En un mundo muy distinto al nuestro, en el que los seres humanos se han expandido por toda la galaxia y criaturas extrañas conviven con nosotros, vive Olivia Temple.
Su vida es perfecta, tiene un novio maravilloso y el trabajo que siempre quiso.
Pero una noche todo cambia para ella.
Alberto la deja y Olivia, despechada, se emborracha y pasa la noche con un desconocido.
Unos días después empieza a sentirse mal y, siguiendo un presentimiento, se hace una prueba de embarazo que resulta positiva.
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Extras 04
Decepción~Micaela.
Menos mal que finalmente soltaron a Alberto.
Puede ser un idiota, pero no es un acosador.
No puedo creer que Olivia haya hecho algo así.
Estoy esperando con Rebecca a mi hijo, y no puedo evitar notar como se acaricia la barriga de vez en cuando.
No es que no quiera ser abuela.
Es sólo que no es la nuera que me gustaría tener.
Pero mi hijo escogió.
Me muerdo el labio.
—¿Te apetece comer luego algo en concreto? — pregunté.
Rebecca me miró extrañada.
No la culpo.
—Pollo al curry estaría muy bien. Tengo ganas de algo picante. — dijo con una sonrisa.
Puede que Rebecca Montoya no sea la nuera que hubiera escogido, pero después de esto puede que sea la indicada para Alberto. Olivia me ha defraudado mucho.
Remordimientos~Victoria.
Ha esta mujer le han debido de hacer la vida imposible.
Thomas está contemplando el salón, por si acaso nos hemos dejado algo sin mirar.
No lo creo.
Cuando apareció con su novio en la comisaría, pensé que era otra de esas chicas que buscan vengarse de su antiguo ex.
Pero me he equivocado.
Llamo a Nick para decirle que hemos acabado, y me pregunta si no me importaría vigilar a la joven.
Acepto encantada.
Es lo mínimo que puedo hacer por haberme burlado de ella.
Resignación~Emily.
No puedo evitar sentirme un poco culpable.
Traté a Daniel como si fuera un objeto más que una persona.
Nadie pertenece a nadie, he tardado en darme cuenta.
Acaricio su cabello, ya extrañaba su tacto.
Tengo que aprovechar un poco ahora que está dormido, ya que no me dejará hacerlo cuando despierte.
Noto a la joven pelirroja por la que discutimos.
Quiero gritarle, echarle la culpa de todo esto.
Pero noto como le cambia el rostro cuando me ve.
Entonces me doy cuenta.
La entiendo.
Miro como se marcha y suspiro agradecida de no tener que enfrentarla.
He perdido a Daniel para siempre.
Tengo que aceptarlo.
