Quédate Conmigo

Aarón llegó a la mansión por la tarde, dos horas antes de su encuentro con Emma. Se encerró en su despacho con Alan para planear la manera de eliminar a Luis.

"Lo quiero muerto antes de que termine el mes", declaró Aarón antes de salir de su despacho, ya que eran las 4 y debía reunirse con Emma.

Aarón llegó al lugar donde usualmente Emma lo esperaba, pero no la encontró en ninguna parte, lo que lo llenó de ansiedad.

"¿Dónde está ella?", preguntó Aarón. No sabía el nombre de Emma, ya que para él no era relevante, pero pronto se dio cuenta de su error.

"Se ha ido, señor", respondió la sirvienta.

"¿Por qué nadie me lo dijo?", preguntó molesto Aarón.

"Hace media hora que se fue, señor, iba camino al aeropuerto", respondió la sirvienta, improvisando en el momento.

"Sigue con tus labores", ordenó Aarón antes de salir de la mansión y subir a su auto.

Alan trató de hablar con él, pero Aarón lo ignoró, ya que necesitaba saber cómo se encontraba Emma y por qué se marchaba.

Aarón detuvo el auto y Alan se acercó a él.

"¿A dónde vas, Aarón?"

"Iré al aeropuerto...", comenzó a decir Aarón antes de que le interrumpirá.

"¿Le pasa algo, señor?" preguntó Alan.

"No, ¿cómo se llama ella, la que pasó todas las tardes?"

"Su nombre es Emma Riviera, la ex de su primo."

Aarón quedó sorprendido al saber que Emma era aquella niña que se asustaba al verlo cuando ella tenía 7 años.

"Interesante", sonrió Aarón, se le ocurrió una idea para molestar a su primo.

"En unos días regresaré", dijo Aarón mientras salía de la mansión y caminaba hacia el aeropuerto.

"No debí decirle, pobre chica, lo que le espera..."

Aarón llegó al aeropuerto y, gracias a su influencia, supo hacia dónde se dirigía Emma.

"Tiene suerte, señor, queda un asiento disponible en el área VIP."

Aarón subió al avión y se dio cuenta de que estaría en el mismo vuelo que Emma, por lo que sería fácil encontrarla.

Mirando a lo lejos, vio a Emma sentada junto a su asiento designado.

"Emma", habló Aarón mientras se acercaba a la mujer.

"Aarón, ¿cómo pudiste encontrarme?", preguntó Emma mientras se limpiaba las lágrimas que caían sin poder contenerlas.

"¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?", preguntó Aarón acercándose a Emma y sin dudarlo, pasando sus manos por las mejillas de la chica.

"Mi hermana ha muerto", volvió a llorar Emma.

Aarón abrazó a Emma, quien lloró en sus brazos durante unos minutos.

"Ya vamos a despegar, por favor, siéntense".

Aarón ayudó a Emma a sentarse en su silla. Una vez en el aire, Aarón se levantó de su asiento y se agachó junto a Emma.

"Ella no merecía morir así".

Horas antes, su madre le había llamado para decirle que habían encontrado a Violetta muerta. Le dolía pensar en su sobrina, que apenas tenía seis meses de edad, y no sabían dónde estaba la pequeña.

"Si quieres, puedo ayudarte a encontrar al responsable de la muerte de tu hermana", dijo Aarón al ver la tristeza y el coraje en los ojos de Emma.