mei-Ling comenzó a caminar lentamente hacia ésta. Sus ojos estaban llenos de lagrimas.
Ya solo faltaba ella por ingresar a la sala y Robert aún no aparecía. De manera amable el guarda le preguntó si iba a ingresar y ella llorando le pidió que esperara un momento por favor. El hombre miró su reloj y le dijo:
-Lo siento señorita si no ingresa ya, tendré que cerrar la puerta.
En ese momento divisó la figura de Robert corriendo hacia la sala, Mei-Ling se volteó hacia el guarda y con las manos apretadas le rogó que esperara solo un minuto más. Tal vez por la desesperación reflejada en su rostro, el hombre accedió.
Robert llegó totalmente sin aliento al lado de su apreciada Mei-Ling con una pequeña caja de cartón rosado en sus manos, al entregársela Mei-Ling le abrazó con mucha fuerza y le dijo:
-Gracias Robert, muchas gracias...
-Señorita, ya debe ingresar por favor
Le dijo el guardia mientras Robert solo alcazaba a poner un beso en la frente de Mei-Ling, quien al ingresar, le devolvía el beso con la mano a través del cristal...
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En el asiento donde estaba ubicado, Derek se aferraba con fuerza a los brazos de la silla. Deseaba que el avión aterrizara en el aeropuerto de Londres lo más pronto posible. El no había volado mucho que se dijera, pero estaba seguro que éste había sido el peor vuelo que había tenido.
La fuerte lluvia, los truenos y el fuerte viento le hacían pensar que el avión se partiría y caería, así que no iba a negar que estaba totalmente aterrorizado. Pensaba que no quería morir, apenas iba a cumplir 18 años!
Las sobrecargos hacían lo mejor posible para evitar mostrar que también sentían temor, y la voz tranquila del piloto relatando que ya se acercaban al aeropuerto, no alejaba de ninguna manera los pensamientos trágicos de la mente de Derek.
El piloto empezó a narrar el descenso del avión, que cada vez se movía con más fuerza y Derek solo pudo cerrar sus ojos y apretar sus manos con fuerza en los brazos de su silla hasta el momento en que sintió que las ruedas se posaron en tierra. Escuchó el aplauso de los pasajeros y entendió que el no había sido el único que se asustó con tan mal clima.
Debía descender del avión y esperar un corto tiempo para abordar el siguiente vuelo con destino a Moscú. Sin embargo se sorprendió al escuchar el anuncio de que deberían esperan un poco más debido a las complicaciones del clima. En compensación la aerolínea les brindarían la cena en uno de los restaurantes del aeropuerto mientras esperaban.
No eran muchos los pasajeros que descendieron, una pareja china ya mayor, otra pareja estadounidense que se veía muy enamorada, -Seguro van de luna de miel-, pensó Derek mientras los observaba, tres hombres muy serios con maletines ejecutivos, y extrañamente sólo un joven adolescente, él...
Por el contrario, eran muchos más quienes esperaban para abordar el vuelo a Beijing. En ese momento Derek recordó que el asiento a su lado había quedado desocupado y se preguntaba cual de todos los pasajeros que esperaban abordar sería su compañero de asiento.
Tal vez sería la joven señora con el bebé en brazos que no dejaba de llorar, deseó que no fuera así, seguramente sus nervios se alterarían más con un pequeño llorando a su lado durante las horas de vuelo que le faltaban.
Así que paseó su mirada sobre algunos de las personas que esperaban para abordar con la esperanza de ver a alguien de su edad, pero no encontró a nadie, y con un triste suspiro se levantó para dirigirse a la fila de abordaje.
La encargada informaba en ese momento que debido a fallas en el avión designado causadas por el clima, deberían abordar otro pero éste se dirigiría directamente a Beijing, obviando la escala en Moscú, noticia que le agradó mucho a todos los pasajeros, pues representaba menos horas de vuelo y llegar más rápido a su destino.
Derek colocó su equipaje de mano en el portaequipaje justo encima de su silla y se acomodó en la silla que daba hacía el pasillo, como le había indicado la azafata, aunque él hubiera preferido estar al lado de la ventana.
Rápidamente los pasajeros iban ocupando sus lugares y Derek continuaba pensando cual de ellos ocuparía el lugar a su lado.
Los motores del avión se fueron encendiendo y las azafatas daban instrucciones, aún no había nadie que ocupara el puesto a su lado, por lo que Derek se sintió aliviado y pensó que le preguntaría a una de las sobrecargo si podría pasarse al otro lado, cuando ya el vuelo se encontrara en el aire.
A punto de cerrarse la puerta de acceso al avión, Derek vio llegar a una jovencita muy agitada, disculpándose entre risas y vergüenza por subir tan tarde al avión.
Rápidamente la azafata la guio al puesto vacío al lado de Derek mientras ella hacía todo el esfuerzo por colocar su equipaje de mano en el portaequipajes, al que no alcanzaba debido a su estatura.
Era una situación algo incomoda, por lo que Derek se levantó de su silla y la ayudó a guardar su maleta mientras le permitía pasar a ocupar el asiento al lado de la ventana.
-Muchas gracias
Dijo la chica mostrando una hermosa y perfecta sonrisa, mientras se sentaba y aseguraba su cinturón.
Se escuchó el anuncio de ajustar los cinturones y el avión comenzó a despegar. La lluvia había cesado por fin, así que Derek no pudo evitar suspirar con alivio cuando sintió que el aparato se despegaba de la tierra con total tranquilidad.
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Comments
Claudita Caro Cabrera Caro Cabrera
interesante historia
2023-03-15
0
Kenna
✈️ y que comience el romance 💞
2022-07-01
1
Luli Rasch
Jeje ya somos dos con el miedo a los aviones
2022-02-17
0