ANGEL O DEMONIO

No tienes de que preocuparte Belfegor yo he estado dentro de la casa todo el tiempo y hasta hace unos minutos ella reía sin cesar así que déjamelo a mi que yo estaré con ella hasta que Rosalba me lo permita estábamos tomando una taza de café.

Belfegor no dudaba que su mejor amigo cuidara bien su de su hija, pero tenía la necesidad de que la viera en ese mismo instante.

¿Podrías ir a verla por favor?, quiero que estés bien seguro que ellas se encuentran bien.

Si, claro en un segundo te marco por videollamada para que las puedas ver, espero que no se hayan dormido.

Amoymon entró nuevamente a la casa donde Rosalba lo estaba esperando, ella decidió hacerles las palomitas de microondas para que las chicas amenizarán su noche desafortunadamente ella no sabía lo que estaba ocurriendo con Amelia pues desde la muerte de su esposo ella había tenido que trabajar en dos trabajos para solventar los gastos de su hogar así que solo dejo que Amelia adoptará esa apariencia extraña pues veía que todo iba bien en el colegio y que aún conservaba la amistad de Gabriela eso quería decir que no había cambiado del todo, pensaba en su interior mientras escuchaba los pasos de Amoymon.

¿Todo bien?

Pregunto al verlo un poco apenado.

No, me da mucha pena contigo, pero Bel me pide que vaya a ver a las chicas y si es posible que haga una videollamada para que pueda darle las buenas noches a Gabriela.

Está bien no hay ningún problema vamos en este momento les iba a llevar unas palomitas para que vean sus películas ya sabes estás jovencitas que adoran el terror.

Dijo Rosalba mientras tomaba una bandeja con los aperitivos que había preparado para las chicas vamos me ayudas con las sodas por favor.

Le pidió a Amoymon para que no se sintiera incómodo al subir a la habitación de las chicas, desde la muerte de su esposo Rosalba no había tenido la confianza de invitar a ningún hombre a su casa por respeto a la memoria de su esposo y también por miedo a que tratarán de hacerle daño a su hija que era lo que más amaba en el mundo, así que ella también estaba nerviosa, pero confiaba en que Amoymon era un buen hombre y no les haría daño.

Ambos subieron las escaleras y al llegar al pasillo Amoymon tuvo una corazonada pues ya no se escuchaban ruidos ni voces en el Inter de aquella habitación.

¡No puede ser, que todo esté bien!

Suplico en lo bajo mientras una descarga de electricidad recorrió todo su cuerpo, no pudo haber pasado nada él ha estado ahí todo el tiempo.

Rosalba tocó la puerta, pero nadie respondía, volvió a tocar imaginando que las chicas ya se habían dormido aunque era muy extraño apenas habían pasado tres horas desde que Gabriela llegó con su tío así que decidió abrir la puerta pidiéndole a Amoymon que esperara por si no estaban en condiciones visibles, pero al momento de abrir la puerta y encender la luz Rosalba soltó la bandeja con los aperitivos y está cayó al suelo haciendo un estrepitoso sonido al ser de metal.

Amoymon al escuchar entro a la habitación sin previo aviso para ver qué había impresionado tanto a Rosalba, este le rogaba al cielo que no fuera nada grabé o de lo contrario estaba muerto y al entrar a la habitación se dio cuenta de que estaba vacía no había nadie ahí, pero tampoco había señales de agresión pues todo estaba muy ordenado.

La lluvia afuera ya era bastante intensa y el viento movía las cortinas de la habitación, Amoymon se asomó y vio que la ventana estaba abierta de para en par.

¿Hacia dónde te lleva está parte de la calle?

Le pregunto a Rosalba la cual estaba en shock al no ver a las chicas. Al parque esta a la vuelta de la esquina respondió sin pensar tomo la sombrilla de Amelia y salió corriendo detrás de Amoymon el cual dio un salto desde la ventana, en ese momento ella no tomo en cuenta lo ocurrido pues estaba muy preocupada por su hija y Gabriela.

