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MI DESTINO ERES TU

MI DESTINO ERES TU

Status: Terminada
Genre:CEO / Mafia / Pareja destinada / Completas
Popularitas:31.2k
Nilai: 4.9
nombre de autor: CINTHIA VANESSA BARROS

Tras una traición que marcó su vida, Aurora Madrigal, una joven empresaria y madre soltera, lucha por sacar adelante la empresa que su padre le dejó antes de morir. Su mundo parece desmoronarse hasta que aparece Félix Palacios, un misterioso inversionista con un pasado que nadie conoce y un poder que pocos se atreven a enfrentar.

Lo que comienza como una alianza de negocios, pronto se transforma en un vínculo profundo, intenso e inevitable. Pero el amor entre ellos se ve amenazado por una red criminal liderada por Fabiola Montero, una mujer que arrastra un oscuro pasado con Aurora y está dispuesta a destruirla a cualquier costo.

Mientras las traiciones salen a la luz, los enemigos se acercan y las pasiones se desbordan, Aurora y Félix deberán luchar no solo por el éxito de su empresa… sino por su propia vida y por el amor que jamás pensaron encontrar.

Una historia de romance, venganza, secretos, traición y redención.
¿Hasta dónde llegarías por proteger a quien amas?

NovelToon tiene autorización de CINTHIA VANESSA BARROS para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 05.

CAPITULO 05.

NARRADOR.

Aurora se encontraba sentada frente a su ordenador, aunque no prestaba atención a la pantalla. Sus párpados, pesados por la somnolencia, se movían sin dirección. En su interior, la tristeza se instalaba como una visitante constante, callada pero perturbadora. Una semana había pasado desde su aniversario matrimonial… y Arturo no había mencionado ni una sola palabra sobre ello.

Un suspiro salió de sus labios, como un lamento mudo que nadie escuchó.  El ambiente en la oficina era denso, y su rostro, que antes mostraba vitalidad, ahora parecía apagado.

Desde su lugar, Manuel Carbajal, su superior, la miraba con sutileza. Había observado su falta de interés, sus gestos fatigados y la manera en que, de vez en cuando, se masajeaba las sienes, como intentando despejar ideas oscuras.

—¿Tienes algún problema, Aurora? —inquirió él suavemente, acercándose a su mesa de trabajo.

Ella ofreció una sonrisa tenue y movió la cabeza en señal de negativa.

—No es nada importante… solo me siento cansada. No he podido descansar bien en días.

Manuel la miró con atención.

—Eres la persona más activa del equipo, pero te entregué el material para la nueva campaña hace tres días y aún no lo has revisado.

—Lo sé… lo siento —respondió en un susurro—. Iré a tomar un café y me pongo al día, lo prometo.

—No —interrumpió él, con amabilidad, aunque con firmeza—. Lo mejor será que te vayas a casa y descanses. Mañana lo hablamos. No quiero que te esfuerces en este estado.

Ella dudó por un momento, pero finalmente asintió.

—Gracias. Es que Arturo ha llegado muy tarde y… trato de esperarlo despierta. Sé que está trabajando mucho, y solo quiero apoyarlo, estar a su lado.

Manuel frunció ligeramente el ceño.

—¿No se encuentra en el área de ventas?

—Sí… y al parecer están cerrando un trato importante con nuevos socios.

La expresión de Manuel se tornó un poco más seria. Guardó silencio durante unos segundos, eligiendo cuidadosamente lo que iba a decir.

—Aurora… estuve presente en esa cena de cierre. Tu esposo no estuvo allí. Y los contratos están firmados desde hace varios días. Yo mismo me encargué de la publicidad. Lo que mencionas… no parece encajar.

Aurora sintió un escalofrío recorrer su espalda.

—¿Estás seguro? Él me indicó que todavía estaban en negociaciones y por eso llegaba tan tarde…

—Lo siento. No quiero incomodarte, pero… si él está escondiendo algo, mereces conocer la verdad. Ve a casa y reflexiona tranquilamente. Mañana retomáremos el trabajo.

