En lo profundo de un bosque antiguo, donde los árboles susurran secretos de siglos pasados, un grupo de leñadores, hombres robustos y curtidos por años de arduo trabajo, se adentra en la espesura en busca de madera. La brisa fresca lleva consigo el aroma a tierra húmeda y resina, mientras las sombras juegan entre los troncos como si el bosque mismo estuviera vivo. Tras una jornada agotadora, los hombres deciden acampar bajo el cielo nocturno que era ocultado por las copas de los árboles.
Sin embargo, esa noche, mientras el fuego crepita y las risas resuenan entre las ramas, una presencia oscura acecha en la penumbra. Lo que sucederá después no solo pondrá a prueba su valentía, sino que cambiará su destino para siempre. El bosque guarda secretos que están a punto de ser revelados, y los hombres pronto descubrirán que algunas leyendas son más reales de lo que jamás imaginaron.
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CAPÍTULO 7
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La oscuridad poco a poco fue dando paso a la poca luz del día que se colaba entre la copa de los árboles, con el llegar del nuevo día, la preocupación en los leñadores aumentó. Los sonidos del bosque, en lugar de apaciguarse con la claridad se intensificaron aún más, los hombres se levantaron del suelo, lavaron un poco su cara para estar más despiertos y emprendieron nuevamente su búsqueda, a medida que avanzaban podían escuchar un crujido aquí, un susurro allá. Cada ruido parecía amplificarse en su mente ansiosa y su miedo se incrementaba haciéndoles temer a cada paso.
PEDRO: ¿Y si no los encontramos?_(preguntó con voz temblorosa)
FERCHO: Los encontraremos, debemos encontrarlos._( respondió con firmeza aunque su corazón quisiera salir de su pecho debido a la angustia)
Pedro y Lino aunque no quisieran, desconfiaban de Fercho, ya que el hombre se mostraba tranquilo y tenía sus zapatos llenos de sangre, Fercho comenzaba a desconfiar de Roco ya que este era el que hacía este tipo de bromas y hablaba de historias de terror. Los pensamientos de los hombres fueron interrumpidos por un grito lejano que rompió los susurros y murmullos del bosque, dicho grito les heló un poco la sangre en sus venas. Pero habían reconocido la voz, esa voz era de Alfonso, los tres hombres se miraron entre sí, en sus ojos había una mezcla de alivio y miedo. así que, se dirigieron al lugar de donde provenía el grito, debían ayudar a su amigo y saber qué era lo que estaba pasando en ese bosque con sus amigos. Al acercarse más al lugar, vieron que a lo lejos venía Alfonso caminando con dificultad, es así que los tres corrieron a ayudarlo.
FERCHO: ¿ Qué mierda te pasó?_(sosteniendolo)
ALFONSO: Me atrapó una trampa y al suspenderme hacia arriba me golpee la cabeza con una rama y me desmaye._(sosteniendose del hombro de Fercho)
LINO: ¿No has visto a Roco y Luis?_( ayudandolo a caminar)
ALFONSO: No los he visto ¿ No llegaron al campamento?
PEDRO: No han llegado y estamos preocupados por ustedes. Pero gracias a Dios tú estás bien.
FERCHO: ¿Por qué gritaste?_( preocupado)
ALFONSO: Cuando me liberé de la trampa y caí al suelo, me rompí el tobillo.
LINO: Te llevaremos al campamento y regresaremos a buscar a los demás.
PEDRO: Debemos darnos prisa.