¿Cómo pudieron hacer algo así en medio de aquella tormenta?

Los relámpagos iluminaban el lugar y en ese preciso momento del centro de el tablero comenzó a brotar un espeso líquido negro que comenzó a derramarse por todo el verde pasto, Gabriela intentó moverse para que esté líquido no la tocara, pero le fue imposible mover un solo músculo.

¿Qué has hecho Amelia?

Pregunto asustada al ver que lo que le había contado su amiga era verdad pues del líquido salió el cuerpo de un anciano, con la piel negra y unas marcas horribles en todo el cuerpo parecían quemaduras.

Muy bien Amelia has cumplido con tu parte del trato, ahora yo te diré el nombre de la persona que mató a tu padre y ese fue tu tío Fernando.

Tu padre se dio cuenta de que su hermano estaba haciendo transacciones ilegales en la empresa en la cual eran socios y pensaba denunciarlo ese fue el motivo por el cual tu tío lo asesinó.

Amelia no podía creer que su propio hermano tuviera sangre fría para matar a su padre sabía que era verdad pues después de la muerte de su padre su tío renunció a la empresa y se marchó del país abandonando a su esposa e hijos, según su tía dijo que la había dejado por una mujer más joven.

La sangre de Amelia hervía de rabia e impotencia al saber que no tendría la posibilidad de castigar a su tío si ni siquiera sabía de su paradero.

Gabriela escuchaba atenta lo que aquel hombre decía.

Te propongo otro trato Amelia, si decides trabajar para mí yo te puedo dar lo que necesitas para vengar la muerte de tu padre y también puedo darte la fortuna que deseas para que tu madre no tenga que trabajar tanto.

Los ojos de Amelia se abrieron de par en par pues parecía que ese hombre estaba leyendo sus pensamientos.

Acepto.

¡¿Qué?!

¡Estás loca Amelia!

Dijo Gabriela con la voz un poco alta, no siquiera conoces a este hombre o ser o sea lo que sea, como puedes aceptar algo así y si solo te está manipulando para que caigas en sus enredos.

Cállate Gabriela tú no sabes lo que ha sido de mi vida después de la muerte de mi padre, tú qué vas a saber si lo tienes todo una madre que está para ti las veinticuatro horas del día y un padre que te da todo lo que necesitas sin la necesidad de que tu madre trabaje como burra todo el día para medio solventar los gastos de tu casa.

¡Tú no sabes nada!

Exclamó por lo bajo Amelia, no era que odiara a Gabriela, pero si envidiaba su vida ella siempre quiso que sus padres estuvieran bien sin tener que trabajar tanto para que pudieran estar a su lado todo el tiempo así como los padres de Gabriela.

Lo siento mucho Gabi por haberte arrastrado conmigo, pero solo tú estarías dispuesta a acompañarme al fin del mundo de ser necesario porque eres mi mejor y única amiga, pero quiero que entiendas que no puedo dejar impune la muerte de mi padre ese maldito tiene que pagar lo que le hizo a mi familia.

Gabriela entendía el sentir de su amiga, pero seguía pensando que lo que estaba haciendo no era la solución a sus problemas. Ese hombre le daba mala espina aunque no sabía si podía cumplir con el trato que le estaba ofreciendo a Amelia.

Muy bien dijo el hombre estirando la mano para sellar el trato con Amelia.

No lo hagas Amelia por favor, yo le puedo pedir a mi papá que nos ayude a encontrar a tu tío, pero no hagas caso de lo que te dice ese hombre, tú no sabes si es verdad o no puede ser un loco que solo quiere secuestrarte y tú lo estás aceptando.

Rashid observaba en silencio desde lo alto esperando el momento exacto para que la otra joven hiciera su acto de magia, pero nada de eso ocurría.

Él había visto en algún momento a Buer y sabía que era un hechicero hindú que solía ofrecer jóvenes mujeres a los sultanes, incluso su padre había aceptado mujeres como obsequio de ese hechicero para saciar sus bajos instintos, pero no una sola se negaba a cumplir con sus órdenes y ahora veía el porqué pues ellas mismas aceptaban sus peticiones a cambio de ciertos favores.

