Realidad

Mi cuerpo yace tirado en medio de la carretera, un tumulto de personas se acercan, el carro frenó frente a mi, pero del gran susto caí desmayada, Eun-ji corre hacia mí, el conductor asustado me pregunta si estoy bien, logro recobrar el conocimiento, veo a muchas personas a mi alrededor, escucho una sirena de ambulancia a lo lejos, Eun-ji me tiene en sus brazos y me anima.

La ambulancia llega, los paramédicos me examinan y preguntan que pasó, al caer por el desmayo sufrí un fuerte golpe en la cabeza, me toco y veo sangre. Los paramédicos me suben a una camilla y me llevan al hospital. Eun-ji me habla por todo el camino:

—¿En qué estabas pensando? No puedo creer que atentaras contra tu vida, te conozco de hace mucho y sé tu gran amor por vivir, incluso antes de conocer a Taeyang. No es justo Hana, eres joven, tienes toda una vida por delante y sé que ahora es duro, pero no creo que Taeyang quiera que mueras también. Ahora ves todo oscuro, un callejón sin salida, pero no estás sola, tienes a tu mamá, me tienes a mi, me voy a ir a vivir contigo, para acompañarte siempre, voy a ser tu sombra, no voy a permitir que tú luz se apague, porque eres mi hermana, mi familia, mereces ser feliz, mereces vivir y estaré aquí para apoyarte, pase lo que pase, cuentas conmigo.

Mis lágrimas corren a toda velocidad por mis mejillas, no puedo asimilar lo que me dice Eun-ji, el dolor que siento me supera, no tengo ganas de vivir, solo quiero reencontrarme con Taeyang, volver a ver su rostro, vivir junto a él y realizar todos los planes que teníamos y al pensar que eso no va a pasar que no es posible, solo quiero morirme, no hay un motivo para seguir. Siento mucho mareo y mis ojos se cierran.

Estoy de nuevo en el hospital, al parecer no saldré de aquí, quiero estar al lado de Taeyang, pero su mamá no quiere que esté presente, lo único que quiero es despedirme de él, estar junto a él antes de que se vaya definitivamente. No puedo creer, que esto esté pasando, sé que a esa señora no le caía bien, pero no al punto de no dejarme estar en el funeral de su hijo, el hombre que amo y amaré por siempre. No es justo, el me amaba y quería casarse conmigo, Taeyang quiero soñar contigo otra vez, quiero dormirme y no despertar.

"Hana no quiero que mueras, no es tiempo aún".

La voz de Taeyang resuena en mi mente, lo veo, está en un jardín, es hermoso, está vestido de blanco, me encanta como se ve, parece un ángel, me sonríe y me extiende la mano, le extiendo la mía y caminamos hacia un lago.

— Quiero quedarme aquí contigo y no soltarte jamás.

— Amor eso no es posible, esto es solo una imagen en tu mente, no es real, es una manera de comunicarme contigo. Sé que me extrañas y yo también a ti, pero la muerte es algo compleja, no lo decides tú, al menos que te suicides, si lo haces, no estarás aquí conmigo.

—¿Qué quieres decir?

— Mi muerte fue algo que debía pasar, era mi tiempo, pero aún no es el tuyo, no te adelantes. Tu vida debe seguir.

— No puedo seguir sin ti...

— Debes dejarme ir, soltarme, aceptar la realidad, para que puedas seguir adelante. Lo que más anhelo es que seas feliz, así sea sin mi, porque te amo, vive por lo que me faltó vivir a mi y por todo lo que te falta vivir a ti.

— Simplemente no puedo...

— Ahora no es fácil, pero no intentes quitarte la vida de nuevo, por favor, por más que el sufrimiento sea cruel, no lo hagas. Prométeme eso y estaré tranquilo.

— No te lo puedo prometer

— Hana por Dios! esto es duro para mi también, pero es algo que debo dejar atrás, ya no tengo un cuerpo físico, no puedo vivir otra vez junto a ti, no soy la persona que compartirá su vida contigo y aunque es triste, debemos aceptarlo, no puedo explicarte lo que es estar muerto, pero si puedo decirte que podrás superar todo esto, porque eres fuerte, eres una guerrera, eres buena y encontrarás la manera de surgir de las cenizas como el ave fénix.