Aurora agradeció con un gesto y recogió sus pertenencias. Su corazón latía descontrolado, pero su mente intentaba aferrarse a la razón. Quizás todo puede tener una explicación. Arturo no me mentiría. ¿O sí? Se repitió esto innumerables veces, como si al hacerlo pudiera hacerse a sí misma creerlo.

En su camino a casa, compró algo ligero para comer. No tenía ganas de cocinar. Apenas terminó, cayó en la cama y se sumió en un profundo sueño. Despertó después de las diez de la noche, con la garganta reseca y el espíritu aún más exhausto. Se dirigió a la cocina en busca de un vaso de agua. Arturo no había llegado de nuevo.

Al pensar que podría tener hambre, comenzó a hacer algo rápido para cenar. Pero las palabras de Manuel regresaron a su mente, crueles y precisas, como un cuchillo hundido en el abdomen: “Ese trato ya se cerró.”

—¿Acaso… me está engañando? —susurró suavemente, sintiendo una presión de ansiedad en su pecho.

Negó con la cabeza y se forzó a despejar esos pensamientos.

—No. Él me quiere. No haría algo así —se afirmó, aunque su voz ya sonaba menos segura.

Estaba terminando de poner la mesa cuando oyó el sonido de la llave girando.

Arturo ingresó en silencio. Su cara mostraba calma, pero su cuerpo estaba tenso. Al verla, soltó un suspiro.

—Llegas justo a tiempo. Estaba por terminar de poner la mesa —dijo Aurora con una sonrisa que intentó que se viera sincera, pero se rompió al final.

—No te molestes… ya cené —contestó él sin mirarla—. Te dije que no me esperaras despierta.

Se acercó, le dio un beso frío en la frente y se marchó hacia la habitación.

Aurora lo vio irse. Un ligero olor a alcohol quedó en el ambiente, sutil pero lo suficientemente incómodo para ella.

Comió en silencio, sola. El bocado no le agradó. La comida sabía a abandono.

Cuando entró en la habitación, Arturo ya estaba profundamente dormido, ajeno a todo.

Al día siguiente, Aurora se despertó temprano. Preparó el desayuno… pero Arturo ya no estaba. Solo quedaba un tenue rastro de su perfume en el aire.

Frustrada y confundida, se arregló, pasó por una panadería y adquirió dos cafés y algunos postres. Necesitaba respuestas. Y no las buscaría en casa.

Subió directamente a la oficina de su padre, pero lo primero que vio fue la sonrisa de Teresita, la secretaria de toda la vida.

—¡Qué agradable sorpresa! ¿Qué haces aquí tan temprano, niña Aurora?

—Buenos días, Teresita, tan hermosa como siempre —le sonrió mientras le ofrecía un café y un postre.

—Ay, qué lindo detalle. Gracias, mi niña. Pero lamento informarte que tu papá no está. Salió a desayunar con los nuevos clientes.

—No te preocupes. Solo pasé a saludar… y a pedirte un favor.

Teresita se sentó, captando de inmediato la seriedad en los brillantes ojos de Aurora.

—Dime, cielo.

—Verás… Arturo ha estado trabajando mucho últimamente. Dice que todavía están en negociaciones con los nuevos socios y… bueno, quería saber si eso es cierto.

Teresita frunció el ceño.

—Pero si el trato se cerró la semana pasada. Hoy solo están ajustando entregas. ¿Tu esposo está involucrado en eso?

—Eso es lo que me dijo. ¿Crees que podrías averiguar algo?

Teresita, con su habitual discreción, levantó el teléfono. Habló en voz baja durante un par de minutos. Aurora permaneció sentada, agitando el café en silencio, sintiendo un nudo en el estómago.

—Está bien, querido —respondió al fin la secretaria con una sonrisa forzada—. Hablé con la asistente del jefe de ventas. Arturo está inmerso en un nuevo proyecto que le ocupa bastante. Está ultimando varios acuerdos. Dicen que es el mejor en su campo.

