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EL CACHORRO DEL ALFA

EL CACHORRO DEL ALFA

Status: En proceso
Genre:Hombre lobo / Embarazo no planeado / Embarazada fugitiva / Reencuentro / Demonios / Brujas
Popularitas:54.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Adriánex Avila

Dayana, una loba nómada, se ve involucrada con un Alfa peligroso. Sin embargo un pequeño bribón hace temblar a la manadas del mundo. Daya desconcertada quiere huir, pero termina en... situaciones interesantes...

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Cap. 16 Vuelve a tu forma. Ahora.

En el umbral de la sala, Lycas estaba plantado. Su figura parecía haber crecido, llenando todo el marco de la puerta. Su rostro era una máscara de furia glacial, pero era en sus ojos donde residía el verdadero terror, un gris tempestuoso que prometía una violencia absoluta y metódica. Su aura, usualmente contenida, se expandió como una sombra palpable, aplastando la voluntad de todos los presentes. Hasta los lobos más veteranos bajaron la cabeza instintivamente.

Akira, la loba blanca de Dayana, se separó de un salto de la Delta herida, que jadeaba en el suelo con el pelaje manchado de sangre y varias heridas profundas. Akira también estaba lastimada, con cortes y su blanco pelaje teñido de carmesí, pero se mantenía en guardia, gruñendo bajamente, sus ojos de miel brillando con un desafío feroz que no cedía ni ante el Alfa.

Ariadna, que había estado observando la pelea con una mezcla de confusión y cruel diversión, palideció visiblemente. Su seguridad se esfumó, reemplazada por un miedo genuino al ver la expresión de su hermano.

—H-hermano… —tartamudeó, retrocediendo otro paso.

—Esta… esta Omega salvaje me atacó… ¡Y atacó a mi Delta! ¡Se atrevió a desafiarnos!

Lycas no la miró. Su mirada, como dos puntas de lanza, estaba clavada en Akira. La reconoció al instante. La reconoció en la ferocidad, en la postura desafiante, en los ojos que, incluso en forma de loba, ardían con el mismo fuego que los de Dayana.

Avanzó. Cada paso suyo era eco en el silencio mortal de la sala. Se detuvo primero frente a su Delta herida, que gimió y se encogió, mostrando la garganta en sumisión total. Lycas la ignoró por completo.

Luego, se giró hacia Akira. La loba blanca mantuvo su posición, emitiendo un gruñido bajo y continuo, una advertencia.

—Dayana. —El nombre no fue un grito. Fue un comando bajo, cargado con todo el peso de su autoridad y su ira contenida.

—Vuelve a tu forma. Ahora.

La orden del Alfa era tan poderosa que hizo vibrar el aire. Era una fuerza que la mayoría de los lobos no podían resistir.

Pero Akira no se sometió. Solo gruñó más fuerte, plantándose aún con más firmeza, protegiendo el espacio entre ella y donde yacía el llanto de Óscar.

La furia en los ojos de Lycas se intensificó, mezclada con algo de… asombro. Una Omega desafiando una orden directa de su Alfa era algo casi inconcebible.

—TE DIJE QUE TE TRANSFORMES —rugió, y esta vez la onda de poder fue tan intensa que hizo que varios presentes se estremecieran.

Akira vaciló. El poder la golpeó como un mazo, pero aún resistió, negándose a ceder. Su resistencia era en sí misma un acto de rebelión monumental.

Fue entonces cuando Lycas hizo algo radical. Con un movimiento tan rápido que fue apenas un blur, se transformó. Donde estaba el hombre, ahora había un lobo enorme, de pelaje gris plateado y ojos del color de la tormenta. Lycas, el lobo Alfa.

No atacó. Solo se plantó frente a Akira, emitiendo un gruñido que era pura autoridad y dominación. Era un sonido que hablaba de siglos de linaje, de poder incuestionable, de la ley misma de la manada.