— Quiero sentirte, abrazarte infinitamente...

— Es hora de despertar.

— No, todavía no.

Mi madre está junto a mi, la veo rezando y muchas lágrimas corren por su rostro.

Eun-ji está fuera de la habitación hablando con un médico.

— Mamá

— Hana, Ay Hana hija!... ¿cómo estás? ¿cómo te sientes?

— Me duele la cabeza, estoy mareada

— Te golpeaste muy fuerte al caer. ¿Porqué Hana? No lo vuelvas a hacer por favor, si algo te llegara a pasar yo me muero también.

— Mamá, lo siento. No pensé, yo solo actúe, me dejé llevar por el dolor.

— Hana, sé que no es el momento, pero me han hablado de una terapia para superar el duelo, me gustaría que asistieras...

— No es el momento, tú lo has dicho.

— Piénsalo por favor, debes superar esto. No quiero perderte a ti también.

— Quiero dormir.

— Está bien, descansa, yo estaré aquí.

......................

Llegó la hora de despedirme de Taeyang, todos sus familiares, amigos cercanos, compañeros de trabajo, hasta su último cliente están presentes, este le informa a la familia que les dará una compensación económica, además de costear todo el funeral, en reconocimiento del trabajo que Taeyang logró realizar, pues, él diseñó por completo el complejo hotelero, que se construirá en las playas de Incheon, lo cual me llena de mucha nostalgia y dolor, ya que era un sueño que Taeyang tenía, poder diseñar y construir algo grande y verlo después tangible ante sus ojos y no podrá hacerlo. Lloro desconsolada mientras mi madre me abraza, Eun-ji me toma de la mano y me acerca al altar, veo su foto y sé que el ataúd está detrás. Yo solo me arrodillo y lloro amargamente, Eun-ji me consuela, dándome golpecitos en la espalda.

— Taeyang siempre te amaré, no te olvidaré jamás, eres y serás el amor de mi vida. No quiero dejarte ir, me haces mucha falta, ¿por qué maldita sea, porqué? ¿Porqué te fuiste?, no quiero estar sin ti... No puedo con tanto dolor!

— Es suficiente — me exclama la madre de Taeyang.

— Señora, Hana tiene derecho a despedirse del hombre que ama y a llorar todo lo que quiera, no sea tan cruel — le reclama Eun-ji.

—¿Cruel? cruel ella que es la culpable de que mi hijo esté muerto y tiene el descaro de venir a llorar aquí, cómo si nada.

— Basta! — grita mi madre. No le permito que siga humillando a mi hija de esa manera, ella al igual que usted está sufriendo, hasta intentó quitarse la vida, no sea injusta señora, así como a usted le duele su hijo, a mi me duele mi hija y por supuesto me duele la muerte de Taeyang, era un joven excepcional, al cual llegué a querer como mi hijo. Tenga consideración y respete el dolor de mi hija, ella necesita despedirse de Taeyang, para tener consuelo y poder seguir.

Yo sigo incada en el suelo, no logro ponerme de pie, el llanto me consume, solo quiero que esto acabe.

La señora Min, mira fijamente a mi madre, su esposo la lleva por el brazo y le pide que deje de molestarnos.

Mi madre me levanta y me lleva hasta un mueble, en donde nos sentamos a esperar a que anuncien el momento de la cremación.

Le pido a mi mamá que nos vayamos, ya ha sido suficiente, han sido tres días en los que he tenido que aguantar aparte de mi dolor, el maltrato de la señora Min. No quiero ver cómo se llevan a Taeyang para volverlo ceniza, me quedo con el recuerdo de su olor, el sonido de su respiración, la imagen de su hermosa sonrisa y la suavidad de su piel.

Me acerco al altar, miro fijamente la foto de Taeyang.

— Adiós amor mío, fuiste lo mejor de mi vida, te llevas mi corazón contigo, nunca te olvidaré, nos encontramos en mis sueños. Te amo.

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