El sol estaba en lo alto, mire mi muñeca derecha.que llevaba el reloj, suspiré aliviada al ver que llegaba a tiempo. No estaba acompañada de Sivi está mañana, sufría de problemas estomacales, odiaba estar sola en la escuela pero podía llevarlo con serenidad, eso creo.
La pregunta del profesor me ha estado molestando toda la mañana pero pude responder, "¿Crees en Dios?" no debería de preguntarse, fue quien nos dió vida y la oportunidad de estar hoy mismo de pie, creo que este hombre nos hará reflexionar de cada cosa que se le ocurra con tal de poder debatir.
Llegué a la clase del profesor e increíblemente teníamos de nuevo la materia, literatura. Él profesor se encontraba reposado en su silla junto al escritorio, posaban unas gafas estilo Harry Potter en su palido rostro, estás hacían que resalte la profundidad de sus ojos.
- Sara -dijo escribiendo en su cuaderno.
- Profesor.
Vi como se tapo el rostro, dándose la vuelta, dijimos que llevar varias materias sería estresante para un joven como él o capaz al mirarme recordó el gran momento de ayer.
La alarma sonó y todos los alumnos entraron, después de que todos estuvieran en su lugar, Lucke sin dar rodeos hizo referencia a la pregunta previa, parecía tan interesado en nuestras respuestas o creencias que podía notar la ansiedad que llevaba por saber.
- ¿Pudieron responder lo que les dije?.
Miguel llegó en el momento adecuado, se disculpo y sentó diciendo:
- Obviamente hay un Dios en este mundo, fue quien nos dió la vida, quien nos protege y cuida, gracias a ellos y sus ángeles de la guarda estamos bien.
- Creo que está pregunta no resultó como esperaba, a estás edades creí que podían debatir pero creo que se molestaran si todos piensan de la misma forma.
- ¿Usted no cree en Dios?
Dijo mi compañero de banco, seriamente se acomodo cruzando sus brazos.
- Creo en Dios, al igual que creo en el diablo, en demonios, ángeles. Pero no de la misma forma. Creo que hay otra perspectiva.
Todos quedaron viéndolo y oyendo sus palabras, para algunos se hacía difícil de entender, pero igualmente querían saber su pensamiento. Espero que todo esto no cause una discusión de religiones, cada uno debe respetar su creencia aunque piensen que este mal.
- Creo que esto lo tomas como parte de mitología, pero es real. -le dije seriamente- ¿Tu de que hablas?.
- Siempre habrán dos lados, como en una época estaban los negros y los blancos. Los morenos creían que los pálidos eran malos, porque los insultaba y despreciaban, pero no todos lo hacían, al igual que los blancos pensaron que los otros eran malos por solo ser diferentes.
Intenté comprender lo que explicaba, Dios existía pero es bueno según sus seguidores que lo admiran, al Diablo también lo respetan y quieren, son distintas perspectivas aceptables. No habrá un lado bueno o malo hasta que se conozca la verdadera historia y por su manera de decirlo al igual que sus pensamientos, trata de expresar que no cree en la biblia o al menos no en la que leemos en la actualidad. Capaz que haya otra versión de esta, aun así esta y todos le oramos a nuestro padre.
- ¿Cómo puedes afirmar eso sin ser seguidor de Satanás?. -Miguel habló- el verdadero asunto es, Lucke ¿En serio quieres hacer esto?, tratas de decir que es bueno o malo según a quienes lo admiren. Por eso mismo nos estas hablando de esto, crees en alguien y deseas que también lo hagamos, pero Dios es el único en nuestros corazones.
El profesor lo miro con algo de desprecio, no debió hablar de este tema, la mayoría de personas en este tiempo tiene una idea más abierta a las religiones o el universo, pero en este colegio la mayoría son católicos, cristianos y evangelistas. Parece que no le caera bien ese joven, tienen pequeños roces desde el primer día de clases.
- Te equivocas Miguel, yo creo en ambos pero los dos están mal interpretados.
Sus intensas miradas y energías que desprendían de su cuerpo podía notarlas fácilmente, Lucke rápidamente dejo de lado el asunto rindiéndose. Empezó a escribir en el pizarrón, cada uno debía hacer su diario personal, las cosas serían leídas por él con la intención de aprender a expresarse a través de la belleza y buena ortografía.
