La entrada estaba cada vez más cerca, solo tenía que hacer un último esfuerzo y lograría escapar. Pero, repentinamente, una figura enorme se interpuso en su camino provocando que cayera al suelo.
—Por favor. No quiero lastimarla, mi señora.
Una voz grave dijo lentamente. Lorena volteó a ver el rostro de la figura. Se trataba de un hombre de mediana edad, de rostro cuadrado, nariz recta y cabello corto. Debía medir por lo menos un metro noventa de altura y su torso era tan grueso como el tronco de un árbol. Vestía un traje blanco y sus manos estaban cubiertas por guantes del mismo color.
—Déjeme ayudarla.
Se agachó y extendió su mano derecha para ofrecérsela. Entonces Lorena miró a su alrededor con la intención de encontrar una dirección para seguir con su huida. La esperanza que tenía de lograr escapar desapareció, estaba rodeada por varias personas que, al igual que el hombre, vestían trajes de color blanco.
—¡Qué esperan! Llévenla a adentro. La quiero lista para la cena.
Desde el pie de la puerta del carruaje el hombre que acababa de "comprar" su mano, ordenó. Antes de entrar él en la mansión gritó, dirigiéndose a Lorena:
—¡Ferrera! ¡Ese es tu nuevo apellido!
Había escuchado ese nombre antes, hubiera sido imposible que no lo conociera. La mitad de la ciudad le pertenecía al dueño de ese nombre, un viejo y rico comerciante cuyos negocios eran incontables. Su poder e influencia era quizás comparable al del Conde que gobernaba la ciudad.
Lorena lo siguió con la vista hasta que desapareció por la puerta de la mansión. Súbitamente sintió que un par de brazos la tomaban de la cintura y soltó un gritó. Pero no se trataba, como ella pensaba, del monstruoso individuo.
—Vamos, no nos des más problemas.
Una voz femenina dijo de forma agresiva. La mujer, vestida también con un traje blanco, la puso sobre su hombro. Llevaba el cabello arreglado en una larga coleta. Era delgada y de estatura promedio, y sin embargo, apesar de su aparente complexión débil no tuvo ningún problema para levantarla del suelo.
—¡No! ¡Déjame! ¡Suéltame!
Lorena pataleó y soltó puñetazos con todas sus fuerzas pero no pudo evitar que la llevaran adentro. Un par de minutos después se encontraba sentada sobre una cama en una amplia recámara.
—No des problemas, niña.
La mujer le dijo y salió, dejándola sola. Las lágrimas comenzaron nuevamente a derramarse de sus ojos, y abrazándose así misma, el llanto se apoderó de ella.
—¡Buenas noches!
Después de unos minutos una voz un tanto chillona dijo alegremente. Lorena levantó la cabeza. Debido a su visión borrosa, provocada por las lágrimas, vio dos figuras borrosas de pie frente a ella.
—¡Nosotras seremos tus sirvientas personales!
—¿Eh?
Se talló los ojos con ambas manos. Pronto pudo ver con claridad a dos chicas, un poco más mayores que ella, mirándola con atención.
—¿Qué...?
Preguntó inintencionadamente y un tanto confundida, las chicas eran como dos gotas de agua, idénticas. Ambas median lo mismo de altura, ambas tenían cabello negro, ojos color ámbar y tez ligeramente morena. Portaban el mismo uniforme negro con delantal blanco. Hubiera sido imposible diferenciarlas de no ser por el hechos de que una de ellas llevaba el cabello amarrado con un listón azul celeste.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 49 Episodes
Comments
Salomé Páez
Al menos hubiera sido mayor de edad xq tan niña
2022-03-13
2
Sagaby
Hay que triste pobre chica. 😞😞
2021-11-04
1
Mapig Pg
me encantó
más capítulos por favor
2021-10-20
3