𝙱𝚒𝚎𝚗𝚟𝚎𝚗𝚒𝚍𝚘 𝚊𝚕 𝙰𝚛𝚎𝚊 𝚁𝚘𝚓𝚊, 𝚍𝚘𝚗𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚕𝚘𝚌𝚞𝚛𝚊 𝚗𝚘 𝚎𝚜 𝚞𝚗 𝚍𝚒𝚊𝚐𝚗𝚘𝚜𝚝𝚒𝚌𝚘... 𝚂𝚒𝚗𝚘 𝚞𝚗𝚊 𝚜𝚒𝚗𝚏𝚘𝚗𝚒𝚊.
𝚂𝚒𝚎𝚝𝚎 𝚙𝚊𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜.
𝚂𝚒𝚎𝚝𝚎 𝚒𝚗𝚏𝚒𝚎𝚛𝚗𝚘𝚜.
𝚄𝚗𝚊 𝚎𝚗𝚏𝚎𝚛𝚖𝚎𝚛𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚖𝚊𝚗𝚘𝚜 𝚜𝚞𝚊𝚟𝚎𝚜.
𝚈 𝚞𝚗 𝚑𝚘𝚜𝚙𝚒𝚝𝚊𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚌𝚞𝚛𝚊, 𝚜𝚒𝚗𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚜𝚞𝚖𝚎.
¡𝙲𝚄𝙸𝙳𝙰𝙳𝙾!
𝙰𝚚𝚞𝚒 𝚕𝚘𝚜 𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘𝚜 𝚐𝚛𝚒𝚝𝚊𝚗 𝚎𝚗 𝚜𝚒𝚕𝚎𝚗𝚌𝚒𝚘 𝚢 𝚕𝚘𝚜 𝚎𝚗𝚏𝚎𝚛𝚖𝚘𝚜 𝚋𝚎𝚜𝚊𝚗 𝚌𝚘𝚗 𝚌𝚞𝚌𝚑𝚒𝚕𝚕𝚘𝚜.
¿𝚀𝚞𝚒𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚜𝚊𝚕𝚟𝚊𝚛𝚕𝚘𝚜, 𝙺𝚊𝚗𝚐? 𝙴𝚕𝚕𝚘𝚜 𝚝𝚊𝚖𝚋𝚒é𝚗 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚎𝚗 𝚜𝚊𝚕𝚟𝚊𝚛𝚝𝚎... 𝙰 𝚜𝚞 𝚖𝚊𝚗𝚎𝚛𝚊.
𝙳𝚒𝚜𝚏𝚛𝚞𝚝𝚊 𝚕𝚊 𝚕𝚎𝚌𝚝𝚞𝚛𝚊... 𝙳𝚎𝚜𝚙𝚞𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚊𝚛𝚊𝚜 𝚒𝚐𝚞𝚊𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚕𝚕𝚘𝚜.
NovelToon tiene autorización de ItZunarxy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 9
—Veo que todos están aquí —sonreí suavemente — ¿es porque quieren verme o porque no les queda opción?
Aquel era mi tercer día y segunda terapia grupal, nada mal para ser nueva.
Todos habían entrado a la sala común encontrándose con el mismo escenario que el día anterior, una ronda de sillas. Diferente a las visitas anteriores, ya no había tensión, sino algo más.
Ash no sé alejó apenas entró.
Adrian me observaba con una intensidad menos hostil, más calculadora.
Ethan sonríe como si esperara algo de mi.
Jay mantiene su postura cerrada pero ya no me ignora.
Jake parece entretenido, como si estuviera estudiándome.
Noah dibuja algo en su pierna con sus dedos, murmurando.
Nathaniel es el único que sigue alejado pero al menos levanta la mirada.
Noté que, aunque había reservas, no me miraban cómo una simple enfermera.
—Un poco de ambas —respondió a mi pregunta Ethan, apoyándose en la silla.
—¿Qué tienes preparado hoy? —Adrian se cruza de brazos.
—¿Vas a hacernos preguntas otra vez? —dijo Ash en voz baja.
...«Te equivocas Vane. Si sólo hago preguntas cómo antes, se cerrarán de nuevo, necesito algo más...»...
—No —sonreí y me senté — esta vez quiero contarles algo de mi.
Esto los desconcertó, al parecer nadie del hospital les había hablado sobre su propia vida.
Jake dejó de jugar con sus manos y me miró directamente.
Jay entrecerró sus ojos, evaluando si era una trampa.
—Vaya... Eso sí es inesperado —Ash sonrió levemente, relajado.
—¿Por qué ahora? —Adrian analizaba.
—Hasta ahora, hemos hablado sólo sobre ustedes —dije con calma — sus experiencias, sus emociones y considero que sería justo que sepan un poco más sobre mí... ¿No les parece?
—Las sombras nunca hablan de sí mismas... —susurró Noah.
Algunos asintieron, otros sólo se quedaron callados y me limité a ignorar las dudas.
—No crecí soñando con trabajar aquí —dije calmada — en realidad cuándo era niña quería ser escritora, nunca pensé que llegaría a un lugar como este.
Adrian frunció el ceño, intentando descifrar si decía la verdad.
Ethan me observó con una media sonrisa, como si estuviera esperando una revelación impactante.
Jay parece escéptico, pero escucha.
Jake se inclina un poco hacia adelante, entretenido.
—Pero... Lo hice porque hay alguien que depende de mí —suspiré — mi hermano.
Aquello cambió el ambiente, nadie esperaba que tuviera a alguien importante en mi vida.
—¿Hermano? —Ash levantó la mirada, mostrándose interesado.
—Se llama Kai —asentí — es mucho menor que yo y está enfermo. Necesito éste trabajo, para salvarle la vida.
