Después de recibir la mejor y la peor noticia el día de su boda.
Mía muere trágicamente en un accidente donde ella iba manejando. En sus últimos momentos solo pide una segunda oportunidad para ser feliz con el amor de su vida.
ACTUALIZACIONES TODOS LOS DÍAS UN CAPITULO.
NovelToon tiene autorización de abbylu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 23_ Mafioso
Mía, al salir de la empresa, guardó silencio. Al notar esto, Donato decidió hablar.
—Mía, no tienes de qué preocuparte, no...
—No es eso, Donato. Es solo que no creo que sea justo para ti toda esta situación. Además, dentro de poco se empezará a notar mi embarazo, y no quiero que te veas involucrado en un escándalo.
—Voy a ser totalmente sincero contigo: tú me interesas, y no lo digo solo como amiga. Sé que puede parecer repentino, pero quiero que sepas que esta situación no me incomoda.
—Donato, lamento no poder corresponderte. En este momento no me siento preparada para una nueva relación. Ya te conté todo lo que viví estos años, y no quiero volver a sufrir.
—Solo te pido que no me rechaces. Déjame estar a tu lado. Y si en algún momento cambias de opinión y quieres intentarlo, yo estaré encantado.
—Es que, Donato, no sé si estás viendo el panorama completo. Estoy embarazada de dos niños. Yo no qui...
—Y eso tampoco me molesta. Todo lo contrario, Mía. Me hace admirarte aún más. A pesar de las dificultades que atravesaste, sigues adelante. Eso te convierte en una mujer maravillosa, y es lo que más me gusta de ti.
—¿Por qué yo? Habiendo tantas mujeres, ¿por qué te tenías que fijar en mí? Tú eres guapo, joven, rico... podrías conquistar a cualquiera.
—Eso no es cierto, porque la mujer que quiero ahora mismo está buscando cualquier excusa para rechazarme. Pero no te preocupes, no te voy a presionar. Solo quería dejar claras mis intenciones contigo.
Después de eso, no volvieron a hablar del tema. Mía tenía miedo de volver a confiar en alguien. No esperaba que lo que Max le había dicho fuera cierto, pero la cercanía de Donato no le desagradaba. Por eso, no pensaba alejarse de él.
Llegaron al restaurante y almorzaron tranquilos, conversando de otras cosas. Como había dicho Donato, no la iba a presionar.
—¿Y dime, ya tienes decidido cuándo piensas viajar a Argentina? —preguntó él.
—Sí, la semana que viene. Y si sigue en pie tu propuesta, me gustaría que me acompañaras.
—Por supuesto. No planeaba dejarte ir sola.
Al terminar de almorzar, regresaron a la empresa, donde aún quedaban algunos reporteros. Donato bajó del auto y ayudó a Mía. Dieron unos pasos, y de entre la multitud apareció Alexis.
—Mía, tenemos que hablar —dijo él.
Donato lo miró furioso; sabía perfectamente a qué venía. Para evitar más rumores de la prensa, le indicó que los siguiera.
—Aquí no es el lugar adecuado. Entremos mejor —dijo Donato.
Mía miró de reojo a Donato y notó que estaba tenso, pero no dijo nada. Solo pensaba en cómo Alexis parecía disfrutar cada oportunidad para armar escándalos.
Entraron en silencio al ascensor y se dirigieron a la oficina de Mía. Una vez a solas, Donato fue el primero en hablar.
—Señor Méndez, le agradecería que dejara de acosar a mi novia. Sus visitas inesperadas están colmando mi paciencia. No voy a permitir que siga insistiendo cuando ella claramente ya hizo una mejor elección.
Alexis, ahora que sabía con quién trataba, dudó en responder, pero no podía quedarse callado ante semejante provocación.
—¿Ah, sí? Pues no veo que haya mejorado. Cambiar a un mujeriego por un mafioso... no sé qué sea peor.
Donato se sorprendió por el ataque, pero antes de responder, Mía lo hizo.
—Entonces, yo que tú elegiría mejor mis palabras, si sabes a qué clase de persona te estás enfrentando. Mira, Alexis, estoy harta de decirte que me dejes en paz. Si no quieres entender, tendré que dejar todo en manos de Donato. Él sabrá qué hacer contigo.
Mía creía que Alexis estaba mintiendo. Estaba segura de que él nunca había visto a Donato antes, y pensó que solo quería asustarla y alejarla de él. Pero no le daría el gusto. Decidió seguirle el juego y fingir que sabía sobre el supuesto pasado de Donato.
Donato, por su parte, no esperaba esa reacción de Mía. Verla tan firme y desafiante le confirmaba que ella era la mujer que había estado esperando.
—¿Mía, te estás escuchando? ¿Acabas de amenazarme? ¿Sabes de lo que es capaz este tipo? —dijo Alexis, desconcertado.
—La verdad, no he tenido el gusto aún. Así que te pido que no me hagas averiguarlo.
—Ya escuchaste a mi mujer. No querrás que te muestre cómo me deshago de tipos como tú, ¿verdad? —añadió Donato.
Mía aún pensaba que todo era una broma, y se contuvo las ganas de reír al ver la cara de pánico de Alexis. Donato, por su parte, estaba fascinado. Siempre había visto a Mía como un ángel, pero verla ahora sacando su lado más feroz lo hacía desearla aún más.
—Vuelve a Argentina, empieza de cero, vuelve a tus andanzas... no sé, haz lo que quieras. Pero déjame en paz. Tú y yo ya no tenemos nada de qué hablar —concluyó Mía.
—Está bien. Esta es tu última oportunidad. Una vez que cruce esa puerta, no volveré. ¿Estás segura de dejarme ir?
—Pero por favor, deja que te abra la puerta por si se te dificulta —respondió ella con ironía.
—Perfecto, Mía. Me voy. Luego no vengas a buscarme.
—Pierde cuidado. Eso no va a pasar.
Alexis salió hecho una furia. Iba rumbo al hotel para recoger sus cosas y tomar el primer vuelo a Argentina. Nunca había sido de rogar, pero pensó que si se alejaba, Mía recapacitaría y lo buscaría.
Por otro lado, cuando salió de la oficina, Mía miró a Donato y estalló en carcajadas. Él solo la observó sonriendo. Verla así, después de verla tan decaída el día anterior, lo llenaba de alegría. Además, era la prueba definitiva de que Mía ya no sentía nada por Alexis.
—¿Viste su cara? ¡Casi que sale corriendo!
—Es lógico. Todos se ponen igual cuando los amenazo —respondió Donato, divertido—. Pero dime, Mía… ¿cómo te enteraste?
Esa pregunta la desconcertó. Solo entonces cayó en cuenta de lo que estaba diciendo.
—¿Es cierto entonces? ¿Tú eres un mafioso?
porque es muy entretenido y te engancha con la historia Gracias