Te Cuento Un Secreto

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La cena había sido espectacular para él, estar con sus padres después de días sin verlos debido a sus viajes de negocios y junto a su esposo había sido bueno, quitando el hecho de que su madre y padre no disimulaban en su rostro el hecho de que su yerno no les agrade en nada.

Aunque no hablen, su rostro dice más que mil palabras.

Así que si lo piensa mejor, no fue del todo buena la cena.

Su esposo en ese momento estaba en una llamada con su hermano, así que quiso darle su espacio y fué a sentarse cerca de la piscina en el piso a pensar en esa noche, ¿Tal vez debió desde el principio ver el vídeo para que sus padres se sintieran tranquilos y no pensarán ahora que su esposo lo tiene cegado?.

— No, yo hice lo correcto, es mi esposo y debo defenderlo como tal — dijo para si mismo en voz alta, estaba tan sumido en sus pensamientos que las palabras salieron por si solas de su boca.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no escuchó los pasos de su empleado y su hija a dentro de la casa hasta que escuchó al omega hablar—Creo que ya debe estar dormido, así que no podrás darle nada bebé, lo lamento, pero tardamos mucho— dijo a lo que la niña se empieza a quejar frustrada, y aunque no lo crean, muy, pero muy en el fondo, también quería llegar y entregársela solo para verlo de cerca una vez más.

— ¡Pero yo quiero llevarle lo que le traje al papá Hunter!— dijo haciendo un puchero.

— Vamos a dormir mejor — en ese momento escuchan a alguien carraspear y cuando ambos voltean a ver, el estaba sentado de espaldas a ellos mientras alza su mano dando a entender donde estaba.

El omega tragó grueso al ver su camisa arremangada resaltando sus músculos brazos en esa pequeña camisa de botones blanca, cargaba un pantalón negro junto a una correa del mismo color y sus zapatos estaban a un lado, se los había quitado y puesto a un lado y había puesto sus pies dentro de la piscina.

Mientras el se avergonzaba y se sonroja hasta más no poder, su hija se acerca con la bolsa con el logo enmarcado de la línea de hamburgueserías la cual dentro tiene una hamburguesa junto con una bebida gaseosa — Papá Hunter, esto es de parte de mi papi y de mí, pero más papi.

— Esmeralda,¿Que haces?— pregunta muriéndose de vergüenza, definitivamente en sus días de ahora en adelante será un tomate andante porque su hija está más insolente que de costumbre, los genes de Frederick no cooperan, suspira y recupera su compostura y le dice con calma — Jefe, mi hija y yo salimos a comer, y como ella está encantada con usted dijo que le comprara una para que no me despida, y porque usted es muy amable y respetuoso, así que se la damos en agradecimiento.

— Esperamos y la disfrute — dijo ella y el hombre conmovido abrazó a la niña y le dió un beso en sus cabellos a lo que la niña más emocionada lo abraza aún más.

"Por favor madre luna, quiero que sea mi papá, ¿Puedes?, ¿Si?, no pido mucho, prometo que seré la mejor hija del mundo" dice en sus pensamientos con sus ojos cerrados.

— Gracias pequeña, sigues siendo tan encantadora, a mí también me encantaría tener una hija como tú, a todos dejas hechizados — dijo él sintiéndose demasiado conmovido, pero no llora, solo tiene una sonrisa llena de melancolía, lo cuál llama la atención de Dennis el cual, su lobo lo tiene desesperado para que le pregunté que le sucede, porque verlo triste no le gusta para nada.

— ¿¡Viste papi!?,¡A papá Hunter no le molesta que le llame así ni que le traiga cosas! — en ese momento bosteza la niña indicando que en cualquier cierra sus ojos para dormir como morza, como le dice su padre.

— Ve con la tía Jackie, ella quiere dormir contigo hoy — dijo Dennis dándole un beso en la frente — Buenas noches y dulces sueños, mi brujita.

— Tengan buena noche papi y papá — dijo antes de correr a dentro de la mansión a los cuartos del servicio.

Un silencio se instaló en ese lugar, solo se escuchaba en mover de la bolsa al comer Philips y el agua de la piscina.

Pero el omega no pudo soportarlo más y le preguntó al alfa — Señor Hunter, usted es un buen hombre y alfa, tiene un gran esposo, una gran fortuna, buenos padres, me dí cuenta, son igual que usted, y toda su gente lo respeta, ¿Porqué está triste?— pregunta sin poder contenerse y cuando analizó que había metido la pata se retractó — Lo siento jefe, crucé la raya, me voy a dormir.

— Ven aquí— dijo y el omega se sienta su lado con un poco de distancia, (como si fuera un virus pero a la vez disimula) y el hombre después de beber de la gaseosa responde :— Te voy a contar un secreto¿Vas a guardarlo?, voy a confiar en tí, porque se vé que eres maduro y no andarás diciendo esto a todo el mundo, después de todo fuiste militar y no uno cualquiera.

— Se guardar secretos señor, he guardado muchas cosas confidenciales que sé por mucho tiempo — dijo y no mentía.

— No tengo hijos — dijo Philips.

— Eso ya lo sé señor — dijo aún seriamente porque pensó que le estaba evadiendo el tema.

— No, no tengo, ni tendré, ¿Lo captas? — dijo mirando hacia la nada con melancolía — Mi esposo no lo sabe, y aún no encuentro la manera de decírselo sin que se lo tome mal.

— El lo ama, por lo visto, el amor lo puede todo, puede que lo entienda, pero si su omega no lo entiende y quiere dejarlo, entonces no es el omega que necesita en su vida — dijo dando su opinión sinceramente, si se lo habrá contado, debería darle una palabra de aliento, el no es un mal hombre.

Y eso tampoco era para morirse, ¿O tal vez lo decía porque ya tenía una hija?, eso lo hizo conmoverse, tenía entendido que los alfas tenían una ilusión y un "deber" por así decirlo, de procrear, y al ver que no pueden, algunas veces se sienten infelices, como el alfa.

Así que no le dolió lo que dijo no se lamentó, tal vez eso lo anime — está equivocado, usted tiene una hija, que ya se autoproclamó como suya sin derecho a réplica, no se sorprenda cuando se escabulla en su cuarto a dormir con usted, porque es su hija y lo demás puede irse a la recórcholis, acuérdese de estas palabras — dijo con burla antes de levantarse y no se fué sin ver ese rostro con una sonrisa de nuevo.

— Gracias — dijo el en un susurro pero el omega siguió su camino a su habitación y una vez estuvo dentro tocó su pecho, sentía que su corazón se le iba a salir por las múltiples emociones y sentimientos que tuvo al estar tanto tiempo allí con el sentado y cuando vió esa sonrisa en su rostro.

— Esto está mal, demasiado mal, no te puede gustar.

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