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Una chica hermosa, genial y talentosa llamada Kara Danvers trabajaba como agente doble, hasta que fue traicionada por su compañero… y murió.
Sin embargo, en lugar de ir al más allá, Kara transmigra al cuerpo de una niña adorable de 3 años, justo cuando la familia de la pequeña se encuentra al borde del colapso por culpa de una amante que llegó con su hija.
—¿Transmigré al cuerpo de una mocosa? —Kara Danvers no lo podía creer.
—¡Vaya, una rompehogares! Creo que merece una lección… —dijo Kara con una sonrisa maliciosa, desde el cuerpo de la niña.
¿Qué hará la agente doble dentro del cuerpo de esta pequeña tan tierna? ¡Vamos a descubrirlo!
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Capítulo 5
"¿Estás bien, cariño? ¿Aún te duele?" preguntó Arvin, acariciando la cabeza de su hija; realmente quería mucho a su hija.
Pero tampoco podía olvidar a su exnovia, que ahora era su segunda esposa, Amara.
"¡Perdona a mamá Amara, cariño! Quizás mamá Amara no se sentía bien antes," continuó Arvin, dando una razón que tuviera sentido para la lógica de una niña pequeña.
Vara miró con exasperación al hombre frente a ella; realmente estaba cegado por el amor. Hasta el punto de seguir queriendo defender a su segunda esposa.
"¡Pues que no, Vala no quiele estar con esa tía zarrapastrosa, Vala mejol se va con Mamá!" dijo Vara, amenazante.
Arvin tragó saliva; no esperaba que su hija, al despertar del coma, tuviera un carácter tan diferente. Antes, Vara era muy obediente e incluso callada.
"¿Quién te enseñó a decir eso, cariño? ¡Mamá Amara no es una tía zarrapastrosa!" la reprendió Arvin con voz suave.
"¡Lo que dice Vara es verdad, Mas! Si Amara sigue lastimando a Vara, ¡entonces me iré de casa y volveré con la familia Prameswari!" dijo Selvira, y no parecía estar bromeando.
Arvin se preocupó aún más; sabía cómo era la familia de su esposa. Provenían de una familia de mafiosos y empresarios, solo que Selvira aún ocultaba las vergüenzas de su marido a su familia.
"¡Está bien! ¡Mas no le pedirá a Amara que cuide de Vara!" decidió Arvin, cediendo.
¡Bah! Maldito hombre codicioso. ¡De qué sirve ser guapo si no puede ser fiel! se burló Vara en su interior, sintiéndose molesta.
Lo que Vara pensaba era cierto: Arvin amaba a dos mujeres. Amaba la naturaleza gentil de Selvira y su habilidad para satisfacerlo en asuntos culinarios; incluso el rostro de Selvira era mucho más hermoso que el de Amara.
Solo que realmente no podía olvidar a su primer amor. Más aún, sus sentimientos por Amara seguían siendo los mismos después de años de separación.
"¡Entonces, Papá se va a la oficina ahora, eh! Tengo una reunión, ¡de acuerdo, princesa!" Arvin acarició la cabeza de su hija.
¡Pues vete! ¡Lárgate, maldito cocodrilo! ¿De quién es este padre? ¡Eh, es mi padre ahora, joder! maldijo Vara en su interior.
A diferencia de la expresión que mostraba Vara, que parecía inocente. Por supuesto, en cuanto a expresiones faciales, estaba muy entrenada. Varias veces se había infiltrado en las bases enemigas, solo para buscar información o sus debilidades.
Por supuesto, en el arte de fingir, Vara era una experta. Incluso superaría a los ganadores del Oscar si actuara en una película.
"¡Sí, Papá!" dijo Vara, asintiendo inocentemente.
¡Muac!
¡Maldita sea! ¡Me besó un cocodrilo, joder! dijo Vara molesta para sus adentros.
Arvin luego miró a su primera esposa. "¡Me voy a la oficina, cariño!" se despidió el hombre.
"Mmm... ¡Está bien, Mas! ¡Ten cuidado!" respondió Selvira.
Después de darle un pequeño beso en la frente a su esposa, Arvin salió de la habitación de hospital de su hija.
Selvira observó la espalda de su esposo desaparecer tras la puerta, luego la mujer, madre de una hija, se giró hacia su pequeña.
"¡Cariño! ¡Es hora de dormir, eh!" dijo Selvira con dulzura.
"¡Sí, Mamá!" dijo la niña obedientemente.
"Espera un momento, Mamá te preparará lo que le gusta a Vara, ¿sí?" Selvira luego caminó hacia la pequeña cocina de la habitación.