Aurora asintió, intentando mostrar una sonrisa, pero su mirada estaba llena de tristeza.

—Gracias. Y por favor… no le cuentes nada a mi papá.

—Cuenta con mi discreción. Pero escucha, Aurora… deberías hablar con él. A veces, trabajar en exceso es solo una forma de evadir otras situaciones.

Aurora tomó una profunda respiración.

—Voy a buscarlo en su oficina. Tal vez solo. . .  necesite que lo busque más.

Teresita le hizo un guiño.

—Y esos postres son para eso.

Ella sonrió y salió de la oficina.

Bajó al quinto piso, donde se ubicaba la oficina de ventas. Le envió un mensaje a su jefe para informarle que estaba en el edificio, pero que llegaría tarde a su oficina.

Entró a la oficina de Arturo sin tocar la puerta. Lo vio hablando por teléfono, sonriendo con libertad, luciendo relajado. Pero al verla, su expresión cambió de inmediato. Colgó la llamada abruptamente.

—¿Qué haces aquí a esta hora? ¿No tienes trabajo? —preguntó con un tono áspero, casi molesto.

Aurora lo miró, sintiéndose herida por su frialdad.

—Solo vine a traerte un postre. Pensé que tenía derecho a ver a mi esposo —respondió tranquilamente, con los ojos vidriosos.

Arturo soltó un suspiro, intentando suavizar su tono.

—No te enojes. Gracias por el gesto, lo comeré después. Aún no he desayunado y no quiero que me haga daño.

Ella lo observó detenidamente. Su cuerpo estaba tenso, y su mirada, evasiva. Parecía… incómodo al verla.

—Hoy no dejaré que trabajes hasta tarde. Iré a buscarte para que salgamos a cenar —dijo con seguridad.

Él puso una sonrisa falsa.

—Entendido… tú decides. Elige el lugar y nos vemos a las siete. Tengo que acabar unos informes.

—No llegues tarde… o dormirás con el perro.

—Pero cariño… no tenemos perro.

—Por eso lo digo. Tú decides si quieres arriesgarte.

Le lanzó una mirada seria antes de salir. Apenas cerró la puerta, las lágrimas comenzaron a arder en sus ojos. Algo no estaba bien. Algo había cambiado. Y aunque no quería reconocerlo, el amor que había anhelado… se le estaba escapando de las manos.

Pero tenía una campaña que concluir. Y al menos eso… sí estaba en su control.

1
Martha Cardenas
cada historia es genial gracias
Rosy Sanchez
🥲
Martha Ruiz
muy linda historia felicitaciones y bendiciones 🙏
Martha Ruiz
muy linda historia felicitaciones y bendiciones 🙏
Margarita Acuña Cerda
/Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss/
Margarita Acuña Cerda
Hay que maravillosa novela, son buenísimas me wncantan
Margarita Acuña Cerda
Elisa mi heroina
Margarita Acuña Cerda
Hayyy otra vez ni la mataron, no se porque Elena no le pide ayuda a su papá
Margarita Acuña Cerda
Félix tiene que unirse al papá de ella
Margarita Acuña Cerda
Oye aytoa que buenas novelas escribes
Yudith Acosta
Mari. estoy de acuerdo
mariela
Hermosísima novela con una trama interesante de como hay personas a tu alrededor que por ambición pierden hasta la vida y otras por venganza también la pierden Aurora Madrigal una mujer luchadora y madre soltera Félix Palacios un caballero, protector y guerrero definitivamente hay que leerla.
Te felicito Autora por tan bella novela gracias por compartir ese talento con todas tus lectoras Dios te bendiga siempre 🫂😘🙏🇻🇪💐
Angel
el que engaña una vez lo hará siempre
Angel
no confíes
Angel
berrinchuda y envidioso celoso
Angel
muy berrinchuda
Angel
infiel 😡
Angel
que 💔
Angel
espero que no pierdan el rancho
Angel
buena autora
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