CAPITULO 4

SEMANAS DESPUÉS.

ALLAN.

Descubrir que la señorita Rymer fue finalmente contratada por mi madre no me tomó por sorpresa. Después de la demostración que hizo maquillando mi cara, era algo que me esperaba. Ahora, estar feliz por ello es otro asunto muy distinto. No sé qué tiene esa mujer, pero en cuanto se me acerca me saca de quicio. Quizá por eso, cada vez que nos cruzamos, terminamos discutiendo. Eso sí, aprovecho cualquier oportunidad para molestarla. Si yo voy a enfurecer, ella también tiene que hacerlo.

—Cuando haces esa risita, me das escalofríos —Richard arquea una ceja, mirándome como si estuviera a punto de descubrir algo oscuro. Mi amigo de toda la vida me conoce demasiado bien para mi gusto.

—Estaba pensando en la gordita. Voy a vengarme por haberme llamado "malcriado, abusador y poco hombre" durante el almuerzo. —Sonrío con malicia, disfrutando de solo recordarlo. Seguiré haciéndole la vida imposible hasta que se rinda y renuncie. Despedirla no es una opción; mi madre ha decidido ser su protectora.

—¿Qué te traes con Sofía, Allan? —Richard niega con la cabeza—. Eres el jefe, pero te comportas como un crío.

—¿Crío? ¿En serio? ¿Se supone que debo permitir que me insulte cada vez que abre la boca? —gruño, sintiendo cómo la sangre me sube a la cabeza.

—¿Hablas en serio? —rueda los ojos, exasperado—. La has estado jodiendo sin parar desde que llegó. Le das más trabajo del acordado, ¿qué esperas? ¿Que te agradezca y se tire al suelo a adorarte?

—Ese es el puto problema —aprieto el puño, tratando de contener mi frustración—. Ninguna mujer se atreve a hablarme de esa manera. ¿Por qué ella tiene que ser diferente?

Richard suspira, como si no pudiera creer lo que está escuchando.

—Ah, ya veo. Esto es personal. El ego que tienes es más grande que tú. Dale una oportunidad, Allan. Es buena en lo que hace, una gran ficha para la empresa.

—Pfff —me encojo de hombros, minimizando sus palabras—. Me da igual. Hay miles de chicas que podrían hacerlo mejor. Además, su imagen no es la mejor para la empresa.

—¿Ahora estamos hablando de su peso? —Richard suspira de nuevo—. La contrataron como maquilladora, no como modelo. Ni que la hubieras traído para tu lista de conquistas.

Suelto una carcajada sonora.

—Por supuesto que no. No es mi tipo.

—Como sea, déjala en paz —me lanza una mirada de advertencia—. Si tu madre se entera de lo que has estado haciendo, no la vas a contar.

Pongo los pies sobre el escritorio y me froto los ojos, sintiendo cómo la tensión se acumula en mi cuerpo. Nunca antes había sentido tanta molestia hacia alguien, y menos que alguien se atreviera a desafiarme así. Quizás Richard tiene razón; me lo he tomado demasiado personal, pero no puedo evitarlo.

HORAS DESPUÉS.

Hoy es la noche de estreno de nuestro programa de talentos. Hemos invitado a algunos participantes que ya han sido preseleccionados, y las chicas del equipo de maquillaje están a tope con las preparaciones. Como de costumbre, le asigno trabajo extra a Sofía, disfrutando al verla cargar con más de lo debido. Me divierte ver cómo me lanza miradas asesinas cada vez que pasa cerca de mí.

Pasan un par de horas cuando noto que se ausenta por unos segundos. Aprovecho el momento y, como parte de mi plan, escondo algunos de sus implementos de maquillaje en un cajón. No tengo ni idea de qué son exactamente, pero estoy seguro de que lo notará.

Cuando regresa para maquillar a la siguiente chica, su expresión de desconcierto me hace sonreír de manera maliciosa. Miro de reojo cómo su ceño se frunce más con cada segundo que pasa buscando entre sus cosas. No puede ocultar la frustración, y sé exactamente lo que está pensando.

Como esperaba, se gira y viene directo hacia mí.

—Aquí vamos —murmuro, preparándome para el enfrentamiento.

—¿Dónde están? —su tono es afilado, y la rabia se refleja en sus ojos.

—No sé de qué me hablas —respondo con indiferencia, disfrutando el juego.

—Necesito esos implementos para continuar mi trabajo. ¿Por qué me hace esto? —aprieta los puños, claramente al borde de la explosión.

—Si eres tan profesional, hazlo sin ellos —sonrío de lado, probando cuánto más puede aguantar antes de explotar.

—¡Ya basta! No voy a tolerarlo más —dice, y en un movimiento brusco, recoge su bolso y sale del estudio. Todos en la sala se quedan en silencio, sin saber exactamente qué ha pasado, pero Richard me lanza una mirada que lo dice todo.

Por un instante, me pregunto si me he pasado esta vez. Corro hacia el ascensor justo cuando las puertas están a punto de cerrarse y pongo mi mano para detenerlas.Entro al ascensor sin saber muy bien qué decir.

—¿Ahora qué quiere? —sus ojos están húmedos, y por primera vez desde que la conozco, parece estar realmente afectada. Una punzada de culpa me atraviesa el pecho.

Intento hablar, pero las palabras se atascan en mi garganta. ¿Qué debería decir? He sido un imbécil con ella desde el primer día, y ni siquiera sé por qué.

—¿Por qué me sigue? ¿Qué más quiere? ¡Ya me voy, si eso es lo que quiere! ¿Qué? ¿Por qué me mira de esa forma? ¡No leo la mente, señor! —sus palabras son como una ráfaga incesante, su voz entrecortada por la frustración.

—Puedes... callarte —murmuro, casi sin pensarlo, mientras mis ojos se fijan en sus labios pintados de rosa, que no dejan de moverse.

Antes de que pueda detenerme, mi cuerpo actúa por su cuenta. La aprisiono contra la pared del ascensor y, sin pensarlo dos veces, pego mis labios a los suyos.

El contacto es eléctrico, y una oleada de deseo me invade. Mi boca se mueve sobre la suya, buscando más, queriendo más, hasta que siento un empujón violento que me manda al otro lado del ascensor.

Sus ojos chispean de ira mientras se acerca de nuevo, y antes de que pueda reaccionar, siento su mano impactar contra mi mejilla con un golpe seco.

—¡Esto era lo último que faltaba, señor Allan! —grita antes de salir del ascensor, dejándome ahí, aturdido y confundido.

¿Qué demonios acabo de hacer? ¿La besé?

Aprieto el botón para volver al estudio, con la mente hecha un caos. Mientras camino por los pasillos, mi cuerpo sigue en estado de shock, incapaz de procesar lo que acaba de pasar.

¿Y por qué, a pesar de todo, no me arrepiento de haberlo hecho?

Más populares

Comments

Edith Meraz

Edith Meraz

/Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/ESE ES TODO EL PLEITO TE GUSTA SOFIA /Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool/

2024-10-13

1

M@rin

M@rin

🤣🤣🤣🤣🤣🤣

2024-09-21

1

Janeth Vega

Janeth Vega

😱😱😱😱😱

2023-04-13

2

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play