Mi mente dio paso al recuerdo de ayer, un momento me pause para recordar cada detalle, la concentración hizo que pueda sentir toda una vibra positiva rodeándome por completo, pero dentro de ella una oscuridad inexplicable, como si una luz me intentara proteger de una sombra que se acerca poco a poco.
Con el diario en la mano, escribí:
"se me paraliza el corazón al recordar que dos vidrios enormes se caían desde lo alto de un edificio en dirección a Sivi, el instinto para salvar a mi amiga puso en juego mi vida. Los vidrios se rompieron antes de llegar a mi cabeza, como si alguien estuviera protegiendome para que nada pasará.
Los angeles me salvaron, no tenía miedos, el pánico no estaba en mí, solo la alegría de que ella estuviera bien hoy me mantiene en pie. La piel no se me erizará al saber que estuve en peligro, pero lo hará cuando recuerde el rostro de Sivi abrazándome preocupada, soy feliz porque estamos bien".
Cada vez que terminaban de escribir un recuerdo que quisieran desprender o algo que sentían en el momento, debían llevárselo al profesor para que verifique su escritura. Se lo lleve con tranquilidad, al dárselo toque su mano y todas mis emociones se alteraron, me aleje bruscamente, viendo su oscura mirada me preocupe, todos estaban atento a su historias, menos Miguel, quien me sonrió amablemente desde su banco e hizo señas para que me acercara.
- ¿Qué te ocurre Sara?.
- De un segundo a otro me sentí completamente mal, como si mi corazón se hubiera detenido.
- Ese profesor me da mala espina, solo te advertire que no te acerques, por las dudas.
Después de tanto susurrar me llamo Lucke, tapándose el rostro me dió el diario e hizo señas para que vuelva a mi banco.
El timbre había sonado, casi todos se marcharon de la clase, excepto yo que me quedé dibujando en mi cuaderno de arte, era lo que hoy en día me apasionaba, cada trazo que daba en la hoja era como estar volando lejos de este mundo. Nunca aprendí a expresar bien mis emociones, pero se podían comprender con cada dibujo que hacia, todo arte es una mínima expresión de nuestro interior.
- Sara, acércate.
Desconcentrada del entorno, olvide por completo la existencia del profesor, me corrí de la silla dando pasos hacia el escritorio de madera que se encontraba lleno de cuadernillos y papeleo para corrección.
- ¿Sí?
Sus palabras no salieron en ningún momento, su mirada estaba exactamente en mi y parecía confundido, ¿Para que me llamó si no dirá nada?, ya no solamente es un presentimiento porque esta persona no solo se ve, si no que es alguien que lleva oscuridad, al igual que mis pensamientos al verlo fijamente. Al pensar en esto la paranoia y oscuridad me sofocaban, los ojos negros que él tenía me provocaba nerviosismo. Debía controlarme y era lo que haría, cuando pude lograrlo, su mirada se desvío.
Rechazándome nuevamente, con un simple movimiento se levanto de la silla y salió del salón dejándome sola.
Habían pasado clases de matemáticas, física y justo ahora estábamos saliendo de educación física.
La profesora nos torturó e hizo correr por una hora hasta que acabo la clase, si nos deteníamos íbamos con un cinco al boletín, solo podías descansar caminando.
Otra vez había faltado el profesor de una materia, no entendía que estaba pasando pero ví que Lucke estaba saliendo, ¿Sería demasiado malo seguirlo? Agarre la campera negra de mi mochila y me la acomode con la capucha. Salí del colegio, sigilosamente lejos de el tome el celular por si me descubría solo estaría distraída mirando la pantalla, pero se me ocurrió llamar a Sivi en el y fui hablando con ella, estando a más de cinco metros de distancia.
- Sivi-susurre - estoy siguiendo a Lucke.
- ¿Y lo dices tan tranquila? ¿Qué rayos te ocurre? -pude escuchar su elevada voz por el celular-¿Por qué lo haces?.
- Es muy sospechoso, sabes que quiero ser policía - en un intento de seguimiento, se me había perdido- espera, luego te llamo.
La única posibilidad que tenía es que haya entrado al callejón, dónde hay unos bares para mayores de dieciocho años. Alguien me agarró de la espalda, sentí como mi corazón se aceleraba al girar para ver de quién se trataba, mi ojos abiertos como platos y cuerpo nervioso se relajaron al verlo.
