Primo Caliente

LIZ

Decidimos ir para su casa, no sé qué me pasó, pero estoy excitada a un nivel que no puedo resistirme a este hombre, nunca me sentí así con nadie, es un deseo descomunal.

Él agarra a mi madre y la besa, llama a un Uber y en 20 minutos llegamos frente a un edificio, tomamos el ascensor y él presiona su piso, salimos del ascensor y él saca la llave de su bolso y abre la puerta de su apartamento, ni siquiera me da tiempo de mirar el apartamento y me ataca con besos calientes, con una pasión, lo beso, mi mano va a su cabello y lo tiro con fuerza, él pasa su lengua por mi cuello y gimo, baja la cremallera de mi vestido, no llevo sujetador, él toma mi seno y lo chupa con una fuerza, qué delicia.

Liz - ahhhh, hummm Max

Max - gime para mí, deliciosa, dime lo que quieres mi diosa

Me quita el vestido por completo, me arrincona contra la pared y me besa locamente, su mano entra por debajo de mis bragas.

Max - Estás lista para mí, di lo que quieres, habla.

Liz - Te quiero dentro de mí, te necesito, ya no puedo soportarlo más.

Estoy gimiendo como una loca en su oído, qué hombre, Dios mío.

Liz - Te quiero dentro de mí, ahora Max, rápido y duro.

Max - Tus deseos son órdenes, princesa.

Salto a su regazo y él me lleva a su habitación, sin dejar de besarnos, me acuesta en su cama con mucha delicadeza, empieza a quitarse la ropa, lo miro fascinada, tiene un cuerpo hermoso, unos abdominales maravillosos, le doy una sonrisa, me mira con esa cara de pícaro, casi me corro en el momento, termina de quitarse la ropa y me besa la vulva, Dios mío, qué delicia, siento mi vagina latir, siento una descarga en todo mi cuerpo.

Max - Deliciosa, qué coño de coño.

Liz - ahhhh, me voy a correr Max, me voy a correr.

Me corro en su boca, él lo chupa todo y se lame los labios, abre el cajón junto a la cama y saca un condón, se lo pone y se acerca a mí.

Max - Ponte a cuatro patas para mí, zorra.

Hago lo que me ordenó, una de sus manos va a mi cabello y la otra juega con mi clítoris.

Max - Te voy a follar hasta que aclare, deliciosa.

Liz - Haz lo que quieras conmigo, soy toda tuya.

---MAX NARRANDO---

Qué mujer tan deliciosa, ninguna mujer en la vida me había hecho sentir así, con tanto deseo, con tanta pasión, verla a cuatro patas para mí es la mejor visión de la vida.

Agarro su cabello y lo enrollo en mi mano, sujeto su cintura y entro en ella de una vez, ahhhh qué coño tan apretado, qué delicia, mis ojos se abren de placer.

Max - Levanta más ese trasero delicioso para mí, mi diosa, ella hace lo que le ordeno, le doy varias embestidas y la siento apretar mi polla mientras se corre.

Max - Ahhhh, joder, el mejor sexo de mi vida.

Caigo encima de ella exhausto, me acuesto en la cama y la acerco a mi pecho hasta que nuestra respiración vuelve a la normalidad.

Max - ¿Vamos a darnos una ducha, hermosa?

Liz - Vamos, lo necesitamos mucho, estamos muy sudorosos.

La cargo y la llevo al baño, donde nos duchamos abrazados, no podemos evitarlo y lo hacemos dos veces más, una vez bajo la ducha y otra en el lavabo del baño, nos secamos y vamos a la cama muy cansados, pero el deseo que sentía por ella era insaciable, cuanto más la tenía, más la deseaba, qué deseo tan loco.

Fuimos a la cama y terminamos haciéndolo de nuevo, muertos de cansancio nos quedamos dormidos, ya eran más de las 6 de la mañana cuando nos dormimos.