Los hombres caminaban de regreso al campamento en medio de las sombras que se alargaban y retorcían, creando figuras inquietantes que parecían moverse en la penumbra. El aire estaba impregnado de un frío húmedo haciendo que fuera difícil respirar, la espesa niebla se deslizaba entre los troncos, envolviendo todo en un halo misterioso que hacía que los hombres sintieran temor por su vida. Con el pasar, los árboles se hacían más altos y retorcidos, entrelazándose entre sí evitando que la luz del sol penetrara el interior del bosque, eran como guardianes silenciosos de algo macabro, sus ramas crujían suavemente con el leve susurro del viento. En medio de la niebla y escondidos tras los árboles, un par de ojos brillaban curiosos observando cada movimiento de los hombres, esos ojos misteriosos los analizaban con detenimiento esperando el momento adecuado para presentarse ante ellos .
ALFONSO: No soporto el dolor en el hijueputa pie._( dijo cansado por la caminata)
PEDRO: Ya falta poco para llegar, aguanta un poco más._(haciendo que el hombre se recargara más en el)
FERCHO: Al llegar, te pondré una venda y podrás descansar.
LINO: Así es, además tenemos que buscar a Roco y a Luis._(observando a sus alrededores para ver si veía a los hombres)
ALFONSO: Está bien, esperemos que Roco no le haya hecho una broma a Luis.
PEDRO: También esperamos lo mismo._(observando a su alrededor)
LINO: Este lugar se siente cada día más tenebroso._(murmuró para sí mismo sintiéndose observado)
Los hombres siguieron caminando hasta que por fin llegaron al campamento, todos observaron a todos lados para ver si Luis y Roco habían llegado, pero nada, ninguno de los dos daba señal alguna de aparecer.
ALFONSO: Busquen a los demás, yo me curo y me vendo._(sentándose en una hamaca)
FERCHO: Buscaremos juntos, no nos separaremos para que nadie más se pierda.
LINO: A Roco no sabríamos por dónde empezar a buscarlo, ese idiota no amaneció en el campamento y no sabemos que camino habrá tomado.
PEDRO: Luis fue hacia el oriente, así que deberíamos ir hacia allá, tal vez estén juntos._(esperanzado)
ALFONSO: Vayan y no se separen.
Los tres hombres nuevamente emprendieron su viaje yendo hacia el oriente, a medida que avanzaban por ese lugar, podían ver qué el suelo estaba cubierto de una espesa capa de musgo verdoso y hojarascas que crujían con cada paso, haciendo que cada pisada se sintiera amplificada. Los tres se sentían observados y que cada paso suyo era seguido de cerca, nerviosos y con el corazón latiendo a toda velocidad, escucharon el canto de un ave, dicho canto era extraño, era un sonido disonante que hacía eco en el silencio sepulcral que se había formado en aquel lugar.
PEDRO: Chicos siento que estamos siendo seguidos y observados._(dijo en voz baja)
LINO: También lo siento, este lugar es más aterrador que al principio.
FERCHO: Guarden la calma y no dejen que los nervios los traicionen._(observando a los lados para ver si veía a sus amigos)
PEDRO: ¿Si no los encontramos que vamos a hacer?_(angustiado y nervioso)
LINO: Confiemos en que los encontraremos._(tratando de calmar su acelerado corazón)
FERCHO: Sigamos un poco más.
Los hombres duraron horas buscando a sus amigos pero no había señal de ellos por ningún lado. Todo lo que veían eran las sombras danzar con burla frente a ellos, las aves cantar con agonía, los árboles rugir con desespero, la neblina cubrir cada paso haciendo que el lugar se volviera más tenebroso a cada hora.
PEDRO: Vamos hacia el río, tal vez estén por ahí._(dijo preocupado sin saber dónde más buscar)
FERCHO: Vamos, si no están allí, regresamos al campamento y mañana seguimos buscando.
LINO: Está situación me está preocupando y haciendo dudar._(Viendo a fercho)
FERCHO: Todos estamos preocupados, esos maricas no aparecen desde ayer y este maldito lugar es un laberinto sin salida.
PEDRO: Sigamos, debemos llegar al campamento antes del anochecer y ver como sigue Alfonso.
pero uno es mamá luego esposa y cuando tedas tus 5 minutos la leer por eso boy un poco atrasada