DE VUELTA AL DESEO

Mi cabeza da vueltas como un trompo, Jules y yo nos tomamos hasta el agua de trapear, terminamos en mi casa, para poder cuidar los sueños de mi hija, ¡pero qué borrachera!.

Con mucha pereza me dispongo a preparar el desayuno o mejor dicho, almuerzo, no sin antes tomarme unos analgésicos para el dolor de cabeza que me está matando.

— Podíamos haber ido por comida— se queja mi amiga.

—Sabes que prefiero prepararla— sonrío.

Desde que tuve a Grace me he dedicado más a cocinar, me gusta darle comida sana a mi hija, hecha por mi con todo el amor para ella.

Me doy una refrescante ducha luego de servirle el desayuno, casi almuerzo a la quejosa de Jules y me adentro en la habitación de mi pequeño retoño para ver si está o no despierta, a veces suele despertarse tarde y me recuerda a su padre, él es un hombre que ama dormir.

—Vamos cariño, arriba— le susurro.

—Mamá— se queja—hoy nos vamos de paseo con la tía Jules— le digo y de una vez salta de la cama, mi hija adora a Jules.

Ella estuvo viviendo conmigo los primeros tres meses de vida de Grace, me ayudó demasiado, cuando está enferma es la segunda madre de ella y no saben lo agradecida que estoy con Jules, me siento muy afortunada de tenerla a ella y a mis otros amigos presentes.

Si me ha dolido mucho la ausencia de mis padres, pero yo no pienso dejar mi orgullo de lado, porque realmente yo no los hice nada, cuando salí embarazada ya era independiente, ellos no me daban ni un dólar, así que no le encontré lógica a su enojo.

Decidí sacar mi fuerza y continuar con mi vida, algún día sabré la razón de su enojo, sé que Liam no era de sus favoritos, pero mis decisiones, mis problemas; Además, ¡estaba embarazada! Un ser inocente, ajeno a todo, no merecía el rechazo de sus abuelos, pero que se puede esperar, si rechazaron y echaron a su propia hija, no puedo esperar nada para mi pequeña.

—Ven amor— la llamo abrazándola, Dios hasta en el cabello alborotado se parece a él.

—Comer— susurra aún medio dormida.

—Vamos a darte una ducha y luego comeremos— le digo y asiente obediente.

Hago lo rutinario y antes de colocarle su ropa, le doy de comer, no quiero tener que cambiarle la ropa y ducharla.

—Entonces, ayer no estaba tan ebria, porque recuerdo lo que hablamos de ese— dice y chasqueo la lengua.

—Hoy no, solo quiero llevar a Grace a pasear y después veo Jules— le digo—Realmente sigo pensando como diablos decirle— susurro frustrada.

—Ay Grecia, vienen días negros— dice y niego.

—Cállate, cada vez que dices eso todo se pone horrible— la señalo—odio ese don tuyo— vocifero.

—Tómalo con calma Gre, de verdad que solo debes ir diciendo la verdad, porque aunque quieras o no todo va a ir empeorando— confiesa—Sé que no es fácil y el amor que le tienes tampoco ayuda demasiado, pero debes hacer lo correcto, te juro que te entiendo, pero también sabes que tengo razón— asiento dándole la razón.

Me quedo en silencio, no tengo más que decir, porque la razón habla por si sola, lo que si sé es que estoy cagada del miedo.

~

—Grecia, la tienda fue robada e incendiada— me informa Jules.

—¡¿Qué?! No me jodas Jules, ¿Cómo fue?— pregunto alterada.

—No sé Gre, solo me llamo Liliana para decirme y que está todo hecho un completo desastre— me dice y me pasó las manos por la cara frustrada, enojada y triste.

—Vamos para allá— le digo tomando mi teléfono para llamar a la niñera, no puedo llevarme a mi hija sin saber el estado del lugar y menos sin saber si es seguro.

Tengo muchos sentimientos encontrados, frustración, tristeza, impotencia, dolor, mis años de trabajo, esfuerzos y sacrificios se habían convertido en cenizas, mis sueños se habían apagado.

Sollozo al ver mi negocio, estoy tan conmocionada, mi corazón está hecho pedazos y si antes pensaba que mis sueños se habian apagado, pero ahora que veo todo, me doy cuenta de que mis sueños se habían cerrado, derrumbados.

Tengo al departamento de policía, al departamento de bomberos y a todo un personal tratando de encontrar al culpable o los culpables, pidiendo declaraciones a los vecinos que se encontraban alrededor al momento del robo.

Esto sinceramente es algo que nunca imaginé que podía pasarme, ¡un puto incendio! Me han cortado las alas de la manera más vil, más dolorosa, trabaje tanto, luche tanto, invertí tanto y ahora es nada.

—Señora Burke investigaremos un poco más y mañana le daremos información— me indica el oficial de policía— revisaremos las cámaras de seguridad cercanas y le estaremos informando— me indica y asiento en silencio.

—Vamos a casa, aquí ya no tenemos nada que hacer— dice una Jules triste.

Siento que estoy en modo automático, sigo en shock, por suerte, tengo dinero ahorrado, cuando se es madre se piensa mucho y te da por ahorrar por cualquier emergencia que ocurra.

Muchas veces escuché que la maternidad no era lo mejor y que simplemente la romantizaban mucho, pero la realidad es que, la maternidad es una de las fases más hermosa que una mujer puede vivir, no es fácil, lo admito, pero aprendes y te adaptas. Cada día amo más el solo hecho de haber traído a este mundo al más puro amor, una pequeña persona que lleva tanto de mí, como de su papá, una personita que ha hecho de mi vida la mejor, es el mejor regalo que tengo.

Ahora es mi único consuelo, mi apoyo, la personita que me da tantas fuerzas, el único ser que me da aliento y me sonríe con tanta ternura haciendo que todas mis preocupaciones y dolores desaparezcan, ella es magia, es amor puro.