Señor Capitán, ¡Vamos A Divorciarnos!

Esa mañana, el aire de Yakarta se sentía pesado. El cielo nublado, como si también retuviera algo que podría estallar en cualquier momento. Amara había afirmado su corazón desde el amanecer, hoy, no quería posponerlo más. La nueva solicitud de divorcio ya estaba preparada, y esta vez sería ella quien la firmaría primero.

No por enojo, sino porque quería dejar de lastimarse a sí misma. Shaka acababa de bajar de la cabina después de un vuelo cuando vio a Amara en el vestíbulo de la aerolínea, de pie con una carpeta en la mano. Su rostro era firme, frío, pero había un brillo de cansancio que no podía ocultar.

"Mas", llamó Amara suavemente.

"Ya me encargué de todo. El abogado de la familia ya preparó los documentos. Solo necesito tu firma".

Shaka la miró largamente, como sopesando algo.

"Amara, no tienes que apresurarte..."

"No me apresuro, Mas". Interrumpió Amara, con voz plana. "Solo quiero terminar".

La palabra "terminar" se sintió como un cuchillo que penetraba lentamente el pecho de Shaka. Antes de que pudiera responder, su teléfono sonó. El nombre en la pantalla lo hizo suspirar pesadamente, una llamada entrante de Tuan Wirantara.

[Shaka, Amara. Ambos vuelvan a casa ahora], la voz del padre sonó profunda y aguda.

[Hay algo de lo que quiero hablar. Hoy mismo], continuó, desde hacía dos días, Tuan Wirantara había recibido la notificación de divorcio de la familia Marvionne.

Ambos se miraron como si no tuvieran otra opción para evitarlo.

Amara se cambió su uniforme de azafata por un vestido largo de color pastel suave. Su cabello caía hermosamente, ligeramente ondulado. Su maquillaje era sencillo, pero suficiente para dejar a cualquiera sin palabras al verla. Cuando Shaka esperaba frente al coche, se quedó sin palabras al ver a su esposa salir del vestuario.

Amara se veía diferente, era hermosa y elegante, como si el aura de Amara hubiera estado oculta detrás de ella todo este tiempo. Shaka tragó saliva y luego abrió la puerta del coche. Amara entró sin decir una palabra.

El ambiente dentro del coche era silencioso, solo lleno del sonido del motor y el tic-tac del reloj digital en el tablero. Shaka quería hablar, pero cada vez que miraba el rostro tan tranquilo de Amara, se quedaba mudo.

Al llegar a la residencia de la familia Wirantara, una majestuosa casa de estilo colonial en una zona exclusiva del sur de Yakarta, fueron recibidos por los sirvientes que se alineaban ordenadamente. Pero antes de que Shaka pudiera entrar en la sala de estar, una voz alegre se escuchó desde el jardín delantero.

"¡Mas Shaka!" Karina corrió un poco, vestida con un sencillo vestido blanco. Sonrió ampliamente, y luego, sin dudarlo, tomó la mano de Shaka con una expresión de anhelo.

"Mas no avisó que iba a volver. ¡Te extraño mucho!" Shaka, por reflejo, retiró su mano suavemente, manteniendo la distancia. Pero los ojos de Amara ya habían captado ese momento. Su sonrisa era delgada, casi invisible.

Ella sabía que Karina realmente consideraba a Shaka como un hermano. Pero por alguna razón, cada pequeño toque de la chica se sentía como una espina en su propio pecho. Poco después, un camarero vino a invitarlos al gran comedor. Tuan Wirantara ya estaba sentado en la cabecera de la mesa, vestido con un traje elegante, su rostro serio.

Por otro lado, Nyonya Merlin, la madre de Shaka, sonrió suavemente, dando la bienvenida a su nuera favorita con mucho afecto.

"Amara, querida, te ves cada vez más hermosa", dijo Nyonya Merlin mientras daba una palmada suave en el dorso de la mano de Amara.

"Mamá pasó por tu boutique favorita antes, aquí hay algunos vestidos nuevos, mamá te los trajo".

Amara se inclinó educadamente. "Gracias, Ma".

Shaka observó todo esto en silencio. Sabía que su madre amaba a Amara tal vez más que a él mismo. Y cuanto más la amaba, más culpable se sentía.

El almuerzo transcurrió en una sutil tensión. Las cucharas y los tenedores chocaban, pero no hubo una conversación significativa entre Shaka y Amara. Tuan Wirantara los miró a ambos durante mucho tiempo antes de finalmente hablar.

"Escuché noticias desagradables", dijo lentamente, su voz profunda.

"¿Están tramitando el divorcio?", continuó y al instante la habitación se quedó en silencio. Karina, que estaba sentada en la cabecera de la mesa, volteó sorprendida.

Shaka permaneció en silencio, al igual que Amara. Tuan Wirantara miró fijamente a su hijo.

"Shaka, estoy cansado de escuchar que esta familia es objeto de conversación. ¿Te das cuenta de lo que pasará si esto se filtra al público?"

Shaka bajó la cabeza. "Asumo toda la responsabilidad, Padre".

