Alexander Stone es un atractivo y exitoso alfa, CEO de su propia empresa. Solo hay un problema: él, odia a los Omegas, así que, para trabajar como su secretario, este tiene que ser un Beta, requisito que Ethan cumple perfectamente.
Pero la constante exposición a las feromonas de Alexander, ocasiona un cambio en Ethan, él, se vuelve un Omega, por lo que debe ocultar este hecho de todos si es que desea mantener su puesto como secretario de Alexander. ¿Podrá Ethan ocultar para siempre su cambio de casta? ¿Qué hará Alexander si lo descubre?
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Un nuevo atuendo
POV Alexander
El viernes llegó más rápido de lo que esperaba, y me encontraba esperando con anticipación nuestra salida para comprarle un traje a Ethan, sin darme cuenta, ese rechazo que alguna vez sentí hacia Ethan, poco a poco se volvía en el deseo de pasar más tiempo con él. Había decidido hacer de esta una experiencia agradable para él, una oportunidad para que se sintiera bien consigo mismo y se preparara para la fiesta de Elisa, esperando así redimirme por haber sido tan duro en inició con él, era obvio que me estaba ablandando con él, y la verdad me sentía cómodo con ello.
Cuando llegó el momento, Ethan y yo nos dirigimos juntos a la tienda de ropa, era un lugar de mi preferencia, una marca elegante de lujo. Durante el trayecto, noté que Ethan parecía un poco nervioso, pero traté de aliviar su tensión con una casual conversación sobre el trabajo, claramente no era el mejor en ello, pero hacía lo que podía.
Una vez en la tienda, nos sumergimos en la búsqueda del traje perfecto, él veía las distintas opciones mientras yo le aconsejaba desde un pequeño sillón. Ethan probó varios estilos y colores, y me impresionó ver lo bien que le quedaban algunos de ellos. Su figura elegante y su porte seguro le daban un aire de confianza que no había notado antes.
Guardé para mí mismo el pensamiento de lo bien que lucía Ethan, consciente de que no era apropiado dejar que esos pensamientos se manifestaran en voz alta. Sin embargo, no pude evitar apreciar su apariencia y notar lo atractivo que lucía con cada traje que probaba, era la primera vez que apreciaba a otro hombre de esa manera.
Finalmente, encontramos el traje perfecto: un conjunto elegante y moderno que realzaba la figura de Ethan y le daba un aire de sofisticación. Cuando se miró en el espejo, pude ver la sonrisa de satisfacción en su rostro, y la verdad me alegró verlo tan contento con su elección.
-Ese traje te queda perfecto.- Dije con sinceridad.
-¿Usted cree? Pero es muy caro, creo que podría buscar algo similar en una tienda más económica…- Dijo él con nerviosismo, aunque podía notar que anhelaba ese traje.
-No te preocupes, ya dije que yo te lo daría.- Me animé a dedicarle una sutil sonrisa y me levanté del sillón, acercándome a él.
Me sentí genuinamente feliz de haber podido ayudar a Ethan a encontrar algo que lo hiciera sentir bien consigo mismo. Sabía que la confianza era clave para cualquier evento social, y esperaba que este nuevo atuendo le diera el impulso que necesitaba para enfrentarse a la fiesta de Elisa.
Una vez que Ethan hizo la compra con mi tarjeta, decidí llevarlo a casa en mi auto. Durante el trayecto, charlamos animadamente sobre diversos temas, aunque era Ethan el que hablaba en su mayoría y yo solo escuchaba, eso me hizo darme cuenta de lo mucho que había disfrutado pasar tiempo con él fuera del entorno de trabajo. En realidad, ni siquiera había pensado en la posibilidad de rumores sobre nosotros.
Al llegar a su casa, me aseguré de que Ethan estuviera bien antes de despedirme y regresar a mi propia residencia.