Noah dejó de dibujar y observó con una extraña seriedad.
Jay desvió la mirada, pero parecía más pensativo que indiferente.
Ash bajó la cabeza, murmurando algo inaudible.
—¿Nos lo dices porque quieres que confiemos en ti, o porque de verdad quieres que lo sepamos? —preguntó Adrian evaluándome.
—Porque quiero que lo sepan —dije sincera — porque la confianza no se gana sólo con palabras, sino con acciones, y yo confío en ustedes.
Y en ese momento algo cambió, pero no supe expresar qué.
En el rostro de Ash se formó una extraña mezcla de tristeza y empatía.
La mirada de Adrian, aunque continuaba evaluando la situación, ya no era desconfiada, sino curiosa.
Ethan parece sorprendido de que no haya usado mi historia para manipularlos.
Jay sigue sin hablar, pero ahora su tensión ya no es de rabia, sino de algo más profundo.
Jake sonríe levemente, como si encontrara la situación aún más interesante.
Noah murmura para sí mismo.
Nathaniel desvía la mirada, pero su mano se cierra en un puño, como si procesara algo nuevo.
—Así que no eres tan diferente de nosotros después de todo —sonrió Ash suavemente.
—Nunca lo fui —le sostuve la mirada.
—¿Entonces qué te hace pensar que nosotros somos tan diferentes de ti? —se inclinó hacia adelante.
—Realmente nunca creí que lo fueran —me mantuve serena — al menos tenemos algo en común.
—Entonces estás aquí por obligación —dijo Adrian frunciendo el ceño levemente.
—No —negué con la cabeza — estoy aquí porque quiero ayudar.
James bajó la mirada por un momento y volvió a mis ojos.
—Si estuviera en tu lugar, haría lo mismo —expresó su aprobación.
—Vaya Kang —Ethan sonrió un poco pero sin burla — lo tuyo es admirable.
—¿A qué te refieres?
—Porque si estuviera en tu lugar y a diferencia de Adrian —me miró con interés — no sé si haría lo mismo.
—Eso es una mierda —exclamó Jay, frotándose el rostro con una mano.
—¿Por qué lo dices? —su reacción me sorprendió.
—Porque no es justo —murmuró sin mirarme — no debería depender de ti salvar a alguien.
—Lo sé, pero nada en la vida es justo.
—Eso significa que tienes mucho en juego aquí —Jake sonrió suavemente.
Asentí.
—¿Y qué harías si tuvieras que elegir? —Jake inclinó su cabeza.
—¿Elegir qué? —fruncí el ceño.
—Entre salvar a tu hermano —se encogió de hombros con una sonrisa — o salvarnos a nosotros.
Silencio sepulcral... No voló ni una mosca.
Inspiré profundamente.
—No voy a responder preguntas que me hagan dudar de mí, Jake —me tensé un poco — los salvaría a ambos... Porque sé que puedo.
—Todos dicen que se quedan hasta que encuentran algo mejor... —murmuró Noah desconectado.
—No tengo algo mejor, Noah —sonreí con tristeza.
Ya todos han hablado, a excepción de Nathaniel qué ha permanecido en silencio toda la sesión. Simplemente estaba sentado allí con su mirada baja, no parece indiferente pero tampoco reacciona cómo los demás.
—¿Quieres acotar algo, Nathaniel? —me giré hacia él, invitándolo a participar.
No responde de inmediato, pasa un momento antes de que finalmente se lo vea dispuesto a hablar.
—Es una estupidez —su tono fue bajo.
—¿Por qué dices éso? —parpadee.
Nathaniel levantó lentamente la mirada hasta cruzarse con la mía, sus ojos eran fríos pero dentro de ellos brillaba una chispa de una emoción reprimida.
—Hacer tanto esfuerzo por alguien que podría morir de todos modos...
Sabía que no lo decía con maldad, sino con resignación, no entendía mi sacrificio.
—Si fuera alguien a quién amas... ¿No harías lo mismo? —sostuve la tranquilidad, no había razón para reaccionar con enojo.
—No sirve de nada —Nathaniel apretó la mandíbula, desviando su atención.
—¿Por qué dices éso?
—Porque la gente muere igual —alzó los hombros — no importa cuánto intentes salvarlos.
No me estaba criticando, estaba expresando su propio miedo y dolor.
...«¿No creés en los finales felices, Nathaniel?»...
—Aún así no puedo rendirme —dije tratando de leer sus expresiones — no quiero vivir con el arrepentimiento de no haberlo intentado.
Grey centró su atención en mí, en el brillo animador de mis ojos y por primera vez, su expresión cambió... No fué frialdad, sino algo más profundo, más cercano al respeto.
El pelinegro suspiró casi con frustración.
—Eres demasiado buena para éste lugar —murmuró.
Llegué a la conclusión de que aquella conversación me hizo ver cómo alguien real, alguien con problemas y vulnerabilidad.
Quizás ahora verían a una persona con una lucha propia, alguien que se sacrifica como ellos nunca habían visto antes.
Y creo que, por primera vez, había provocado algo en ellos.
—Ahora nos conoces un poco más y nosotros a ti —sonrió Ethan con sus ojos fijos en mí.
—Y eso cambia las cosas... —asintió lentamente Adrian.
...«Lo logré... Generé la confianza que buscaba»...
—Bien, eso es todo por hoy —di por finalizada la terapia — gracias por compartir esta charla conmigo.
Cuándo me puse de pie para irme, logré percibir muy débilmente, una voz baja.
—No dejaremos que nada te pase... —susurró Ash lo suficientemente fuerte para que lo escuche.
El resto de pacientes no dijeron nada, pero tampoco lo contradijeron.
Sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral, pero sólo asentí y sonreí.
—Los veo más tarde.