Pero antes de que su padre pudiera hablar de nuevo, Amara alzó la voz, tranquila pero firme.

"Todo esto no es culpa de Mas Shaka, Padre. Es mi propia decisión".

Tuan Wirantara la miró fijamente, pero Nyonya Merlin inmediatamente tomó la mano de su esposo, indicándole que se calmara.

"Amara, querida, tal vez no entiendo todo", dijo suavemente.

"Pero, ¿de verdad no hay otra manera? Sabes que te quiero mucho".

Amara sonrió levemente, una sonrisa que no llegó a sus ojos.

"Gracias, Ma. Pero a veces el amor no es suficiente para que dos personas permanezcan juntas".

Shaka miró a Amara, y en ese momento, Shaka se dio cuenta de que Amara ya no era alguien a quien pudiera retener solo por razones familiares. Se había transformado en alguien libre. Y tal vez demasiado fuerte para que él la atara de nuevo.

El sonido de las cucharas y los tenedores volvió a escucharse, aunque el ambiente seguía siendo pesado. Tuan Wirantara miraba a Shaka y Amara de vez en cuando, como si buscara una brecha para hablar de nuevo, pero antes de que pudiera hacerlo, algo sucedió.

Amara de repente dejó su cuchara lentamente. Su rostro estaba pálido, su respiración entrecortada, y luego su mano se agarró el pecho como si estuviera reprimiendo algo.

"¿Amara?" Shaka inmediatamente la miró preocupado. Amara negó rápidamente, reprimiendo la incomodidad en su garganta. Pero al segundo siguiente, bajó la cabeza, se cubrió la boca, luego se levantó de su silla y corrió hacia el lavabo al final del comedor.

"¡Amara!", exclamó Shaka, levantándose de su silla y siguiéndola de inmediato. Él llegó a sostener el hombro de su esposa cuando la mujer vomitó en el lavabo, su cuerpo temblaba, sudor frío corría por sus sienes. Karina miró con pánico desde su silla, mientras que Tuan Wirantara trató de mantener la calma aunque su frente estaba arrugada de preocupación.

Nyonya Merlin ya se había levantado, acercándose a su nuera con pasos rápidos pero regulares.

"Shaka, trae agua", ordenó suavemente pero con firmeza. Shaka inmediatamente tomó un vaso de agua mineral de la mesa y se lo entregó a Amara.

Pero la mujer se negó suavemente con una mano temblorosa.

"No es necesario, Mas... solo estoy... un poco mareada", dijo suavemente. Shaka no lo creía, sabía que Amara era demasiado fuerte para simplemente decir que estaba mareada. Su expresión estaba llena de pánico que no podía ocultar.

"Amara, estás muy pálida. Siéntate primero", susurró, guiando a Amara de vuelta a su silla. Pero antes de que Shaka pudiera hacerla sentar, una voz suave pero penetrante salió de los labios de Nyonya Merlin.

"Amara..." Todos los ojos se volvieron hacia ella.

"¿Estás... embarazada?" El tiempo pareció detenerse, Shaka se quedó paralizado en su lugar. Amara levantó la vista con los ojos muy abiertos, casi sin poder creer lo que oía.

"¿Q...qué?", su voz era débil. Nyonya Merlin miró con una mirada llena de convicción y maternidad, como una madre que sabe algo sin necesidad de que se lo expliquen.

"Antes, cuando llegaste, te vi sujetando tu vientre varias veces, y ahora estás vomitando sin razón. El instinto de una mujer no se equivoca".

Shaka miró a su esposa durante mucho tiempo, su corazón latiendo rápidamente. La imagen de la noche anterior cuando abrazó a Amara, su discusión y el largo silencio posterior, todo pareció repetirse en su cabeza.

"Amara..." dijo lentamente, su voz casi temblorosa.

"¿Estás... embarazada?"

Amara permaneció en silencio, sus dos manos entrelazadas, sus ojos mirando la mesa del comedor que ahora se sentía demasiado silenciosa. Todos esperaban una respuesta, Shaka, Nyonya Merlin, incluso Tuan Wirantara que ahora la miraba con el ceño fruncido. Karina miraba a Amara como si guardara un profundo disgusto por la mujer. Pero Amara solo respiró hondo, reprimiendo el temblor en su pecho.

"Yo... no lo sé", dijo finalmente. "No he tenido tiempo de revisarme".

Nyonya Merlin miró con significado. Mientras que Shaka tragó saliva, una mezcla de sentimientos de ansiedad, incredulidad y esperanza comenzaron a girar en sus ojos. Quería preguntar muchas cosas, pero su voz se quedó atascada en su garganta. Tuan Wirantara finalmente rompió el silencio.

"En ese caso, después de esto vayan al médico", dijo plana pero firmemente.

"Si es cierto que Amara está embarazada, entonces la conversación sobre el divorcio... termina aquí".

Shaka miró a su padre, luego a Amara. Pero Amara no miró a nadie. Solo bajó la cabeza, ocultando la mirada que comenzaba a llenarse de lágrimas.