- ¿Estabas siguiendo al profesor? -dice Miguel- ¿Qué te he dicho?.
- ¿Cómo sabes eso? -susurre- ¿Me estabas siguiendo?.
- ¡Claro que no!, Yo también lo seguía.
Reí ante su comentario, creo que ambos teníamos una razón para unirnos y parecía una persona tan amigable que me provocaba escalofríos.
Su mirada dulce y pelo colorado brillaban a la luz del sol, hacer estás cosas con una persona así era arriesgado, pero sentía que él sabía algo y no me quería cerca de él.
- ¿Estás bien? -sus cálidos dedos apartaron el flequillo largo que se interponia con mis ojos miel - ¿Por qué haces esto?.
- Se ve sospechoso, se puede ir a cualquier hora del colegio, debe tener aproximadamente 20 años y tiene demasiados títulos o eso dice tener, su mirada es muy oscura al igual que su energía. Cada vez que me acerco siento la oscuridad abrazándome.
Su ojos se hicieron más celestes, sonrió mostrando su perfecta sonrisa, el ambiente se llenó de armonía y bienestar, sonreí con él, bajando la mirada y le expliqué que debía irme.
- Te acompañaré a tu casa, quiero que llegues a salvó.
Sin decir ninguna palabra, puse mis manos en los bolsillos, el sol alumbraba todo edificio y sendero, minutos después de caminar y sin haber pronunciado una palabra en todo el camino llegamos, subí al sendero viéndolo sonreír al partir.
Pude ver qué una nota mal puesta sobresalía del buzón, la saqué con cuidado, no tenía sobre, solamente un escrito anónimo que tenía cuatro palabras.
"cuidado a quien sigues".
En ese instante sensaciones sombrías recorrieron todo mi cuerpo, el pavor que sentía hizo que ninguna palabra pueda salir, como pudo detectarme. Entre a mi casa rápidamente yendo para la habitación, recostada marqué a Sivi en el celular.
- ¡Debo decirte algo rápido! -deje al papel en una punta viéndolo con repulsión- cuando te corte es porque perdí de vista a Lucke, me encontré con Miguel, me acompaño a casa...
Interrumpida por mi mejor amiga que se encontraba ansiosa al escuchar el nombre del muchacho que me acompaño, pude sentir su emoción del momento.
- Me acompaño porque anteriormente me dijo que Lucke parecía peligroso y no debía acercarme a él.
- ¡Está celoso Sara!
- ¿Celoso? Encontré una nota en mi buzón, anónima.
- ¡Admirador secreto! ¿Quién pudo ser? - escuché el grito ahogado y emoción que sentía- para mí es Max, siento que gusta de ti.
- No creo que sea Max, ya no somos amigos y nunca gusto de mí -hice una pausa- la nota decía, "cuidado a quien sigues".
Silencio hubo por ambas partes, yo no sabía que decir al respecto ni ella como reaccionar, si en verdad era el profesor quien lo envío tuvo que ser muy rápido, si lo entrego al director me preguntará si en verdad lo seguí, ¿Si me enfrentó a Lucke? ¿Cómo saldrá?.
- No me gusta nada esto, no lo debiste haber seguido.
- Lo sé, pero el no debió haber mandado esto. Tengo que cortar, mañana hablamos mejor.
Sin dejar que se despidiera le corté la llamada, me quedé boca arriba pensando en lo que haría, hasta que escuche el ruido del buzón.
No quería saber lo que habían dejado, tenía terror, pero me levanté dirigiendome a la entrada, abrí al buzón y eche un vistazo viendo una boleta de gas, la calma que había sentido en ese instante se ausento cuando pude ver otra nota debajo.
"no juegues un juego en el que perderás, no te acerques mucho o arderas, los roles pueden cambiar cuando menos te lo esperes".
¿Los roles pueden cambiar? ¿No te acerques o arderas? en verdad esto ya no es curiosidad, el seguimiento lo tomo en serio y de una manera amenazante, ¿Pero por qué sentirse amenazado si no hace nada malo? A menos que en verdad este metido en problemas, esto no me gustaba para nada, pero el tenía miedo, me intrigaba el saber porque lo tenía, lo averiguare cueste lo que cueste.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 20 Episodes
Comments