Anda jovencita muéstrame tal cual eres, necesitabas de un gran poder para formar un escudo protector de ese nivel que ni siquiera dejó que me acercará a ustedes, decían en su interior Rashid el cual no podía quitarle la mirada de encima a Gabriela.

Lo siento Gabi, pero estoy decidida a vengar la muerte de mi padre sin importar lo que tenga que hacer para conseguirlo, perdóname por haberte arrastrado conmigo, pero sin ti no hubiera tenido el valor de hacerlo eres mi mejor amiga la única en verdad.

Esas palabras conmovieron a Gabriela la cual seguía haciendo un esfuerzo para despegar los pies de aquel líquido negro.

Amoymon pudo ver que a unos cuantos metros se encontraba Gabriela con Amelia y otro hombre no sabía quién era pero el aura que despedia era bastante oscura, así que se desplazó lo más rápido que pudo sin llamar tanto la atención de Rosalba pero entre más se acercaba más claro escuchaba la conversación de aquellos dos y justo cuando vio que aquel hombre tomaba la mano de Amelia y se dirigía a Gabriela no le importo quedar expuesto ante los ojos de Rosalba Gabriela era lo más importante en el mundo para él.

Muy bien dijo sonriendo aquel hombre estrechando la mano de Amelia y justo cuando iba a sujetar la mano de Gabriela Amoymon lanzó un rayo de fuego que evitó que este la tocará.

Rosalba pudo ver lo que Amoymon hacía y quedó en shock al ver que de su mano salía aquel rayo, ¡¿qué demonios eres tú?!

El impacto de aquel rayo hizo que el cuerpo de Gabriela saliera volando por los aires al igual que el cuerpo del hechicero y el de Amelia, pero este no la soltó pues aún no se terminaba de a completar el pacto al ver que había perdió el contacto con la otra chica el hechicero desapareció con Amelia no sin antes marcar con un hechizo el cuerpo de Gabriela pues ella había sido parte de aquel trato.

Rashid sujeto el cuerpo de Gabriela para amortiguar su caída, en ese momento sus miradas se cruzaron dejando el rostro de Rashid impreso en la memoria de Gabriela.

¿Quién eres tú?

Pregunto Rashid al ver que su cuerpo reaccionaba al contacto con la piel de Gabriela, se maldecía pues ella era solo una niña y el iba en contra de esa abominación de ver con otros ojos a un ser inocente, el respetaba alas mujeres ya que proviene de una y su madre siempre le inculcó el amor por el ser más perfecto de toda la creación ya que dan todo por sus seres amados sin pedir nada a cambio.

Gabriela, ese es mi nombre, ¿y tú quién eres?

Pregunto antes de desmayarse por el impacto de aquel rayo, al ser una simple humana común y corriente el impacto había Sido muy agresivo en su delicado cuerpo haciéndola perder el conocimiento.

Rashid ese es mi nombre se quedó observando su hermoso rostro por unos segundos más antes de colocarla en un lugar seguro y vio que una vez más el destello de su anillo era una luz hermosa que se intensificó mientras tenía a Gabriela entre sus brazos.

¡No puede ser que seas tú!

Amoymon buscaba con la mirada a Gabriela y puso ver qué en medio de aquella espesa neblina la sostenía un... ¡Vampiro!

Suéltala maldito engendro o te juro que te pondré a secar en el sol, grito furioso al ver que sus asquerosas manos tocaban el delicado cuerpo de Gabriela.

Rashid bajo lentamente el cuerpo de Gabriela y se la entrego a Amoymon.

¿Ella es humana?

Si imbécil acaso no la ves, ella no tiene poderes, pero sus padres si que los tienen y te arrancarían esos colmillos y se harían un collar con ellos.

No pienso hacerle daño yo solo pasaba por aquí cuando su cuerpo me golpeó, Amoymon no había puesto atención al lugar, ya que estaba enfocado en aquel hombre y Gabriela así que estaba en duda lo que decía aquel vampiro.