Alicia Vannecelli es una joven atractiva y optimista, llena de ilusiones. Uno de sus sueños es convertirse en doctora en pediatría, ya que siente una profunda afinidad por los niños. En secreto, está enamorada de David Müller, un sublíder de la mafia alemana. Sin embargo, considera que su amor es imposible debido a la diferencia de edades y al hecho de que él la ve como una niña. A pesar de esto, Alicia hace todo lo posible por conquistarlo, intentando cautivarlo con su encanto. Lo que ella no anticipaba es que el amor de David es tan intenso que se torna tóxico, transformando su vida a su lado en todo lo contrario a lo que ella había imaginado.
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Capítulo 17 Nuestra relación
Alicia Vannecelli
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Observo cómo se aleja, pero lo llamo por su nombre y él se detiene. Me acerco a él y, al estar frente a su mirada, levanto un poco la vista y muevo la mano para indicarle que baje un poco la cabeza. Él lo hace y, tomando su mejilla, le doy un beso en los labios.
Dios, no puedo creer que esto sea verdad, que somos novios. Tal vez esto sea solo un sueño, pero se siente tan real. Me alejo lentamente, mientras contemplo sus hermosos ojos dorados que me observan con atención. Su hermosa sonrisa me lleva a preguntarme por qué no sonríe más a menudo; definitivamente es más atractivo cuando lo hace.
—Mi gatita, tus labios se están convirtiendo en mi lugar favorito. Si sigues besándome, no podré irme —me dice.
—Los tuyos ya lo son, pero no debes quedarte más tiempo. Nos vemos mañana —le respondo.
—Hasta mañana —me dice mientras lo veo salir por la puerta. No puedo evitar sonreír como una tonta mientras lo observo marcharse. Corro por las escaleras, llego a mi habitación y, al cerrar la puerta, me recuesto en la cama con una sonrisa al contemplar el techo. Esto no es un sueño; en realidad somos novios, y ya quiero que llegue mañana para volver a verlo. Cierro los ojos, pero la emoción me mantiene despierta y empiezo a dar vueltas en la cama.
Escucho un toque en la puerta y me incorporo de inmediato. Reconozco la voz de mi tía
—¿Alicia, estás despierta? David te está esperando —me dice.
Abro los ojos rápidamente, me levanto y reviso mi teléfono: son las 9 de la mañana. ¡Dios, voy tarde a mi primera salida con mi novio! Sonrío al recordar que mi novio es David. Escucho nuevamente a mi tía llamándome.
—Sí, tía, en un momento bajo —le respondo.
Corro al baño para darme una rápida ducha y cepillarme los dientes. Luego regreso al cuarto, donde busco desesperadamente ropa para ponerme. Tras varias opciones, opto por un conjunto azul. Suelto mi cabello, tomo mi bolso y salgo.
Al bajar la escalera, camino hacia el comedor y veo a mis tíos, mis primos, e incluso a Salvatore y David, todos reunidos allí.
—¡Buenos días! Disculpen la demora —digo, algo avergonzada.
—¡Buenos días! —responden todos al unísono.
—Alicia, por favor, siéntate junto a David —me indica mi tía Adeline.
Camino hacia él; al llegar, se levanta y mueve mi silla. Me siento y me acomodo.
—Gracias —le digo.
Él no responde, solo sonríe levemente.
—Alicia, David me pidió permiso para salir contigo a pasear. Ya habían hablado ayer, así que te doy el permiso. Recuerda que en la tarde debes viajar —me comenta mi tía.
—Sí, tía, volveré a tiempo —le respondo.
Siento cómo alguien entrelaza su mano con la mía. Al mirar hacia abajo, veo la mano de David, mucho más grande que la mía. La aprieto suavemente mientras mis dedos lo masajean levemente. Mi corazón parece que va a salirse del pecho, intento disimular, pero su aroma tan masculino llena mis fosas nasales y me vuelve loca. Sirven el desayuno, él suelta mi mano y empiezo a comer.
—¿A dónde piensan ir? —pregunta Jim.
—Iremos al Reichstag Building —responde David.
—Si estás en Berlín, definitivamente debes conocer ese lugar —acota Jim.
Al terminar el desayuno, me despido de todos y camino al lado de David. Al salir de la mansión, llegamos a un auto negro. Él abre la puerta de copiloto; me subo y él cierra la puerta. Lo observo dar la vuelta al vehículo y subir al asiento del conductor, encendiendo el motor.
—Te ves hermosa, Alicia —me dice acercándose y tomando mi rostro; me da un beso en los labios y añade—No sabes cuánto deseaba besarte.
Prende el motor del auto. Lo observo vestido con un traje negro, sin corbata, con los primeros botones de la camisa abiertos. Se ve muy bien, elegante. Después de unos minutos, llegamos a un gran edificio. Al entrar, en el centro hay una torre de vidrio; es simplemente hermoso. David comienza a contarme la historia y el significado del lugar. Tras una hora de recorrido, salimos y nos subimos al auto. Él conduce durante más de media hora hasta que llegamos a una hacienda. Se baja del auto, me abre la puerta y me ofrece su mano, que tomo para bajar.
—Este lugar es precioso —le digo.
—Es nuestro, mi gatita —me responde.
Él toma mi mano y caminamos hacia el interior. El lugar es aún más amplio. David parece disfrutar de la naturaleza. Al llegar a la sala, dejo mi bolso en la mesa y él me lleva hacia el sofá. Le pregunto
—¿Aquí es donde vives?
—Sí, aunque normalmente estoy en el apartamento que tengo en la ciudad por el trabajo. Mi gatita, ahora que somos novios, debemos ponernos de acuerdo en algunas cosas, ya que vivimos en diferentes países y tú eres menor de edad —me dice.
—Te escucho —le respondo.
—Podremos comunicarnos por mensajes y hacer videollamadas cuando tú puedas. Intentaré viajar dos veces al mes a Italia para vernos. Buscaremos la manera de no interferir con tu escuela. Mientras seas menor de edad, mantendremos esta relación en secreto, pero tan pronto como cumplas 18 años, hablaré con tus padres.
—Está bien —le respondo.
Él pasa su mano por mi rostro; al deslizar sus dedos, cierro los ojos. Cuando él termina de acariciarme, abro los ojos y sonrío. Toma mi mano y salimos de la sala, mostrándome el lugar; es realmente inmenso. Solo se ven los jardines y, más allá, el verde prado. Él me abraza por la espalda y me da un suave beso en el cuello.
—Me encantas, mi gatita. Por favor, siempre dime la verdad; no me gusta la deshonestidad —me dice.
—Te lo prometo, siempre te diré la verdad. Te quiero, David Müller —respondo.
Me giro para mirarlo y él me besa suavemente; yo sigo su ritmo.
y todavía la kiere controlar en todo lo que ella hace y me imagino ke habrá salidas de ella con sus amigas y amigos y el no va a aguantar sus celos ..