Dorothea & Kendall

Trabajar en una heladería no es algo malo. Es un poco estresante cuando vienen los niños llorando acompañados de sus padres y estos les perdonan cualquier berrinche, pero ignorando eso era divertido ya que cuando me quedaba a cargo —como en este momento— podía poner la música que yo quisiera.

Después de que regresamos de la playa hace casi una semana nada volvió a la normalidad. El domingo por la tarde me dediqué a conseguir trabajo y para el martes me contrataron. El lunes por la tarde volví a discutir con Kendall ya que durante su entrenamiento miré como una de las porristas coqueteaba con él, así que me molesté y discutimos. El miércoles por la tarde intentamos hacer las pases pero terminamos teniendo sexo. Desde entonces lo he estado evitando y ni siquiera le he comentado de mi nuevo trabajo.

Diet Mountain Dew de Lana del Rey sonaba en los altavoces. Ya había repetido la canción más de una vez, pero mientras no me cortara la inspiración de bailar y hacer mi trabajo todo estaba bien.

Mi uniforme consistía en un vestido similar al que usan las porristas en las películas. Los dobladillos de la "falda" son cada uno de un color del arcoíris y en el pecho tenía el logo del local. Tenia el cabello recogido de forma despeinada en una coleta alta acompañado de una diadema con un cono de helado con nieve rosa conectado a un alambre en forma de rizo. Si asentía se movía hacia el frente y hacia atrás.

Cante y moví mi cabeza al ritmo de la canción. El lugar está vacío así que no me preocupe en si alguien me observaba. No es como si las personas no escucharan música.

Termine de limpiar una de las mesas del lugar y moví mis brazos y mis caderas dando media vuelta para dirigirme al mostrador.

—¡Mierda! ¡Kendall...!— Lleve mi mano a mi pecho al verlo recargado en el mostrador con una sonrisa en su rostro. Le divertía lo que miraba.

Saque el control de mi delantal y le baje a la música. Cliente o no tenía que avisar su llegada, no podía aparecerse así nada más.

—Sabes que puedo morir de un infarto por tu culpa.— Le reclamé volviendo a guardar el control y dejando el trapo sobre la mesa.

—Puedes seguir con lo que hacías.— Me miro burlón cruzándose de brazos.

—¿Para empezar que haces aquí? A ti ni siquiera te gusta el helado.— Me senté en una silla.— Que hallamos tenido sexo no significa que no siga molesta contigo.

—Me enteré que volviste a trabajar.— Ya no tenía la sonrisa en su rostro.— ¿Por qué?— Miro mi uniforme tratando de entenderme.

Cherry pasó de ser una canción provocativa a volverse incómoda.

—Tengo mis razones.— Me limité a decir.

—La vez pasada lo hicimos por capricho. ¿Es eso otra vez?— Me miro serio como si le molestara verme en este lugar.

Sé que Kendall odia la idea de trabajar antes de terminar la universidad, pero no todos podemos darnos el lujo de obtener nuestro primer empleo al terminar una carrera.

—Que tú lo hayas hecho por capricho no significa que yo también.— Lo mire molesta sintiéndome ofendida.— Sabes...— Lo mire a los ojos.— Un día antes del viaje llore junto a mi madre diciéndole que había llegado a mi límite y que no iba a poder terminar el semestre manteniendo notas perfectas.— Mire el logo del local que se encontraba en el mostrador antes de volver a mirar a Kendall.— Luego fui a ese viaje y sentí una gran humillación ya que solo podía pagar una cuarta parte de la cabaña en la que me hospede.— Lo mire a los ojos.— No podía pagar ni si quiera la mitad. Que era lo que me tocaba.

—Ya me encargué de eso. No tienes porque estarte atormentando.

—No se trata de eso.— Lo interrumpí.— Está bien si tú te puedes dar el lujo de trabajar por capricho y que tus padres paguen todos ellos. Estoy feliz por ti y por todo lo que tus padres pueden darte.— Dije sincera.— Pero mi vida no es la misma.— Suspire.— No quiero pasar por esa humillación otra vez si sé que puedo hacer algo para evitarlo y no quiero depender económicamente ni de ti y ni de tu familia cuando sé que son solo por caprichos.

Kendall se me quedo viendo y pude notar que no le gustaba mi idea, pero tenía que respetarla si no queríamos empezar con otra discusión una vez más.

—Prométeme que cuando ya no puedas más y necesites ayuda vendrás a mi.

—Lo prometo.— Dije sincera.

Camine hacia él y le di un abrazo y un pequeño beso en los labios. No quería seguir molesta con él porque sé que a ambos nos dolía dejarnos de hablar.

Kendall se quedó un rato más en el local haciéndome compañía hasta que llegó mi compañero de trabajo y como era viernes, los clientes empezaron a llegar cuando comenzó a bajar el sol. Sé que no iba a dejar de molestarle la idea del trabajo, pero tampoco se opondría.

...~🌷~...

