Cazada Por Mi Prometido

Al despertarme vi la pequeña mesa a mi lado, miré en todas las direcciones posibles del lugar desconocido y al ver mi vestido sobre una silla recordé los sucesos de la noche anterior, en infeliz de Alexander creía que todo era un simple berrinche, estaba totalmente equivocado si creía que iba a regresar con él.

Fui al baño y tomé una breve ducha, rebusque entre las cosas que me trajo la secretaria y me vestí, recogí todas mis cosas y llame a mi chófer, al salir del hotel me dirigí a un restaurante a desayunar, le pedí a Erick encontrarse allí conmigo, llegó primero que yo al restaurante.

—Me sorprendió que me invitaras a desayunar –Movió una silla para qué me sentará mientras me sonreía– pero no tanto como tu repentina desaparición anoche, vi a Alexander después de que te fuiste y se veía muy enojado, incluso se fue sin despedirse.

—Sobre eso quería hablar –me senté y esperé que Erick se sentará frente a mí para proseguir– rompí mi compromiso.

—¿¡Qué!? –Erick tosió y contó lo su sorpresa para no volver a gritar– ¿Lo dices en serio?

—Sí, tienes razón, debo darme mi lugar y no seguir junto a alguien como Alexander, no importa cuanto lo ame, no merezco ser despreciada de tal forma.

Un mesero se acercó a nosotros con un rostro amable y ambos hicimos un pedido, cuando el desayuno llegó comenzamos a hablar otra vez.

—¿Cuál fue el detonante de tu decisión?

—Alexander nunca cambiará ¿Quién puede negociar con el demonio? Estuve a punto de llorar frente a él y rogarle por amor, menos mal él hizo una estupidez y puse los pies en la tierra, incluso dice estar enamorado –puse mala cara mientras le ponía azúcar a mi café– todo este tiempo estuvo detrás de una chica tonta y superficial, dijo que ella lo entendía y lo apoyaba en todo.

—Lo siento Diana –Erick me dedico una sonrisa amable, pero su rostro mostraba preocupación– ¿Sabes quien es esa mujer?

—Emily, una modelo y actriz en ascenso, ya que lo recuerdo, tiene muchos proyectos en tu empresa y acaban de darle dos papeles en dos de las películas que estás patrocinando, quiero que la elimines y busques a alguien más.

Erick estaba sorprendido por mi petición, pero sonrió y asintió.

—No es un problema ¿Pondrás baches en su carrera?

—Claro que sí, nadie la conocerá mientras esté viva, no podrá grabar ni siquiera un comercial de agua mientras yo pueda impedirlo.

—¿Estás segura de hacer eso? Alexander tiene mucho dinero.

—Pero tú y yo tenemos más poder en el mundo del espectáculo, de repente quiero invertir en una revista –Sonreí con satisfacción– tendrá que dar dinero en vano, ningún director puede oponerse a ti, mucho menos a mí que les he regalado tanto maquillaje y ropa para sus grabaciones.

—Te ayudaré en todo lo que pueda ¿Quién más sabe sobre esto? Porque si yo me estoy enterando de tan temprano en la mañana significa que tus padres no o saben.

—Hoy va a celebrarse una fiesta de compromiso, allí daré la noticia.

—Eso es muy precipitado, Diana piénsalo un poco más.

—Invitaré a Emily, me encantaría ver el rostro de mis antiguos suegros al ver a esa perra, tú también vendrás.

—Iré solo para estar junto a ti.

Terminamos de comer y Erick llevo hasta la empresa, mi chófer se adelantó un poco extrañado por mi actitud relajada, pues, horas antes tenía un rostro triste y demacrado.

Al llegar a la empresa mi secretaria me recibió con mi horario del día y comencé con tranquilidad hasta que tuve una reunión con la empresa de Alexander.

Al llegar a la sala la asistente de Alexander estaba junto a él, este tenía un rostro de pocos amigos mientras me miraba, en la sala solo estábamos nosotros y un par de inversionistas.

—Solo falta firmar el cuerdo y empezar el proyecto –Dijo Alexander con mucha seriedad– puedes revisar los últimos detalles.

—Deberías ser más formal al dirigirse a mi joven Alexander –Dije con un rostro serio– sobre su proyecto, no estamos interesados, otra compañía nos hizo una mejor propuesta.

—¿Estás hablando en serio? Si estás enojada no debes mezclar tus temas personales con el trabajo.

—Le dije que me hablara de forma más formal, además no tengo una razón para estar enojada, es en serio lo que digo la empresa de Erick nos ha hecho llegar una mejor propuesta y además mis productos se venderán mejor.

—Diana, no puedes hacer negocios con Erick, tampoco puedes cancelar este trato.

—¿Por qué no puedo? ¿Me vas a obligar a hacerlo o alguien más lo hará?

Miré fijamente a Alexander y no pudo contestarme, después miré a los inversionistas y socios, nadie se atrevió a hablar.

—Bueno, me retiro.

Salí de la oficina y detrás de mí salió mi secretaria, estaba tan tranquila por haber hecho eso, casi morí de la risa frente a todos al ver el rostro lleno de cólera de Alexander.

Al entrar en mi oficina Alexander entró alterado y enojado, no perdí la calma y lo miré.

—¿Quién le dio permiso de entrar en mi oficina joven Alexander?

—¿Por qué actúas de esta manera? La apertura de ese hotel nos iba a beneficiar a ambos ¿En serio dejarás que Erick construya en los terrenos que compraste?

—Claro que sí lo haré, no solo habrá un hotel, también una nueva sucursal para mis cosméticos y un estudio de diseño, pero son cuestiones de mi empresa, ¿Cómo querías que te tratara? Ya no estoy dispuesta a tratarte con amor, quiero romper todos los lazos que me atan a ti.

—No llegaste a casa anoche y hoy actúas así, deja de hacer berrinches, ambos sabemos que mañana estarás feliz y nos cansaremos en la fecha pautada.

—Creo que no lo has entendido bien Alexander, esto se acabó, no hay nada que salvar, no estoy haciendo un berrinche y lo más importante quiero el dinero que puse para esa casa, no volveré jamás a ese lugar, ni siquiera quiero las cosas que están allí, puedes venderlas o también puedes darle de regalo a Emily todo lo que deje, por lo visto adora tener lo que yo tuve antes.

—No te daré el dinero de nada, me rogaste que fuese a vivir contigo y ahora haces esto, además no vuelvas a nombrar a Emily.

—No estoy mintiendo y si no me das el dinero llamaré a mi abogado y tú lo vas a resolver con él, puedo hablar de ella todo lo que quiera porque estoy en mi empresa y tú me estás molestando, lárgate o pediré que te echen y no vuelvas ni siquiera por negocios porque no quiero relacionarme contigo.

Alexander se fue totalmente enojado, estaba feliz de verlo tan enojado, seguía dolida, pero esta era la mejor forma que tenía de sobrellevar las cosas.

—¿Cómo reaccionará cuando sepa que dejé sin trabajo a su perra?