¿Morir así de miserable? Esta novela es una mierda. Todos son unos lunáticos.
‹El villano maldito›, era una popular novela histórica sangrienta y con un romance un poco torcido. Leí el libro hasta que mi cuerpo enfermizo no pudo ni siquiera sostener el libro, y quedé ciega. No debí tener siquiera una pizca de lástima por el final miserable de la protagonista de la historia, ¡Entonces no habría reencarnado en su cuerpo! La princesa heredera y, el personaje más lamentable del libro. Murió tratando de dar a luz al heredero del frío y despreciable príncipe maldito, a quien amó sinceramente. El feto ni siquiera esperó 9 meses, como un monstruo, desgarró el vientre de su madre. No sé que pensaba esa princesa, pero no tendré una muerte tan lamentable otra vez. “En primer lugar, debo cancelar ese maldito compromiso”—Pero, ese desgraciado príncipe me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente —“¿No me amas?—¿Estás tratando de escapar de mí?”.
原创故事。
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Capítulo 23 : Me sirves a mí, recuérdalo.
...⚘...
—Me alegra que la princesa Gwshan haya sido capaz de asistir.
La señora Shu se presentó en el pabellón. Vestía una túnica; hecha de finas telas de lino y, joyas y hojarcas preciosas en todas las manos. Con una mano puesta en su pecho y otra tratando de cubrir su vientre; se reverenció levemente.
La señora Shu. Prima del emperador de Hwanhuan. Prima removida de Hwan y Zorám.
Incliné el cuerpo sin tanto rollo; haciendo una reverencia corta pero sofisticada.
—Me regocija haber sido tomada en cuenta para dicha celebración. Mis felicitaciones por su compromiso, ma'am Shu.
Noté sus mejillas enrojecerse. Comenzó a abanicarse; avergonzada.
—La princesa Gwshan no podía quedar fuera de esta celebración. Muy pronto se convertirá en mi prima política después de todo.
Zorám carraspeó.
Asentí; mirando el piso.
Puede que, las cosas terminen así.
—Pero, ¿A dónde se ha metido Hwan? ¿Cómo puede dejar a su prometida tirada como trapo viejo?
Lo dijo tan descuidadamente que, a Aklen se le dibujó una tenue sonrisa en los labios.
—No se ofenda, princesa Gwshan. Pero, el primo Hwan tiende a escaparse en este tipo de situaciones.
No me ofendo en absoluto.
No me importa lo que haga ese hombre.
—Puedo enviar a mis hombres en su busca —esbozó una sonrisita tras el abanico.
Entonces solo pude ver sus ojos dirigirse a Aklen y, después volverlos a mí.
—Puedo ver que está atareada y, sería un desastre tanto para la sociedad como para usted, que la princesa Gwshan se desaliñara mientras intenta buscar a su prometido. Entonces, ¿Por qué no me llevo a su dama de compañía? Ella puede ayudar a encontrarlo.
Levanté una ceja.
Miré a Aklen, quien parecía aturdida pero, no disimuló su emoción.
Ya veo.
¿Está tratando de juntarlos?
¿Delante de mí?
En esta novela, a todos les falta un tornillo.
—¿A su dama de compañía no le molesta?—volvió a preguntar.
Aklen caminó a mi costado; quedando justo en frente a ella.
—Si, señora Shu, lo haré.
Sus labios se curvaron en una gran sonrisa y, se inclinó notablemente ante la señora Shu.
Aklen, querida Aklen, ¿no puedes disimularlo un poco más?
Estaba dispuesta a irse.
—No lo hará —dije; deteniéndolas a ambas —Ella no lo hará.
—¿Disculpe? —se preguntó la señora Shu; notablemente sorprendida.
Aklen tenía una mueca de tenue fastidio en su rostro, que no me podía mostrar.
—Buscar a mi prometido —dije; relajadamente —no forma parte de las tareas de mi dama de compañía. Ella —miré a Aklen —me sirve a mí, no al príncipe heredero ni a ningún otro, ¿lo has entendido, Aklen?
Agachó la cabeza como un perro, como debe ser.
—Entonces vuelve aquí.
A regañadientes acató mi pedido; parándose un poco alejada de mi lado.
Volví mi mirada a la señora Shu, quien aún seguía boquiabierta. Se cubrió la cara con el abanico otra vez.
—Supongo que la he molestado u ofendido. No se lo tome personal.
Por supuesto que no.
—De cualquier modo, no esperaba que la princesa Gwshan reaccionara de tal manera, ¿es...usted muy celosa con el primo Hwan?
Giró la cabeza a un lado; burlándose disimuladamente de mi silencio.
—Lo soy —dije; haciéndola girar la cabeza, sorprendida —No me gusta que otras mujeres se le acerquen.
Ah, ¿qué estoy diciendo?
Mentir se me da inesperadamente bien.
Zorám hizo una mueca.
Miré a Aklen, quien aún seguía con la cabeza gacha.
—Incluso si se trata de mi dama de compañía.
La señora Shu, aunque normalmente refutona, no dijo nada, se quedó sorprendida.
Un hombre, supuse que uno de sus súbditos, se le acercó a decirle algo al oído.
Volvió su cuerpo y se inclinó con una sonrisa.
—Me temo que tengo que retirarme, mi futuro esposo requiere mi presencia.
Le saludé.
Se dio la vuelta y comenzó a caminar tras su súbdito, pero se paró y giró la cabeza antes de seguir.
—Me gusta mucho, princesa Gwshan.
El choque de sus zapatillas desapareció mientras se alejaban. Ni siquiera se despidió de Zorám. O quizás nunca lo notó.
Já.
—Aklen.
Se me acercó.
—Una dama de compañía, jamás debe inclinarse ante alguien que no sea su ama, a excepción del emperador. Es una falta de respeto hacia la persona a la cual sirves y, te pondrás en ridículo. ¿Lo entiendes? No lo dejaré pasar de nuevo.
—Lo entiendo. Me disculpo, princesa Gwshan.
—Espera por allá.
Aklen se alejó un poco, aún manteniéndose dentro del pabellón; dejándonos solos a Zorám y a mí.
Aklen, eres demasiado aburrida.
Cuando se encontraron más temprano, esperaba que pasara algo divertido. Sin embargo, ella solo se quedó mirándolo disimuladamente, sin hacer algo.
Me recordó a una línea de la novela.
⟨“Aunque su alteza; mi hombre, Hwan, tenga una esposa, me limitaré a deleitarme solo con mis ojos viéndolo a usted”.⟩.
¿Cómo puede una línea escucharse refinada y cínica a la vez?