Mientras tanto, Vara frunció el ceño extrañada, preguntándose qué le gustaría a esa niña. Se sintió aprensiva al ver a su madre sacar algo.
No mucho después, Selvira llegó con un biberón lleno de leche de fórmula.
"Toma, cariño." Selvira le ofreció el biberón a su hija.
Vara miró con horror el biberón y rápidamente se tapó la boca, haciendo que Selvira frunciera el ceño.
"¡Vala no quiere beber!" la niña apartó la cara.
"¡Oh! ¿Por qué, cariño? ¿No le gusta a Vara beber leche?" preguntó la hermosa mujer con dulzura.
¡Ni hablar! ¡Por supuesto! ¡Soy una mujer adulta, oye! ¡Cómo voy a beber leche otra vez! gritó Vara para sus adentros, sintiéndose frustrada.
"¡Vala no quiere beber más cheche!" respondió la niña.
¡Caray! ¡Y dice "cheche"! ¡Qué difícil es para esta lengua de niña decir "leche"! pensó Vara.
"¿Por qué, cariño? ¿Hay poca leche?" preguntó Selvira, confundida.
Vara negó rápidamente con la cabeza. "¡La cheche es pala niños pequeños! ¡Mientas que Vala ya está gande, Mamá! ¡Qué pesona mayol bebe cheche en bibelón!" respondió la niña, dándoselas de adulta.
Selvira hizo una mueca al ver el comportamiento de su hija. ¿Acaso su hija no era todavía pequeña? Pero, ¿por qué decía que ya era adulta?, pensó la mujer.
Vara ahora se acostó, cubriéndose con la manta y dándole la espalda a su madre. Selvira solo podía ser paciente con el comportamiento diferente de su hija desde que despertó del coma.
"¿Estás segura, cariño? ¿No quieres beber leche?" preguntó Selvira una vez más.
Normalmente, su hija no se dormía sin beber leche; se había convertido en una rutina para la niña. Incluso, solía lloriquear pidiendo leche.
"¡Vala está segura!" dijo la niña, asintiendo con la cabeza.
"¡Está bien! En ese caso, ¡buenas noches, cariño!"
¡Muac!
Selvira solo pudo acceder a los deseos de su hija; luego, la mujer de 27 años colocó la leche de fórmula en la mesita de noche.
Mientras tanto, en la mansión Mahardika, esa noche, Amara discutía con Arvin. Era la primera vez que discutían después de varios meses de matrimonio.
"¡No puedo creer que pudieras ser tan cruel como para lastimar a mi hija, Amara!" dijo Arvin con frialdad.
"Mas... ¡ya te lo dije! ¡Estaba bromeando, Mas!" dijo Amara, dando una excusa.
"¡Tu broma fue demasiado lejos! ¿No viste antes? Vara lloró desconsoladamente. ¡Y eso que nunca había llorado tan fuerte!" dijo Arvin con frialdad.
Amara ahora estaba asustada; nunca había visto a Arvin tan enojado con ella. En su interior, maldecía a la niña que era la causa de este problema.
"Mas..."
"¡Suficiente! ¡Como castigo, congelaré tus tarjetas de crédito durante 6 meses!" decidió Arvin de manera absoluta.
Los ojos de Amara se abrieron de par en par; por supuesto, ese castigo era el más severo para ella. Era una mujer de la alta sociedad, ¿cómo podría pasar un solo día sin ir de compras?
"Mas... ¡no te pases!" dijo Amara, elevando la voz una octava.
"¿Quieres que las congele? O que Mamá y Papá se enteren de que lastimaste a Vara," amenazó Arvin.
Amara abrió aún más los ojos; por supuesto, sabía las consecuencias si los padres de Arvin se enteraban. Vara era su primera nieta, naturalmente querían más a Vara que a la hija de ella, que no era nadie.
Su matrimonio mismo había sido fuertemente desaprobado por la familia Mahardika. Solo que Arvin insistió, y además le pidió a Selvira que hablara con sus padres.
¡Maldición! ¡Todo esto es por culpa de esa niña endemoniada! ¡Ya verás! maldijo Amara en su interior.
"¡Está bien! ¡Congélalas!" dijo Amara, resignada.
Arvin asintió y luego se fue sin más. Solo después de ver salir el lujoso coche de Arvin, Amara desató su ira.
"¡Aaarrgghh... maldita mocosa! ¡Ya verás!" gritó Amara, destrozando su maquillaje y productos de cuidado de la piel sobre el tocador.
"¡Ya lo verás! ¡Te mataré junto con tu madre!" siseó Amara con los ojos llenos de odio.
Se vio a una niña de 6 años mirando a su madre. Era Lunaira, la hija del primer marido de Amara. Era tan astuta como su madre.
