MI HERMANO DANTE

Entran a mi oficina 13 personas, 11 hombres y dos mujeres, a la mayoría son mis conocidos, son directores de Área, trabajaban para mí cuando yo era CEO de esta empresa, hay 8 que son notablemente más jóvenes que los directores quienes deben tener más de 50 años, muy capaces y todo, pero no me han gustado sus condiciones, los jefes de unidad que son 8, seis varones y dos mujeres, están entre los 30 y 35 años, y al igual que los directores tienen unas estúpidas caras aduladoras, veamos como termina este circo.

—Bienvenidos, pasen y tomen asiento — digo con pereza, la verdad no tengo paciencia en este momento, solo quiero que Silvio me diga qué rayos está pasando.

—Presidente Dante, estamos muy contentos por su regreso, de verdad que estamos esperanzados de que las cosas mejoren notablemente _ dice Milton, quien es el director de finanzas y el más antiguo de la empresa, está casi desde que mi padre creó la empresa al principio.

—Gracias Milton, también lo espero, ahora quiero decirles que en vista de que la empresa no tiene buen flujo de inversiones, lanzaremos al mercado el siguiente producto con los materiales de la empresa Junno, anteriormente dio buen material por un precio realmente destacado, así que seguiremos por ese ritmo _ digo mirándolos fijamente, pero veo que una de las jefas de unidad sonríe de forma fingida, estoy seguro de que va a decir algo interesante.

—Presidente Dante, ese contrato fue muy bueno, nosotros logramos eso con mucho esfuerzo, estamos muy felices de que todo haya salido bien — dice ella orgullosa, pero a mí se me informó que ese contrato lo consiguió Annia, ¿acaso pretenden quitarle su trabajo y ensalzarse con ellos?, esto es peor de lo que pensaba.

—Me alegro, y ya que habla de eso, quiero que llame al dueño de la empresa Junno y le diga que quiero hablar con él _ dije mirándola atentamente y su sonrisa se ha borrado inmediatamente.

Veo al resto y todos están nerviosos, así que decido dejarlo pasar, al menos mientras Annia no esté aquí.

—Cambiando de tema, quiero comunicarles, que, desde hoy, Annia Petrovsky será mi asesora de presidencia, así que espero que el director de recursos humanos instruya a su jefe de talento humano su inmediata contratación — digo mirando mis documentos, puedo ver por el reflejo de la fina y brillante madera que todos se miran desconcertados, hasta que Milton empieza con el espectáculo.

—Presidente Dante, creo que no está enterado de la situación, aunque ustedes debería ser el primero en saberlo después de lo que le hizo su hermana, ella no tiene los antecedentes para entrar a la empresa, cada vez que ella interviene en algo concerniente a la empresa, terminamos con serios problemas con los contratos o pedidos, así que no puede ser contratada — me dice Milton mientras yo quiero dar una carcajada, soy el dueño de esta empresa y estos idiotas creen que pueden condicionarse.

—A mí no importa eso, a fin de cuentas, fue a mí quien le causó daño, la opinión de los demás me tienen sin cuidado, y la van a contratar, no es una pregunta — digo mientras todos vuelven a mirarse y asisten disimuladamente, aquí viene, es el gran chantaje.

—Presidente Dante, de ser así, nos veremos en la obligación de renunciar a la empresa, será una catástrofe que esa niña entre a trabajar, la quiebra es inminente, así que recibirá nuestras cartas de renuncias, inmediatamente sea contrata — Milton dice con cara de preocupación, pero son las segundas intenciones lo que me molesta, es como si recibiera muchos beneficios por oponerse a Annia, sin embargo, eso no importa por el momento.

—Oh, vaya, ¿quiere decir que si Annia entra a la empresa renunciarían todos? — digo levantando las cejas aparentando estar sorprendido.

