Hoy tengo cita con la psicóloga, no estoy tan convencida, pero después de esa crisis tan horrible, creo que lo mejor es recibir un tratamiento o me volveré loca.
Siento pánico de salir a la calle, es como si de repente hubiera estado encerrada por mucho tiempo en mi casa y después de muchos años abrir la puerta y salir por primera vez, es una sensación extraña, mi madre me acompaña, lo cual, agradezco, no podría ir sola.
Es un consultorio pequeño, acogedor, hay varios diplomas en la pared, lo que me indica que es una profesional altamente preparada, me pregunta cómo estoy, cómo me siento, y yo de inmediato empiezo a llorar, a decirle todo lo mal que me siento, ella muy comprensiva me ofrece unos paños para limpiarme, me escucha atentamente y me agrada poder hablar de lo que siento con alguien que no me va a juzgar y me ayudará. Dudo en decirle que sueño con él, pero le cuento, ella solo me observa y me hace preguntas, toma atenta nota, le cuento de mi crisis, a lo que me dice que es normal ante lo que estoy viviendo, que tengo depresión por la pérdida, ansiedad y agorafobia, por eso siento miedo de salir. Me indica que debo tener consulta con psiquiatría, para que me den una medicación adecuada a mi condición y así poder dormir mejor, mejorar la ansiedad, la depresión y que no se vuelvan a repetir esos horrorosos ataques de pánico. Me remite a un profesional de esa rama y a un grupo de apoyo para el duelo.
—¿Eso existe? — le pregunto incrédula.
— Claro Hana, este grupo en particular lo manejo yo, aquí ayudo a muchas personas cómo tú a manejar su duelo, a aprender a convivir con él, a qué sanen ese dolor y continúen con su vida.
—¿Eso es posible? ¿se puede sanar este dolor?
— Claro que sí Hana, nada es eterno, aprendes a convivir con ese dolor, a seguir con tu vida, porque tu vida continúa, aprendes a encontrar motivos, razones para salir adelante y que este proceso sea más fácil de llevar, ya que vas a estar con otras personas que al igual que tú, están sufriendo una pérdida, te hace sentir acompañada, que no estés sola en el dolor, es una terapia excelente, hemos tenido grandes y positivos resultados, por lo cual, te invito, recibe la ayuda que necesitas y conoces otras personas, ¿qué te parece?
— No lo sé, siempre he sido muy sociable, pero en este momento solo deseo estar sola.
— Y es normal, este proceso es difícil, no te voy a mentir, esto no es milagroso, es paso a paso, poco a poco, sin darte cuenta verás como todo en ti, empieza a cambiar y sentirás que todo va a estar bien. Toma mi tarjeta, allí está la dirección y el horario de las reuniones. Espero que asistas.
— Gracias doctora, intentaré animarme para asistir.
— Te estaré esperando.
......................
Hoy es la reunión del grupo de apoyo, tengo dudas de asistir, pero mamá prácticamente me sacó de la cama y me llevó a la ducha para bañarme, me hizo recordar cuando estaba pequeña y no quería bañarme, me llevaba a rastras hasta el baño y me tenía que bañar sí o sí.
Me visto con un vestido negro, no tan ajustado, por las rodillas, recojo mi cabello en un moño alto, mi mamá me obliga a ponerme algo de maquillaje, y en realidad no quiero, pero me dice que necesito algo de color, porque luzco muy pálida.
Tomamos un taxi rumbo al lugar, cada vez que estoy más cerca, siento unas ganas impresionantes de tirarme del auto, definitivamente no deseo estar ahí, viendo el dolor de otros y que otros vean mi dolor. Lo siento demasiado cruel, mi mamá me dice que estoy equivocada, que esos grupos de apoyo la ayudaron a ella en su momento, por eso confía en que a mí también me será útil asistir.
Mi madre me acompaña hasta el salón, ya hay varias personas allí presentes, todos lucen muy tristes, veo algunos con la mirada perdida, vacíos, así me veré yo también.
— Iré a hacer algunas compras en el supermercado que está cerca, cuando la reunión termine vendré a buscarte, ¿de acuerdo?
—¿No vas a quedarte conmigo?
— Hija esto es algo que debes vivir tu sola, en algún momento no estaré, aquí vas a estar con la psicóloga, con estas personas, nada te va a pasar.
— Tengo miedo.
— Lo sé, pero recuerda que aquí voy a estar de regreso, ¿está bien?
— Está bien mamá.
Me siento en una silla al lado de una señora de unos 60 años, la noto bastante triste, tiene los ojos hinchados.
Varias personas siguen llegando, hay jóvenes, adultos, personas ya mayores. Me encuentro distraída en mis pensamientos, cuando veo entrar a un joven, alto, blanco, muy guapo, me llama la atención que su cara se me hace familiar, pero no recuerdo de dónde, interrumpe de pronto la psicóloga, que nos da la bienvenida. Me saluda y me dice que agradece que este allí.
Saluda a los demás y empieza a hablar sobre el objetivo del grupo y la dinámica que tendrán estas reuniones.
Observo al joven, me obsesiono con saber porque aparentemente lo conozco, empiezo a buscar en mis recuerdos, pero no encuentro nada, mi mente insiste, pero no encuentro respuesta, que situación más extraña.
La psicóloga pide que cada uno se presente e indique porque está en duelo, a quien hemos perdido. Empieza un señor de mediana edad, con firmeza dice su nombre, pero cuando le toca nombrar a quien perdió, sus labios empiezan a temblar y las lágrimas se asoman de sus ojos.
— He perdido a mi esposa, después de 30 años juntos, se ha ido. — Tapa su boca y agacha su cabeza, todos empezamos a llorar.
Después de varias personas, le llega el turno al joven que se me hace conocido, por lo cual estoy atenta, tal vez lo que diga me dará pistas de quién es.
— Mi nombre es Park Hyun y perdí a mi hermana menor. — Agacha su cabeza, veo que las lágrimas brotan de sus ojos, pero se limpia y levanta el rostro.
Empiezo a buscar en mi mente, bingo!, ya se quien es, es el CEO de la empresa, a la cual, yo le estaba haciendo el nuevo diseño del portafolio de servicios, ahora entiendo, no puede ser, su hermana murió, por ella crearon esa organización, para darle una mejor vida, debe estar devastado, todos aquí estamos devastados.
No me doy por enterada, ha llegado mi turno, me quedo viendo a todos sin saber que decir.
Mi voz empieza a temblar.
— Me, me... me llamo Lee Hana, perdí al amor de mi vida — todo esto me llevó al momento en que me dicen que Taeyang murió, sentí enloquecer, veía todo irreal, mi cabeza me daba vueltas, el aire empezó a faltarme, oh no, otra vez no, ahí estaba, otro ataque de pánico, justo frente a estas personas, no sabía que hacer, sentí esa opresión en mi pecho, un frío recorrió mi cuerpo, me sentí débil, mi vista se tornó borrosa, escuchaba a todos a lo lejos preguntarme que tenía, si estaba bien, ví que algunos se acercaban rápido hacia mi, mis ojos se cierran de golpe.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 24 Episodes
Comments