Bajo esa presión abrumadora, la resistencia de Akira finalmente se quebró. El cuerpo blanco se encogió, la luz la envolvió, y en segundos, donde estaba la loba, ahora estaba Dayana, de pie, tambaleándose y jadeando. Su cuerpo estaba magullado y sangrante, su ropa desgarrada, pero su mirada aún desafiaba a la bestia gris que tenía frente a ella.

—Explica esto —gruñó Lycas, su voz, un rumor profundo y bestial que vibraba en el suelo

—O juro por la luna que lo lamentarás.

La tensión en la sala era tan densa que se podía cortar con un cuchillo. Dayana, aún jadeante y con la sangre bombeando furia y adrenalina, se mantuvo firme frente a Lycas, a pesar de que su cuerpo magullado y sangrante clamaba por capitular. La mirada que le lanzó no era de sumisión, sino de acusación feroz.

Lycas, con un movimiento que parecía costarle un esfuerzo sobrehumano, recuperó su forma humana. La transformación fue tan rápida y fluida como la de ella, pero cargada de una ira contenida que hacía temblar el aire a su alrededor. Alguien le acercó rápidamente una bata de seda, que él se ciñó con un gesto brusco, sin apartar los ojos de Dayana. Ordenó con un gruñido que le dieran algo a Dayana para cubrirse.

Una manta fue tendida hacia sus hombros, pero Dayana la rechazó con un movimiento brusco de la mano. Su atención no estaba en su propia vulnerabilidad, sino en la injusticia que se había cometido. Con el brazo extendido, señaló directamente a Ariadna, su dedo tembloroso pero implacable.

—Ese es mi hijo —declaró, su voz áspera, pero clara, cortando el silencio como un cuchillo.

—Ella lo sacó de la habitación sin mi permiso. El niño está asustado y no me lo quiso dar —su mirada se desvió hacia la Delta, que se encogía en el suelo.

—Esa Delta me golpeó solo por pedir que me devuelvan a mi hijo. Así que solo me estaba defendiendo.

Cada palabra era un martillazo de verdad incontrovertible. No había negación posible. La mejilla marcada de Dayana, el llanto de Óscar, la Delta herida: todo corroboraba su historia.

Lycas giró lentamente la cabeza hacia su hermana. Ariadna palideció al ver la expresión en sus ojos, ya no era solo furia, era una decepción glacial y peligrosa.

Sin decir una palabra, Lycas se acercó a ella y le arrebató a Óscar de los brazos. El niño, al sentir el familiar olor a poder y tormenta, dejó de llorar de inmediato, mirando al Alfa con ojos bien abiertos. Lycas, con una sorprendente delicadeza, volvió y depositó al niño en los brazos de Dayana. El gesto, pequeño, pero significativo, fue un reconocimiento tácito de su maternidad y de su derecho sobre el niño, frente a todos.

Luego, se volvió hacia Dayana. Su mirada era compleja, un torbellino de ira, frustración y algo más que ella no pudo descifrar.

—El niño está con su madre —declaró, su voz era un rumor grave.

—Después voy a arreglar esto contigo, Dayana.

La advertencia era clara. Su desafío no quedaría impune. Pero por ahora, la prioridad era otra.

Se dio la vuelta y, con un movimiento brusco y sin miramientos, agarró a Ariadna del brazo, arrastrándola hacia fuera de la sala como si fuera un saco de trapos.

—¡Hermano! ¡Duele! ¡Me estás lastimando! —gimoteaba Ariadna, llorando con auténtico pánico ahora.

—¡Fue ella! ¡Esa Omega es una salvaje!

Pero Lycas no parecía escuchar. Su perfil era de piedra, su determinación absoluta. La arrastró sin ceremonia hacia las profundidades de la mansión, seguramente hacia su despacho, donde una reprimenda monumental la esperaba o algo peor.

