El amor que aparece cuando menos lo esperas.
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La tarde, promete
Máximo
Eran la 1 pm cuando llegan los tres al restaurante del Hotel, yo estaba sentado en mi mesa esperando, un camarero les muestra la mesa y los tres se acercan, Pero mis ojos solo estaban en mi princesa, con un vestido azul cielo tan casual, como hermoso, la hacía ver como modelo y Gianni hablo para que yo cerraré la boca, la verdad quedé idiotizado por su belleza. Lía era una joven de gustos sencillos, no le gusta la extravagancia, su maquillaje siempre es sutil, Pero eso la hace más linda y a mi más tonto. La verdad nunca había deseado tanto a una mujer, yo me decía, te gusta tanto por qué no te la puso fácil, por no se dejó impresionar por ti, pero después de este fin de semana, después que la haga mía eso pasará, siempre es así. Aunque mi yo interno, me advierte, esto es diferente, ella no es de las mujeres que se olvidan con facilidad, ella es una Reina no nació para ser adorada. Pero de torpe no lo escuché.
Mi madre solía decirnos siempre, utiliza la cabeza pensar cada pasó que das, no seas como tu padre, generalmente piensa con la cabeza de su entre piernas. Pero tampoco la escuché.
Ella se sienta a mi lado, me paro y le acomodo la silla, ella me agradece, Pero sus ojos no me miran y eso me está matando, su indiferencia, les entregan la carta y por su expresión corporal me percató que no conoce el menú o es muy sofisticado para su paladar, tan sencillo como ella.
Entonces llamo al camarero y le digo, explícale a las demás en qué consiste cada plato, pero del modo más sencillo posible. El hombre comenzó a explicar y la cara de Lía era un poema, no podía asimilar nada, entonces le dije háblame del salmón, las ensaladas y el postre, entonces ella sonríe y le dice póngame algo de arroz que se parezca a la cocina cubana, no te olvides de poner patatas o plátanos fritos y mi postre de chocolate. Laura dice a mí también y Gianni dice, no sé cómo están delgadas, si ni siquiera cuidan sus dietas, Laura sonríe y dice, cariño somos cubanas, nacimos comiendo toneladas de carbohidratos y solo engordan las que lo heredan por vía genética, y todos ríen.
El hombre trae la comida y el arroz es con frijoles, ella explica en Cuba se llama arroz congriz, a veces en los restaurantes de mi país lo llaman moros y cristianos y es cuando el camarero me dice el chef es cubano y te obsequio está yuca con mojo y carne de cerdo. La verdad me puse tan contenta que le dije, dile que se lo agradezco y que quisiera conocerlo por ese lindo detalle, de traer mi patria a esta mesa, gracias.
A partir de ese momento la cenamos en un ambiente cordial como si estuvieran sentados parejas normales y no personas reunidas por un contrato.
La verdad por primera vez en mi vida comí, solo por el placer de comer, sin ver las calorías, el gluten, los carbohidratos y toda esa mierda que a las personas ricas nos vuelve loco y no nos deja disfrutar simplemente de comer lo que nos gusta. Pedí vino, ella dijeron cerveza y me extraño, me mira por primera vez y me dice, soy cubana, con eso se acompañan nuestras comida y sonrió hasta los ojos por primera vez desde que la conocí.