— Te amo — dice Taeyang, está vestido con un hermoso vestido entero blanco, se ve reluciente, brilla, alrededor suyo hay mucha luz, me deslumbra.
— Te amo también, ¿dónde estamos? ¿Qué pasó?
Intento acercarme a él, pero algo lo impide. No puedo moverme, solo puedo verlo y escucharlo.
— Calma, este no es sitio para ti, aún, tienes mucha vida por delante.
Sus palabras me hacen recordar todo, estoy soñando, empiezo a llorar y a gritar, quiero abrazarlo, pero estoy inmóvil.
— Taeyang! ¿Porqué me dejaste? ¿Porqué?, yo no puedo seguir mi vida sin tí, no puedo!
— Hana, mi amor, ni tu ni yo quisimos esto, pero me tocó a mí, no quiero que sufras, estaré contigo siempre, me tienes en tu corazón, por siempre te amaré.
— Eso no es suficiente, te quiero aquí conmigo, ahora!
Mis gritos de desesperación hacen que pueda moverme y corro hacia Taeyang, él me ve con lágrimas en los ojos y mientras me acerco, escucho mi nombre, se oye a lo lejos, no quiero despertar.
— Taeyang quiero irme contigo!
— No puedes, debes seguir sin mí. Te acompañaré desde aquí — Una luz fuerte invade mis ojos, ya no puedo ver a Taeyang, quería abrazarlo.
Abro mis ojos y veo una linterna apuntando a mis ojos, doy un grito que se ahoga con mi llanto, me levanto de la camilla y el médico me sujeta:
— No puede levantarse señorita, acaba de sufrir un desmayo, su presión arterial está débil, quédese sentada o recuéstese, pero no se ponga de pie.
—¿Dónde está Taeyang?!! — Logro ver a Eun-ji en una esquina, llorando mientras me mira.
— Eun-ji, dime qué viste a Taeyang, que está bien, por favor, dime qué está vivo, que salió bien de la cirugía, dime eso por favor, te lo pido! — le ruego mientras las lágrimas invaden mi rostro.
Eun-ji se acerca y me abraza, el médico me dice:
— Siento mucho su pérdida, el cuerpo del señor Lim reposa en la morgue, debe ir a verlo para confirmar que sea él y pueda despedirse.
— No, no, no, usted está equivocado, Taeyang está vivo, está bien, él no está muerto — lloro desconsolada.
— Lo siento, con permiso.
Sigo llorando descontrolada, Eun-ji me pide que me calme, empiezo a gritar y una enfermera se acerca y me dice:
— Señorita debe calmarse, hay otros pacientes y los asusta, podemos aplicarle un calmante para que descanse un poco y se pueda sentir mejor.
— Yo no quiero nada, yo solo me quiero morir también!, quiero irme con el amor de mi vida, inyécteme algo que me haga dormir para siempre! No quiero sentir más dolor! Esto es muy duro, no lo puedo soportar! Noooo! — Lloro con todas las fuerzas de mi alma.
La enfermera le dice a Eun-ji que traerá un calmante, Eun-ji asiente y trata de consolarme.
Me aplican una inyección, sigo llorando desconsolada, empiezo a sentir sueño, me siento débil, mis ojos se entrecierran.
— Hola amor — Allí está de nuevo Taeyang, está vez lo veo sentado sobre una roca, detrás de él hay muchos árboles, es un lugar tranquilo, hermoso.
— Taeyang, amor estás aquí, regresa por favor. No me dejes sola, te lo suplico.
— No sabes lo que me duele verte así, no quiero que sufras.
—¿Cómo me pides eso? Te perdí, no vas a estar en mi vida, cómo voy a seguir sin ti!! — le digo mientras lloro desconsolada.
— Hana, la muerte nos ha separado físicamente, pero sigo en tu corazón, sé que me amas, sé que me extrañas, me duele estar acá y no allá contigo, pero es imposible que regrese, debes aceptarlo.
Corro nuevamente hacia él, está vez logro abrazarlo, puedo tocarlo, besarlo, mirarlo a los ojos. Lloro y balbuceo, el llanto no deja que pueda gesticular palabra alguna, Taeyang me abraza, me consuela y me dice lo mucho que me ama. Me tiene así un tiempo, puedo escuchar los pájaros cantando en el fondo.
— Vuelve por favor, me estoy muriendo en vida, por favor, no me abandones, vuelve a mí, te lo pido. (Lloro y me arrodillo, Taeyang me levanta y me abraza, me da un beso en la boca).
— No puedo, ya mi tiempo en la tierra terminó, estoy agradecido de haberte conocido, eres lo mejor que me pasó en la vida, fuiste y eres mi tesoro, siempre cuidaré de ti, te amaré por siempre, ahora debes seguir.
Me suelta y veo que se aleja de mi, yo empiezo a llorar y a gritarle que no se vaya, que se quede conmigo, quedo en medio de un vacío oscuro, me siento sola, muy sola.
Despierto y veo a mi madre con su cabeza recostada en mi mano.
Veo hacia el techo de la habitación, Eun-ji está sentada en un sofá escribiendo en su celular.