—Sí, así es, no podemos quedarnos en una empresa que queremos como un segundo hogar ser destruida y más por la terrible reputación de una jovencita que no solo ha manchado a su familia con sus acciones sino también a la empresa — Bien, este cabrón quiere morir.

Asiento con la cabeza y bajo la mirada como si tuviera un gran conflicto interno y decido jugar, es hora de ver que tan fieros son estos gatitos cimarrones.

—Acepto, creo que no puedo retenerlos si no lo desean, les daré cartas de recomendaciones para que encuentren trabajo pronto, aunque sé que mis amigos que son directores tendrán un poco más de problemas, por eso ayudaré a mover mis contactos, lastimosamente ahora tener más de 45 años ya no personal deseable en una empresa, el mercado laboral es de los jóvenes, incluso los jefes de unidad tendrán problemas para abrirse campo, más aún con la crisis de hace tres años en el país, pero tengo la seguridad que van a encontrar el lugar que merecen.

—Espero que presenten sus cartas de renuncia, el director de recursos humanos será el último en irse para regularizar su situación y buena suerte a todos — digo mirándolos con seriedad.

Los veía palidecer, se miran confundidos, y Milton es el que habla, obviamente es el cabecilla de esto y puedo notar que es parte de su misión no dejar a Annia entrar a la empresa.

—Dante, muchacho, te conozco desde que eras un niño, no creo que tu padre esté de acuerdo con esto, Nicolai jamás dejaría que su empresa se quede sin personal y se vaya a la ruina — me dice asustado y nervioso.

—Milton, hay miles de jóvenes profesionales desempleados buscando una oportunidad, mañana tendré una cola que dará dos vueltas la cuadra por los puestos vacantes, no voy a dejar a la empresa sin personal, solo es un contratiempo — digo tranquilo mientras ellos entran en pánico y obviamente agresión, ¿qué más pueden hacer?

—Presidente Dante, no puede dejar que todo el trabajo de sus padres se vaya por el caño por una mocosa maliciosa como Annia Petrovsky, está jugando con fuego — me dice José, quien es el director del área de proyectos, y me alegra que hable con tanto ímpetu.

—Director José, espero que sea la última vez que habla así de Annia, ella es la hija del que fue dueño de esta empresa y ahora es mi hermana, mi protegida y mi nueva asesora, pero ya que lo menciona, debo confesar que ella acaba de graduarse de la mejor universidad del país con honores, es una excelente economista, además que sus proyectos son fabulosos, como verá, ya en casa tengo a la futura directora de proyectos, y no solo eso, ella es joven, dinámica y con unos trabajos que cualquier compañía querría tener, ¿cree que estoy causando problemas? — digo mirándolo con burla, él sabe que está a punto de perder su trabajo para siempre.

—Joven Dante, me, me disculpo, yo…, estoy dispuesto a ponerme la camiseta de la empresa y luchar a su lado, estoy seguro de que la señorita Annia será un gran aporte para la empresa — dice José pálido y sudoroso, ya tiene 57 años, si pierde este trabajo se va a jubilar con un sueldo de mierda, si se jubila en esta empresa tendrá un sueldo cómodo que le dará una vejez agradable.

Todos se miran y empiezan a murmurar, claro que los escucho, pero antes de que digan nada aclaró la situación, ahora soy yo quien tiene la sartén por el mango.

—Ah, me olvidaba, si se piensan quedar, por ningún motivo pueden ofender a Annia, será motivo de despido, al que le hizo una mala pasada en el pasado fue a mí, ninguno de ustedes fue manchado por esa situación, así que si quieren darse de ofendidos lo harán en las agencias de empleo — digo mientras los miro uno por uno, todos miran a Milton y él solo da un largo suspiro y dice.

—Presidente Dante, claro que estamos dispuestos a sacar la empresa adelante, cuente con todos nosotros — me dice con resignación y tortura en sus palabras, ¿realmente estos cabrones supusieron que podían decirme que hacer y no hacer en mi empresa? JA.