Dorothea & Kendall

12 y 13 años.

Secundaria.

Kendall y Dorothea se encuentran acostados sobre una manta en el jardín trasero de la casa del mayor. Es sábado por la tarde, la menor de los dos había llegado por la mañana siendo dejada por su madre antes de irse al trabajo. A estas alturas es común verla por la casa como si fuera un miembro más de la familia.

-El otro día mire como Cristián y Sofía se besaban en la boca.- Comento Dorothea jugando con los dedos de la mano de Kendall.

Se encontraba utilizando uno de los brazos del mayor como si de una almohada se tratara.

-Escuche que ellos tienen sexo.- Comento Kendall con los ojos cerrados.

Dorothea se sentó sobre la manta mirando asombrada a Kendall. Ambos ya habían visto en clase sobre los aparatos de reproducción masculino y femenino y sabían un poco de educación sexual, pero aún así es sorprendente escuchar a su mejor amigo decir sexo como si fuera lo más normal.

-Mamá dijo que no puedo tener sexo con nadie hasta que tenga mi propia casa y eso es después de conseguir un trabajo fijo y mi primer auto.- Comento angustiada.- Van a arruinar sus vidas.

Kendall abrió sus ojos mirando la expresión de preocupación en el rostro de su mejor amiga. A pesar de que los chicos de los que hablan van en último año ellos aún no tenían todo lo que dijo la madre de Dorothea.

-Mamá no comentó nada sobre besos.- Volvió a abrir sus grandes ojos mirando a Kendall.- Bésame.

-¿Qué?- La miro asombrada por la petición que le está haciendo.

Nunca se han dado besos en la boca, es común en ellos besarse en las mejillas o frente, pero la boca ya es algo más íntimo según Kendall.

-Bésame.- Volvió a repetir segura de su palabra.- Si me besas sabré lo que se siente y estaré segura de que no hay nada malo con los besos.- Posiciono su rostro enfrente de Kendall.

El mayor de los dos se sintió nervioso por lo que iba a suceder. Esta seguro de que tiene sentimientos hacia su amiga más allá de la amistad y no quería que un beso fuera a cambiar su relación.

No supo si tardó en responder o si Dorothea está apresurada, cuando sintió su boca junto a la suya. Ambos tenían los ojos abiertos y ninguno movió sus labios y aunque solo fueron menos de cinco segundos, para Kendall se sintió el triple de tiempo.

-Me siento normal.- Dijo una vez que se alejó de él. Lo miro a lo ojos una vez más antes de cerrarlos y volver a juntar sus labios.- No me siento embarazada.- Se alejó de él una vez más confirmando sus sospechas tocando su estómago.- ¿Tú te sientes embarazado?- Lo miro curiosa.

-Solo las mujeres se embarazan.- Comento procesando lo que había sucedido.

-Tienes razón.- Se río dándose cuenta de la tonta pregunta que hizo.

Ambos se quedaron un rato más en la parte trasera de la casa. No hablaron más sobre besos y sexo el resto del día, pero Kendall no dejaba de pensar en lo sucedido.

La chica que le gusta lo había besado.

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16 y 17 años.

Preparatoria.

-Creo que me gusta un chico.- Comento Dorothea sentándose al lado de Kendall.

Ambos se encuentran en la parte trasera de la escuela escondidos en los árboles, ya que por decisión propia no habían entrado a una clase. Llevaban más de media clase comiendo dulces y platicando de cualquier cosa.

El corazón de Kendall empezó a latir rápidamente ante las palabras de su mejor amiga. Nunca le ha mencionado sobre sus sentimientos a pesar de que se agarraban de la mano, se dan besos en la boca y se dicen apodos cariñosos.

-¿Quién?- Esta nervioso por saber si ella siente lo mismo que él.

-Derek.- Respondió sin mirarlo con su vista puesta en el paquete de gomitas acidas en forma de aros.

Kendall sintió el mundo detenerse por un segundo. Sintió un gran dolor en su pecho como si el nombre que había mencionado Dorothea le rompiera el corazón. Sintió ganas de ir corriendo con su madre y llorando suplicarle que obligara a su amiga a sentir lo mismo que él, pero no lo haría, porque los sentimientos hacia ella son más fuertes y no la haría sentir infeliz por sus deseos.

-Bien por ti.- Se puso de pie agarrando su mochila y sacudiéndose la tierra del pantalón del uniforme escolar.

-¿Ya nos vamos?- Pregunto Dorothea con la boca llena de gomitas juntando rápidamente los empaques vacíos que se encontraban frente a ella.