Llegue a casa sintiendo todo mi cuerpo doler. Me descuide un segundo y un niño se metió detrás del mostrador y dejo abierta la palanca de la máquina de helados en lo que iba por una cubeta y un trepador para limpiar el desastre que había hecho en una de las mesas con su helado. Una de las razones por las que odio que en el local haya la opción de comprar un litro de helado.

Me quité mis zapatos y mi diadema en la entrada principal. Camine a la cocina en busca de comida ya que moría de hambre y a mamá le tocaba el turno de noche. Mire una bolsa y una bebida con el logo de McDonalds y la bolsa de papel tenía pegada una nota.

...Para mi chica que se esfuerza todos los días....

...No olvides que te amo....

^^^~K.^^^

Sonreí abriendo la bolsa y sacando rápidamente la hamburguesa que conociendo a Kendall sabia que había comprado mi favorita. Le di una mordida y estuve a punto de gemir de lo deliciosa que esta pero me contuve.

Me senté en una de las sillas de la barra y dejé la hamburguesa de lado mientras seguía masticando. Agarre la bolsa y saque el resto del contenido. Había papas, un pay de manzana y un pequeño pastel. Este último estaba cien por ciento segura de que no era de McDonalds. Le di un trago a mi bebida sintiendo una gran felicidad al saber que había elegido té helado de limón.

Dándole otra mordida a la hamburguesa corri a la entrada en busca de mi teléfono y regrese a la cocina.

...Gracias por preocuparte por mi....

...Pd: También te amo. :) :) :)...

Le envié un sticker de un dibujo de una persona con las mejillas rojas y otro en donde se encontraba lanzando un beso en forma de corazón.

...Te fuiste muy tenso hace rato. Mamá tiene el turno de noche así que ven y te hago un oral. ;)...

...Pd 2: No trabajo los fines de semana....

Le mande otro sticker del dibujo de un conejo haciendo twerk.

Mi horario consistía solo de lunes a viernes en las tardes, ya que en las mañanas y los fines de semana se encargaban otras personas. Si duraba en el trabajo puede que en la fiesta de fin de año las conociera.

...~🌷~...

—Mierda Kendall.— Suspire de placer.— No te detengas.— Mire el techo de mi habitación.— Ahí, justo ahí.— Sentí sus dedos tocar un punto débil.

Después de que me comí todo lo que Kendall había comprado subí a mi habitación a darme un baño y cuando salí él ya se encontraba sentado en mi cama. Estaba dispuesta a hacer lo que prometí pero sus planes eran diferentes y ahora me encontró recostada en mi cama con Kendall dándome un masaje en los pies.

—Juro que no volveré a ponerme zapatos con tacón y plataforma.— Me quejé.

—No parecía que te incomodaran cuando fui a verte.— Se burló.

Levante mi cabeza para mirarlo y le mostré mi dedo medio. Prefería mil veces irme descalza a tener que soportar este dolor otra vez.

—Recuéstate boca abajo.— Ignoro mi muestra de cariño e hice lo que me pidió. Sentí sus manos subir mi blusa lo más que pudo dejando mi espalda desnuda.

—Cuando termines con mi espalda puedes masajear mi trasero por favor. Esta un poco tenso.— Sentí como unto crema para masajes.— También puedes masajear mis pechos.— Le di otra sugerencia.— La siguiente semana va a bajarme y los siento duros, sensibles y me duelen un poco.— Suspire de placer al sentir sus manos hacer muy bien su trabajo.

—Pobre de ti.— Me siguió el juego.

Me gusta este ambiente. Solo nosotros dos bromeando de cualquier cosa sabiendo que ninguno de los dos nos ofenderíamos por la respuesta del otro.

—Pienso lo mismo.— Cerré mis ojos.— Es tan difícil ser mujer...— Dramatice.— También puedes revisar mis labios vaginales, desde que sentí tu toque por primera vez cuando llegaste no han dejado de palpitar, tal vez quieren un beso tuyo.— Solté una carcajada al sentir una nalgada en mi trasero.

—Eres tan descarada.— Lo escuche reír.— Sigue así y te pondré cinta en la boca.— Masajeo la parte de arriba de mi espalda.

—Y luego me esposas a la cama y tenemos sexo hasta el amanecer.— Kendall se sentó en la cama terminando el masaje.

—Andas muy hormonal.— Guardo la crema en la mesita de noche.

—Te dije que la siguiente semana va a bajarme.— Me senté acomodando mi blusa.— ¿Te quedas a dormir?— Me puse de pie para acomodar las sábanas y meterme debajo de ellas.

—Por supuesto.

Kendall se quitó su sudadera y su camisa antes de apagar la luz del cuarto y meterse bajo las sábanas. Lo abrace usando su pecho como almohada.

—No es tan malo trabajar, así que no te preocupes y duerme tranquilo. Esta es mi primera semana y después de que te fuiste llegaron demasiados clientes, pero la siguiente será pan comido.— Deje un beso en su pecho.

Kendall no mencionó nada y yo me encontraba muy cansada como para seguir despierta. Lo amo y no quería que se preocupara por mi, pero no podía renunciar al trabajo. No hasta sentir que había ahorrado lo suficiente.

...~🌷~...