En la cima de la escalera principal, Octavia había presenciado toda la escena. No había intervenido. Solo observaba, su rostro, una máscara impasible, pero sus ojos grises brillaban con una luz intensa y calculadora. Había visto la ferocidad de Dayana, su transformación en esa loba blanca de belleza letal, su desafío absoluto, incluso ante la orden directa del Alfa. Y había visto la reacción de su hijo: la furia, sí, pero también ese acto de devolverle al niño, ese reconocimiento forzado pero inevitable.

Había encontrado algo. Algo que no esperaba. Fuerza. Una fuerza indómita y pura que no venía del rango, sino del instinto más primal. No estaba segura de si eso era bueno o malo. Podía ser el catalizador que fortaleciera el linaje con sangre nueva y feroz... o la chispa que incendiara toda la manada hasta reducirla a cenizas.

Una intriga profunda, casi peligrosa, se encendió en la mirada de la Madre Luna. El juego había cambiado. Y ella estaba determinada a averiguar exactamente qué tipo de pieza era realmente Dayana.

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Monica Allevato
Me encanta. Como todas tus historias. Muchas gracias por compartirla
Mayelin Gimenez
Jajaja para Dayana es un castigo, para Lycas es una satisfaccion!
Adriana Pereira
jjjj te pasaste es una historia muy diferente, excelente trabajo 👌👌👌👌
Yizeth Guesaco
pobre Dayana le va arder hasta la conciencia
Vianey Hernandez Ortiz
🤣🤣🤣Ya se enteró que el.lobo feroz se la quiere comer enterita🤣🤣🤣
Vianey Hernandez Ortiz
Ese Alfa recabrón, anda la asustando así para que se deje darle sus nalgadas sin tener más consecuencias 🤭🤭🤭🤭
Conchita del Mar
Me gusta la novela , tiene de todo y es entretenida.
Marcela Lopez
está emocionante 🥰
Marcela Lopez
genial 👌
Conchita del Mar
Merecido se lo tienen por la manera que actuaron contra de Dayana
Conchita del Mar
Que Alfa tan despreciable , ojalá les llegue a todos su karma, humillarla y amenazarla con los únicos amigos que ella tiene.
Conchita del Mar
Ella sólo quería a su pequeño devuelta, solo se defendió de la agresión que sufrió y no merece ése castigo ni ningún otro. Con ésa decisión del Alfa lo único que va a lograr que la sigan faltando al respeto .
Luz Cardenas🇨🇴🇨🇴🥰🥰
más capitulos porfis querida autora...
Luz Cardenas🇨🇴🇨🇴🥰🥰
pobre Dayanna sin querer Lycas hizo lo que quiso con ella en ese momento por así decirlo...
Luz Cardenas🇨🇴🇨🇴🥰🥰
prácticamente le gusta el sadomasoquismo por así decirlo
Luz Cardenas🇨🇴🇨🇴🥰🥰
siento que Lycas le va a dar una noche salvaje que prácticamente la dejará como Bambi sin poder caminar bien
Luz Cardenas🇨🇴🇨🇴🥰🥰
oh por dios solamente la está poniendo a prueba para saber si se merece ser su luna de la manada durante seis meses ,aunque presiento que en esos seis meses ella misma y Lycas se darán cuenta por así decirlo de su verdadero linaje y su verdadera identidad por así decirlo ...
Luz Cardenas🇨🇴🇨🇴🥰🥰
Lycas es un desgraciado ,humillarla de esa manera y solo porque ella se le enfrenta y no se deja humillar y ahora lo hace y sobretodo la amenaza con sus seres amigos que despreciable hombre solo espero que pronto lo haga pagar por sus humillaciones ....
pienso que de poder rechazarlo lo puede hacer ,pero temo por la vida de su loba Akira y por la misma Dayanna porque tal vez no resista al rechazo pero siento que si ella es una loba de rango superior puede resistir cualquier cosa de parte de Lycas....
Jehanneliz Castellano
me encanta
Leidy Rojas
magnífica!
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