En un mundo donde las mujeres están infravaloradas, Una Ceo que se aferra con todas las fuerzas a permanecer y ser la mejor en el ambiente llenos de hombres.
Lara Parisi lo tiene todo:juventud, belleza,una fortuna heredada y un imperio empresarial a sus pies. Pero detrás del lujo, hay una presión silenciosa que no la deja respirar: la obligación de tener un heredero para mantener su legado y complacer las expectativas de una familia que no perdona desvíos del plan.
Cuando un viaje de negocios la lleva a Italia, una noche de pasión con un desconocido lo cambia todo. Lo que parecía ser un escape sin consecuencias se convierte en el inicio de un torbellino emocional, cuando descubre que está embarazada.. de gemelos.
Y como si no fuera suficiente, Owen Bracco, el misterioso hombre que creyó haber dejado en el pasado, reaparece como asistente de su mayor rival.
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Defendida por Amor
Narrado por Lara
Owen comienza con un masaje relajante que poco a poco va desestresando cada parte de mí. Sus manos recorren con suavidad mi espalda mientras va desabotonando mi pijama. Tengo los ojos cerrados, completamente rendida al momento... hasta que siento cómo el aceite baja por mis pechos. Me estremezco. Su tacto me enciende.
No hago nada para detenerlo. No puedo mentirme: me gusta lo que está haciendo.
Sus manos bajan hasta mi barriga. La acaricia con ternura, y un cosquilleo recorre todo mi cuerpo. Luego vuelve a mis hombros, y esta vez, sus labios se unen al recorrido. Deja pequeños besos en mi piel, y yo me derrito por dentro.
Es tan delicado… hace que cada segundo se sienta especial. Eso me llena de una sensación que no sé si es felicidad o algo más profundo. Lo único que tengo claro es cómo mi cuerpo responde a él con una necesidad que no puedo controlar.
Me volteo lentamente. Quedo frente a él, con mis pechos y mi vientre completamente expuestos. Nuestros ojos se encuentran, y sin decir nada, uno nuestros labios en un beso cargado de pasión y deseo. Él me acomoda con cuidado encima de él, besándome con devoción, con fuego. Sus labios se pierden por cada rincón de mi cuerpo.
Y así, dejamos que la noche se transforme en un escape donde solo existimos nosotros dos. Una noche llena de pasión, placer… y conexión.
Me quedo dormida sobre su pecho. La sensación que invade mi alma es nueva, distinta. Lo quiero. A este hombre lo quiero en mi vida. No me importan los títulos, ni el dinero, ni las diferencias. Lo quiero a mi lado. Y voy a luchar por eso.
Despierto antes que suene la alarma. El lado de la cama está vacío. Camino hacia el baño y tomo una ducha caliente, mientras pienso en todo lo que pasó anoche.
Ya vestida, elijo algo elegante pero sencillo para ir a la oficina. Mañana tengo cita con la doctora. Debo avisar a Kassy... y a Owen, por si quiere ir conmigo.
Salgo de la habitación y me encuentro con una escena que me saca una sonrisa: Owen, sin camisa, en la cocina. Se ve tan bien… y de inmediato recuerdo cada detalle de anoche.
Me acerco y lo saludo con un beso. Él lo profundiza sin dudar. Luego toca mi barriga y saluda a los bebés con una ternura que me derrite. Me pasa el desayuno, y mientras él se va al baño, yo me quedo comiendo.
El timbre suena.
Me levanto a abrir y, para mi sorpresa, quien está del otro lado es Carlos. Hace dos meses que no lo veía, desde que dejé de contestar sus llamadas.
Sus ojos bajan a mi barriga.
—¿Es mío? —pregunta.
—No, no son tuyos —respondo sin rodeos. Lo invito a pasar solo para decirle lo que debo decirle.
—Carlos, quiero pedirte perdón. No fue mi intención hacerte daño. De verdad.
—¿Perdón? ¿Tú me utilizaste, Lara! ¿Y ahora hasta embarazada estás? ¿Por cuánto tiempo me engañaste? ¿Con quién más estabas mientras estabas conmigo?
—No, las cosas no son así. Estuve con el padre de mis hijos antes que contigo. Cuando me enteré del embarazo ya tenía un mes. No lo sabía antes.
Justo en ese momento, Owen sale del cuarto.
—¿Lara? ¿No me digas que estás con este tipo? ¿De verdad? ¿Por uno de tus empleados me cambiaste?
—¡Estás equivocado, Carlos! Lo mejor es que te vayas.
—No me iré hasta que me expliques bien —insiste.
—Ya te lo dije todo. No hay más que decir. Cuando supe del embarazo ya tenía un mes. Punto.
—¿Estás segura que no hay posibilidad de que sean míos?
—Segurísima. Así que por favor, retírate.
—Lara, lo que me hiciste no se quedará así. Me utilizaste —dice con rabia.
—Eso suena a amenaza —interviene Owen, furioso—. Ten cuidado con el tono en que le hablas. Y si no quieres que te saque a patadas, pon tu culo fuera de aquí. ¡Ya!
Carlos se va finalmente, murmurando, y yo solo suspiro de alivio.
—Gracias, Owen —le digo con sinceridad. Él me abraza fuerte y me susurra:
—Siempre estaré aquí para cuidarlos y defenderlos.
Luego me besa con ternura.
Ya lista para salir, Owen debe pasar por su casa a cambiarse, así que conduzco mientras él me indica la dirección.
—Mañana tengo cita para saber qué son los bebés —le digo mientras manejo —. Vendrá Kassy también, vamos a comprar algunas cosas después. ¿Quieres venir?
—Eso no se pregunta, Lara. Por supuesto que estaré allí.