-Tengo algo que hacer, tú puedes seguir aquí.

-¿No quieres que te acompañe?- Pregunto curiosa ya que Kendall no la estaba esperando como siempre lo hacía.

-No.- Dicho eso se alejó de ella.

Dorothea se quedó confundida por lo que había sucedido, ya que todo estaba bien entre ellos y a pesar de que no podía ingresar cuando lo acompañaba a algún lugar siempre lo esperaba afuera del lugar en el que se encontrara.

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Ha finalizado la jornada escolar y todos los estudiantes se encuentran saliendo de sus aulas camino a sus casas. Dorothea se encuentra preocupada ya que desde la vez que hablo con Kendall en su escondite durante la mañana no lo ha vuelto a ver, tampoco se presentó a las siguientes dos clases obteniendo una falta.

Escucho gritos y diversión fuera de la escuela así que apresuro sus pasos curiosa por lo que estuviera sucediendo. Se detuvo de golpe al ver como Kendall se peleaba con Derek.

-¡Kendall!- Grito corriendo hacia ellos.

Ya no le importaba Derek, simplemente quería detener la pelea para que Kendall no fuera a dirección y no se metiera en problemas con sus padres.

Dos chicos más se acercaron a ellos ayudándola a separarlos. Se paró delante de Kendall una vez que lo separaron del otro chico, observando como tenía sangre en su nariz y algunos rasguños y golpes en su rostro. El uniforme que siempre presenta perfectamente planchado y limpio se encontraba roto de la camisa y con polvo. A pesar de no ver a Derek conocía a Kendall y sabia que se encontraba igual que él o incluso peor.

Lo agarro de la mano y lo jalo lejos de la escuela antes de que la directora o algún profesor se acercara.

-¡¿Por qué lo hiciste?!- Lo miro molesta una vez que se detuvieron una cuadra después.

-No es de tu incumbencia.- Se limpio la sangre con la camisa del uniforme.

-Es de mi incumbencia porque eres mi mejor amigo.- Saco la botella de agua de su mochila y se la entrego para que se enjuagara el rostro.- No debiste pelearte.

-Él es un idiota.- Escupió en la tierra enjuagado su boca.- Ni siquiera debería de gustarte.

-Él ya no me gusta.- Dorothea se encogió de hombros.- No después de que te golpeo.- Le paso una toallita de papel para que se limpiara el rostro.

Kendall aceptó lo que le estaba ofreciendo sintiéndose feliz a pesar de los golpes en su cuerpo. Saber que a Dorothea ya no le gusta un idiota es una sensación increíble después de toda la tristeza que sintió esta mañana.

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18 y 19 años.

Universidad.

Kendall observó la belleza en su máximo esplendor quedando una vez más impresionado. Las luces del lugar parpadeaban, pero no evito que dejara de apreciar la obra de arte que se encuentra a unos metros delante de él. Dorothea bailaba al ritmo de la canción que se escuchaba por todo el lugar.

Ambos amigos habían asistido a una fiesta de un chico de la universidad y después de un tiempo de beber y conversar Dorothea se alejó de Kendall dirigiéndose a la pista de baile improvisada siendo apreciada todo este tiempo por él. Movió sus brazos pasándolos por su cuerpo con una sonrisa en su labios. Make Up de Ariana Grande había sido remplazada por Cherry de Lana del Rey y Dorothea no perdió el tiempo en bailar una de sus canciones favoritas.

Dorothea se dio cuenta de la mirada de su mejor amigo cuando bajaba al ritmo de la canción. Le sonrió coqueta, algo nuevo en ellos dos y subió la orilla de su falda dejando la piel de su pierna expuesta más de lo normal sin aparta su mirada de los ojos de Kendall.

Algo de lo que ambos se habían dado cuenta es que la más joven de ellos se había vuelto descarada conforme fueron creciendo y está noche no fue una sorpresa que tratara de provocarlo cuando anteriormente ya lo había hecho. Es consciente de que es hermosa y no solo porque Kendall se lo repite cada que puede.

Dorothea siguió bailando al ritmo de la canción sin saber que el corazón de su mejor amigo latía rápidamente no solo por su manera provocativa de bailar si no también por la belleza que la acompaña.

Y en ese mismo instante Kendall se dio cuenta de que esta completamente enamorado de ella.

Que su gusto en vez de disminuir simplemente incremento y que lo seguirá haciendo cuanto más tiempo pasen juntos. Que nadie ni nada podrá evitar el amor que le tiene, pero es consciente de que no le dirá lo que siente por miedo a alejarla de él ya que no podrá soportarlo si ella no siente lo mismo.

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