Me preguntó si hay en el mundo una mujer que no me de dolores de cabeza. Una mujer que nunca desarrolle sentimientos por mi, una mujer que entienda la diferencia entre sexo y amor. Si la hay me encantaría conocerla. Hacerla mi amante y disfrutar la compañía sin compromisos.
¿Dónde encuentro una mujer así?
NovelToon tiene autorización de Regina Cruz C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
No te voy a despedir
... Esther.
Mi mundo se estaba viniendo abajo, había pasado una semana desde mi accidente. Desde ese día en que vi al amor de mi vida con otra mujer. Dolió, y sigue doliendo. No sé si un día dejara de doler. Me mantengo cuerda gracias a mi familia. Le conté a mi madre lo que pasó. A papá no, el es capaz de matar a Dylan. Y aunque me hizo daño no lo quiero ver muerto. Si el se muere yo también me muero. Es estúpido, pero así de intenso es mi amor por el. Un amor que no se podrá terminar en una semana, un mes, o incluso en 100 años. No sé si un día podré amar a otra persona. Sólo se que por el momento no quiero hacer nada.
Mi madre me obligó a salir. Cecilia vino a convencerme de volver al trabajo. ¿Cómo le hago para deshacerme de estas mujeres? Fácil, tengo que ir a trabajar.
Me sentía cómo un zombie, no he dormido bien desde mi quinto aniversario, no he comido bien, y de mis sentimientos ni hablamos. Están hechos trizas, mi corazón está hecho trizas.
— Debería despedirla. Le di dos días y se tomó más de una semana. — Reclamó mi jefe. Yo estaba parada enfrente de su escritorio. Mi vista fija en el piso.
— Adelante. — Levanté un poco el rostro, como su mirada llena de sorpresa y disgusto, eso me helo la sangre. Aún así no me eche para atrás. — Si quiere despedirme hágalo. — Mi voz salió en un susurro, tenía muy poca fuerza para hablar.
— ¿De dónde sacas el valor para desafiarme?
— Para ser honesta. No me importa este trabajo, vine aquí para ocupar un puesto y me dieron otro. No me gusta ser secretaria. De hecho lo detesto. No estudie para servir café y hacer agendas. — Saqué mi frustración, no sé de dónde saqué el valor. Normalmente asiento a todas sus órdenes, Pero hoy no me sentía de ánimo para ser sumisa.
— ¿Y para que estudiaste?
— No importa. Terminé de despedirme. Quiero irme a casa temprano.
— No lo haré. — Levanté la vista sorprendida.
— ¿Qué?
— No te voy a despedir. No todavía. — ¿Todavía? ¿Eso que significa? ¿me quiere fastidiar y después despedirme? — Vete a casa y regresa cuándo ese humor de mierda se te pase.
— ¿Y si nunca se me pasa?
— Vete antes de que cambié de opinión. — Su voz fue casi un grito. Salí de la oficina, no sabía si iba a regresar, honestamente, tenía ganas de renunciar.
A los pocos días recibí una notificación, pensé que era un despido, pero no, era un cambio de área, me dieron el trabajo por el que fuí, no lo podía creer, era mi oportunidad, no podía dejarla pasar. El dolor por perder a Dylan seguía en mi pecho, pero decidí algo, si el no me quiere, no tengo motivos para llorar, seguiré adelante con mi vida.
Volví al trabajo más entusiasmada. Iba a poner todo mi empeño en esta nueva etapa de mi vida.
La primera semana fue difícil, mas de lo que había imaginado. Pero amo mi trabajo. No me importaba desvelarme para terminar.
Nathan.
Pase a la revisión que suelo hacer. No me gusta tener empleados holgazanes, siempre reviso las cámaras de seguridad y me aseguro de que todos están haciendo lo que deben. La mayoría sabe de ésto, no saben cuándo lo hago así que siempre están trabajando, o fingiendo que lo hacen, pedí un acercamiento al cubículo de una mujer que parece dormida.
— Ya tengo a mi primera despedida del mes. — Murmure, camine a pasos acelerados, cuando llegue al cubículo me encontré con un rostro angelical, despierta es hermosa, pero dormida no tiene comparación.
con que necesidad meter al primo loco, patético este capítulo, nada que ver