Maja es una hacker que obtiene un trabajo importante para buscar a la esposa de un enigmático empresario que fue secuestrada. Pero comienza una relación prohibida con ese hombre. Un amor imposible que sería infinito.
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Capítulo 23. Asuntos Legales.
Amor Infinito
Capítulo 23. Asuntos Legales.
Elsa Isasa.
El mundo de Leonardo Valente con Maja, Bruno y el pequeño Lelo volvió a orbitar después de quedar un año detenido en el dolor. Amar a su mujer,sentir su fuego interno y nunca saciarse, dormir abrazado a su olor era otra vez, llegar al paraíso. Mientras la veía reposar a su lado, desnuda, acurrucada a su pecho, se dió cuenta que ella era la única mujer que realmente amó. Distinguía ahora muy bien lo que había sentido por Magdalena y lo que sentía por Maja. Aquello era sexo e ilusión de cambiarla y convertir a esa mujer en distinta, en una persona humana y sensible, que ame lo que él amaba, familia e hijos.
Con Maja era pasión, ternura, gratitud y todo un caudal de sentimientos enfocado en los dos, en una vida juntos. Maja le daba paz. Tranquilidad. Y fuego.Su pequeño hijo era la esperanza de eternidad. Maja era noble y pura. Nada en ella debía ser pulido o transformado. Era perfecta, tal como siempre lo había sido.
Habían esperado el día entero juntos para amarse. Le vió jugar y atender a su hijo, recorrer las orquídeas y beber con las manos de la fuente. Le vió saludar a todos y abrazar cada tanto a Paula, y besarla y hacerle mimos mientras Paula la miraba con todo el cariño del mundo. Le ayudó a dar de comer a Lelo y charlar antes de dormir con Bruno. Y finalmente llegar a su lado y decirle:
– Quiero amarte y que me ames como nunca. –
El solo la alzó y la llevó a su recámara. Y cerró la puerta al mundo. Solo la desnudó y miró extasiado cada curva distinta de su cuerpo. Sus pechos grandes y enhiestos. La curva maravillosa de su cadera. El pubis que le atraía como un manantial donde sabores y olores había extrañado tanto. Y beso cada parte y bebió cada esencia.
Su voz solo repetía: Eres mía Maja. Y ella contestaba : Soy tuya, solo tuya, siempre tuya.
Cuando entró en Maja los dos ya estaban desesperados. Ella le mordía el cuello y le arañaba la espalda cimbrando su cadera hacia su cuerpo.
Solo recordaba haber gemido mientras se hundía en su interior y haber mordido sus labios de tanto deseo reprimido.
Su primera unión después de tanto tiempo fue un arrebato corto y salvaje. Los dos llegaron a la cúspide demasiado pronto. El no pudo aguantar y ella tampoco.
Solo después de llevarla al baño y bañarse juntos pudieron en realidad amarse con todo. Con cada espacio de sus cuerpos besados, con cada lugar explotado con manos y boca.
Fue la noche más maravillosa que hubieran pasado juntos.
Ahora Maja dormía acurrucada a él y el sueño no quería llegar a su mente. Todas sus neuronas estaban vibrando con su aroma y su sabor.
Intentaba cerrar los ojos pero lo que sentía era demasiado hermoso para que el sueño le arrebatara.
Tenía el sexo de Maja apretado sobre su pierna brindándo el calor y la humedad que el extrañaba. Y sus ojos pestañaron un momento y luego el sueño le arrebató de golpe sin que se diera cuenta.
Cuando despertó al día siguiente,Maja ya no estaba a su lado.
Así que se puso sus boxers y camino sin higienizarse hasta la habitación de Bruno y Lelo, buscándola. Y allí la vió, dando de mamar a su pequeño, con su cabello aún húmedo por el baño.
Volvió sobre sus pasos repitiéndose : “Ellos ya no se irán de tu lado”.
Se bañó y se vistió.
Quería hacer cosas importantes. Casarse con Maja, poner su apellido a su hijo y adoptar a Bruno. Necesitaba esos pasos legales para sellar ante el mundo formalmente su unión eterna con ellos. La vida podía cambiar en un instante. Y debía dejar su empresa y sus cosas en las manos que habían cambiado su historia. No sabía que pensaría Maja y Bruno de sus proyectos. Que Bruno pase de ser su cuñado a su hijo, era para el vital, porque fue el primer niño que amó y deseó tenerlo como suyo.
Cuando salió de su recámara ya todos estaban en el comedor por desayunar.
Apenas lo vieron llegar todos los brazos se extendieron hacia él.
Y empezó un mar de besos, algunos con sabor a leche como los de Lelo.
No podía dejar de sonreír.
Su mujer le besó en la boca. Un beso hermoso y profundo. La apretó entre sus brazos y la besó también mientras Lelo lloraba por atención.
Levantó a su hijo y le cubrió de besos y luego a Bruno que le dijo: ¡Buen día señor Valente!
Pronto lo llamaría Papá, de eso estaba seguro.
No recordaba otro desayuno más hermoso. Paula reía feliz preparándolo junto a su mujer. Un olor exquisito salió del horno. Maja preparaba un bolo (tarta de banana y canela) que aprendió con Marcia en Brasil.
Cuando le contó a todos sus planes, Bruno se puso a llorar y luego corrió hacia él y se abrazó a su cuerpo.
– ¿Estás feliz Bruno de ser mí hijo?--
– Si, señor Valente…si papá. Nunca lo dejaré mal, siempre estará orgulloso de mí. –
– Lo sé hijo. Lo sé. Haz cuidado a tu hermana y a mí pequeño Lelo como un verdadero hombre. Hasta que él crezca serás el que maneje la empresa. Por eso nos dedicaremos a tus estudios.Hoy haremos papeles legales y luego buscaremos la mejor escuela para ti, Bruno. –
Leonardo Valente después de desayunar salió al patio con su mujer y su hijo. Era un hombre completo nuevamente.
– Abuela– dijo Bruno a Paula– ¿seremos felices por siempre ahora verdad?--
–Así es mí hombrecito. Seremos por fin felices y completos.-- dijo Paula saboreando el nombre de abuela. Esa casa era ahora un lugar mejor desde la llegada de Maja y su recuperación. Era el hogar que siempre había soñado.
Y todo gracias a ese mágico niño llamado Bruno Valente.
El apellido le sentaba bien. “Bruno Valente” repitió en voz alta. Bruno la miró y sonrió y repitió él también con orgullo : “Bruno Valente”.
La forma d narrar d la autora es bellísima y llega a los sentimientos t transporta y t hace vivir la historia
Bendiciones
El mató a los papás d Maja