— Mamá, mamá — mi madre levanta su cabeza y me abraza fuerte.
— Hija, mi vida, aquí estoy.
— Mamá, Taeyang se fue, yo me quiero ir con él — le digo mientras lloro.
— No hija no digas eso, yo comprendo tu dolor, pero no estás sola, estoy aquí contigo y no te voy a abandonar, llora todo lo que tengas que llorar, aquí están mi hombro, mis brazos para consolarte, no voy a ir a ningún lado.
— Hana, yo tampoco te abandonaré, somos amigas de hace muchos años, soy como tu hermana, no estás sola, tanto tu mamá como yo estaremos contigo siempre. — me expresa Eun-ji.
— Les agradezco sus palabras de motivación, pero la vida ya no será la misma sin Taeyang, no puedo aceptar que se fue para siempre, esto me parece mentira, estoy en una pesadilla, de la que quiero despertar. Quiero dormir, cada vez que duermo, puedo verlo, puedo tocarlo, abrazarlo, besarlo, hablar con él, quiero estar ahí con él.
Mi madre y Eun-ji se miran y me abrazan.
— No puedo creer que esto esté pasando, hace un momento estaba despidiéndome de él, iba a buscar un mejor futuro para lo dos y ahora está muerto! Maldita sea! ¿por qué, por qué?! — Lloro descontroladamente. Mi madre me contiene pero me pide calma.
— Mamá!, no puedo mamá!, esto es muy duro. (Digo entre lágrimas).
— Lo sé mi amor, lo sé.
—¿Cómo hiciste cuando papá murió? ¿cómo lograste seguir?
— Gracias a ti hija, tu siempre fuiste mi motivo para salir adelante, por eso cuentas conmigo, aquí estaré para ti en lo que necesites.
— No quiero verlo muerto, no quiero verlo sin respirar.
— No es necesario, ya yo lo ví, pero deberías despedirte.
— No quiero, por favor.
— Sus padres están afuera, están desconsolados, ya realizaron el proceso del funeral aquí en el hospital.
— No podría verlos a la cara
—¿Porqué dices eso?
— Por mi, su hijo está muerto
— Por Dios, ¿qué dices? esto no es tu culpa, fue un accidente, son cosas de la vida, del destino.
— Por querer tener un futuro mejor conmigo, aceptó ese trabajo y viajó, si yo lo fuera impedido, Taeyang no estuviera muerto, estaría aquí conmigo, con sus papás, nada de esto estuviera pasando.
— Lee Hana, no voy a aceptar que te culpes por algo sobre lo que no tenías poder ni responsabilidad. Entiende que no es tu culpa, no es culpa de nadie.
— Si hay algún culpable es quien estaba manejando el camión de carga, que iba a toda velocidad — expresa Eun-ji.
— Sí, es cierto. No te culpes más Hana, la vida sigue y eres muy joven.
— No tengo motivos para seguir, ni siquiera tuvimos un bebé, ¿por qué voy a seguir viviendo, por qué?
— Por ti, por ti, debes seguir adelante por ti, porque tu vida es valiosa y debes vivir mucho más, siempre en medio de la oscuridad, hay un rayo de luz.
— No sé si pueda...
— Si puedes, eres una mujer fuerte, bella, inteligente, buena, ya verás como todo mejorará, ahora solo vive tu duelo.
Las lágrimas corren por mis mejillas, veo el altar, con muchas flores blancas, su foto con esa sonrisa hermosa que lo caracterizaba, sus padres están sentados, agarrados de manos, me acerco, inclino mi cabeza.
— Lo siento mucho — su padre se levanta e inclina su cabeza también.
— Lo sentimos mucho también — la madre de Taeyang no me mira, ni dice nada. Puedo sentir su rechazo, me odia.
— Madre, lo siento mucho, yo amo a su hijo y estoy sufriendo mucho.
— No más que yo — responde la señora.
— Min! - le replica el padre de Taeyang a su esposa.
— No se preocupe, entiendo su dolor, su rechazo hacia mí. Solo quiero decirle que amé a su hijo sinceramente y lo seguiré haciendo.
La señora Min, levanta la mirada, me mira con desprecio.
— Alejaste a mi hijo de nosotros, ahora vienes a hacerte la víctima, la buena, tú eres la culpable de esto, tú causaste su muerte, no lo ves, por querer casarse contigo, estaba sacrificándose por ti.
— Min! Basta! deja de decir necedades, ella está sufriendo igual que nosotros.
— Está siendo injusta madre.
— No me llames así! No tienes ningún derecho! Lárgate de aquí! no te quiero ver!
— Min, ¿qué haces?! — Su esposo la agarra por el brazo e intenta callarla.
Salgo corriendo del lugar, mis lágrimas nublan mis ojos, quiero morirme.
Corro hacia la carretera, carros van y vienen, solo cierro los ojos y corro hacia ella, escucho un grito desesperado decir mi nombre, el rechinar de las llantas, me causa un escalofrío por todo mi cuerpo. Al fin voy a estar con Taeyang y mi sufrimiento cesará. Te espero amiga muerte, reúneme con mi amado.
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