La Aventura Zodiacal (LA Sociedad Del Poder)

CAPRICORNIO:

Mi vida dio un giro radical de un día para otro. Ayer éramos una familia normal y feliz, pero de repente descubrimos que poseemos poderes sobrenaturales y que nuestra vida corre un peligro constante.

Eran las 6 de la tarde. A pesar del frío, nos encontrábamos en el jardín. Sao, decidido a enseñarnos sus habilidades de combate, nos pidió que nos preparáramos para enfrentarlo.

El plan era sencillo: trece contra uno.

A pesar de la estrategia, dudaba de nuestras posibilidades de victoria. La única forma de ganar era derribar a Sao, y la verdad es que ya me imaginaba a Sao derrotándonos.

Aunque éramos más numerosos, el abuelo tenía más experiencia y fuerza que todos nosotros juntos. Con suerte, logré sacar una pequeña rosa de mi mano, pero no sabía cómo me podría ayudar.

¿Lanzarle rosas a la cara sería una buena idea? Solo necesitaba distraerlo mientras los demás se encargaban de derribarlo.

Si pudiera controlar mejor mis poderes, sería más fácil: sacar una planta gigante del suelo y aprisionar a Sao en ella, sin dejarlo escapar. Desafortunadamente, aún no era capaz de hacerlo.

—No se esfuercen demasiado; si no pueden hacerlo, pueden rendirse—explicó el abuelo—Después de todo, es vuestra primera vez peleando en un momento de "calma".

—Cuando dé la señal, empiecen—nos informó Ofuco—El secreto para controlar su poder es imaginar con toda nuestra fuerza lo que quieran.

—Por ejemplo, Aries puede imaginar que su fuerza crece, Leo puede imaginar que su mano está ardiendo, Libra que su brazo se alarga...—explicó el abuelo.

—Lo tengo—susurré, cerrando los ojos con fuerza. Solo necesito imaginar plantas protegiéndome.

—No será tan fácil—se rio Ofuco, antes de crear un silbato y silbar con fuerza—¡Empiecen!

Cerré los ojos con fuerza, intentando pensar en algo relacionado con plantas o flores que pudieran protegerme. De repente y sin previo aviso, algo cayó sobre mis ojos, así que llevé mi mano a mi cara, quitándome rápidamente la toalla que los tapaba. Al recuperar la vista, vi que una enorme planta se había formado debajo de mis pies, logrando que flotara sobre los demás.

—¡Lo logré!—grité emocionado.

—¡Bien, Capricornio!—se emocionó también Ofuco—¡Pareces tener la situación controlada!

Con facilidad, Sao tomó la planta, la partió en dos de un tirón, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera.

Sao sonrió, eliminando a un oponente. Lo levantó en brazos antes de que tocara el suelo, dejándolo a sus pies—¿Quién sigue?—preguntó.

—Bueno, parece que dominas la situación"—dijo Ofuco, retirándose—¡Vamos chicos, vamos con el abuelo!

Me quedé asombrado. Habían pasado solo unos segundos, y ya había un vencedor. Para evitar estar en medio del combate, me alejé y me senté en las pequeñas gradas que llevaban a la casa. Desde allí, podía observar perfectamente la pelea.

Cáncer levantó la mano, y recordé que su poder era la telequinesis. Inmediatamente, una pequeña rama de árbol se elevó del suelo y se dirigió hacia él. Fruncí el ceño, intrigado. ¿Qué haría Cáncer con esa ramita delgada y frágil?

Como había sanado el árbol quemado y mi nivel de habilidad había disminuido, comprendí que mi poder y reflejos mejorarían en un combate real contra adversarios malvados. Sabíamos que el abuelo no nos haría daño, así que no nos preocupábamos demasiado.

La rama estaba a pocos metros de ellos, y Sao estaba justo al frente, de espaldas al ataque. Deduje que la intención era desequilibrarlo con el golpe.

Sin embargo, el abuelo pareció anticipar el movimiento, arrodillándose rápidamente. Esto hizo que la rama siguiera su nueva trayectoria y golpeara el estómago de Cáncer.

—Dos—susurró el abuelo con una sonrisa—¿Todo bien, pequeña?

Los demás observaban con desesperación, conscientes de su derrota. Leo intentó generar fuego, pero el abuelo fue más rápido, dándole un ligero golpe en la pierna que lo desequilibró.

—¿Cuántos años tienes?—preguntó Escorpio, sorprendido, intentando contraatacar.

—Es un secreto, hijo—respondió el abuelo con una sonrisa disimulad!—Pero, sin importar la edad, mi experiencia me da una gran ventaja.

Sao lo derribó con una patada, haciendo que cayera sobre Piscis y Géminis, desestabilizándolas y provocando que también perdieran el equilibrio y se cayeran.

—¡Seis! Todavía falta la mitad—nos recordó.

Sao giró de repente y realizó un movimiento extraño en el aire. Un gemido de dolor resonó antes de que Virgo apareciera frente a nosotros. Me quedé atónito al ver que, aunque invisible, Sao había logrado detener a Virgo.

Sagitario comenzó a levitar y, antes de que Sao reaccionara, lo atacó. El abuelo atrapó a Virgo y lo lanzó al aire. Sagitarito, ignorando al abuelo, intentó atrapar a su compañero antes de su caída.

—¿Se rinden?—preguntó Sao a Aries, Tauro, Libra y Acuario, los únicos que quedaban en pie.

Sin vacilar, los cuatro rechazaron la oferta. Aries atacó, pero Sao la sujetó del brazo y la lanzó sobre Tauro, quien rápidamente creó un colchón aéreo para evitar que cayera al suelo.

Sao sonrió—Nueve menos—dijo—¡Sorpréndanme, muchachos!

En ese instante, Tauro atacó, seguido por Libra y Acuario. Con facilidad, el abuelo los venció a los tres, dejándolos en el suelo, más exhaustos que nunca.

—¡Guau!—susurró Tauro, levantando la cabeza, impresionado.

—¡Abuelo!—se quejó Ofuco, saliendo de la casa—Te pedí que no fueras tan duro con ellos.

—Pero si ni siquiera usé mi espada—se lamentó Sao—Intenté ser lo más suave posible.

Llamando su atención, me puse de pie y lo miré con seriedad—¿Sao? Por favor, ¡entrenanos!