Mi Pequeña Muda

Durante toda la noche, Karla no pudo cerrar los ojos debido a que tenía miedo de rodar sobre la cama hacia los brazos de Jeremy y darle a entender algo que no es.

Ella ya no quería que entre Jeremy y ella existan más malos entendidos.

Después de todo, aunque él había dicho que todo el drama que los llevó a él y a Karla a casarse quedó en el pasado, Karla sabía muy bien que ese no era el caso.

Podía ver qué Jeremy aún tenía algunas reservas hacia su persona.

Era lo lógico.

Después de todo, ella seguía siendo una extraña para él.

Karla lanzó un suspiro mientras abría los ojos con la intención de levantarse de la cama.

Sin embargo, Karla tuvo que volver a cerra los ojos tan pronto como los abrió debido a que Jeremy estaba en frente de ella, no eso está mal, su poderoso trasero estaba junto ahí contoneándose mientras se colocaba un bóxer, parecía que recién había salido del baño.

¡Cielos!

Karla tragó saliva al pensar en esa cosa que le colgaba entre sus piernas.

Eso era tan…

Rápidamente, detuvo la línea de sus pensamientos, ella mo pudo evitar reprenderse mentalmente.

¡Karla, piensa en la biblia!

Se dijo a modo de regañina.

Karla rodó por la cama un par de veces con la intención de que Jeremy se dé cuenta de que estaba despertando y no siga contoneándose su trasero delante de ella.

Cuando Karla considero que era el tiempo adecuado abrió los ojos.Sin embargo, como si fuera obra del destino, los ojos de ella y Jeremy se encontraron.

La oscuridad de la noche se encontró con la luminosidad del sol.

— Buenos días.

Jeremy la saludo con el rostro serio.

Karla al notar esto se dio cuenta de que parecía que ella muy pocas veces había visto una sonrisa genuina en los labios de Jeremy. Karla asintió a modo de saludo mientras se levantaba de la cama.

Sin embargo, cuando ella notó la mirada de Jeremy, recorrer su cuerpo.

Rápidamente, se tapó con una sábana. Ella había olvidado por completo la ropa de dormir reveladora que estaba usando.

Jeremy se aclaró la garganta mientras miraba hacia otro lado.

— Iré abajo. Tú… — volvió a aclararse la garganta — Vístete y baja a desayunar.

¡Cielos! ¡Qué momento más bochornoso!

Pensó Karla para sus adentros.

Si fuera otra persona la que la viera a ella no le importaría tanto como la percibiera o lo que pensará de ella. Pero, de un tiempo en adelante, a Karla le había empezado a importar lo que Jeremy piensa de ella.

Sintiéndose acalorada, Karla se levantó de la cama y se dirigió hacia el baño a asearse.

Cuando Karla bajó de la recámara se sintió un poco refrescada, la ropa que ahora estaba usando era igual de reveladora que el vestido de noche, a pesar de que Karla se sentía cómoda con su cuerpo, eso no significaba que le guste mostrar demasiada carne. Por lo que el vestido corto de color blanco, que tenía un gran escote en la espalda, le estaba haciendo pasar un mal rato.

Ella de manera silenciosa anoto el nombre de la Sra. Cash en su lista negra.

Sin embargo, en cuanto Karla llegó al comedor con la ayuda de una mucama y se dio cuenta de la persona que estaba sentada en medio de los hermanos Cash.

Todos los malestares que tenía en cuanto a todo lo que había sucedido entre ella y Jeremy quedaron en segundo plano.

— Luces muy bonita, Sofía. Pareces tan sofisticada, no como esas zorras que les gusta utilizar ropa corta para calentar a los hombres — enunció la Sra. Cash como si no se diera cuenta de la presencia de Karla.

Karla puso los ojos en blanco mentalmente, al notar que el comentario de aquella mujer se dirigió hacia ella.

Karla resople para sus adentros al darse cuenta de que debido a que aquella mujer no podía meterse con Jeremy ahora lo estaba haciendo con ella.

Sin embargo, ella que había escuchado todo tipo de malos comentarios no tomó sus palabras llenas de desprecio en serio.

Es más, ni siquiera podía hacer el intento de hacerlo debido a que lo único que le importaba a Karla era aquella mujer que estaba sentada en medio de Leandro y Félix.

La forma en la que estaba sonriendo hizo que el estómago de Karla de vueltas.

Cielos, Karla quería vomitar.

El ver a Sofía hizo que todos aquellos recuerdos que Karla había guardado en una caja fuerte explotaran como un volcán en su memoria.

Los rumores maliciosos.

El asunto del plagio.

La traición de esa persona.

Cada uno de sus peores momentos tenía el nombre de aquella mujer tatuado en su memoria.

— ¿Qué haces ahí parada, Karla? Ven siéntate — masculló la Sra. Cash con un fingido malhumor debido a que podía ver qué realmente estaba disfrutando este momento.

Quizás ella había investigado acerca de mí, tal vez ella también estaba detrás del complot del hotel.

Karla pensó para sus adentros mientras asentía y caminaba hacia un asiento al azar.

Jeremy junto con el anciano Cash no estaban en ningún lado, por lo que Karla se preparó mentalmente para la escena de carnicería que iba a acontecer ahora.

Si ella hubiera sabido que esto iba a suceder se hubiera quedado dentro de la habitación esperando el llamado de Jeremy.

Después de todo, ella no creía que la presencia de Sofía en este desayuno sea tan simple.

— ¿Ustedes ya se conocen? — cuestionó Félix con diversión — Ella es Sofía, la novia nominal de Jeremy, bueno, al menos lo era hasta que tú apareciste y te convertiste en su esposa. Parece que no te confirmaste solo con plagiar su composición, sino que también le quitaste el novio.

Sus palabras hicieron que el asco dentro de Karla se incrementará en demasía. Realmente, parecía que Karla iba a vomitar en cualquier momento.

Sus manos se sentía dudosas y su piel fría.

— No digas eso — dijo Sofía mientras le daba una mirada a Karla que parecía amable, sin embargo, Karla sabía muy bien que no lo era —. Ese es un asunto del pasado que ya está olvidado. Yo ya la perdoné, así que no necesitas seguir con el tema. Después de todo, no dicen que uno no se debe meter con las personas discapacitadas.

Tras decir eso sonrió con los labios apretados casi indulgente.

Karla sintió que la ira dentro de sus entrañas se incrementaba. Por lo que se levantó del asiento con la intención de ir al lavado. Después de todo, ella no tenía la obligación de escuchar este tipo de cosas sin sentido. Tampoco quería seguir aguantando este tipo de comentarios llenos de desprecio.

Ya suficiente tenía con los que escribían en línea para soportar este tipo de trato en la vida real.

— ¿A dónde vas? ¿A caso te dolió la verdad, mudita? ¿Vas a decirle a Jeremy que te estamos intimidando? Jajaja. Perdón, olvidé que no puedes hacerlo, lo único que sabes hacer es abrir las piernas como la zorra que eres — dijo de manera burlona Leandro.

Él era tan ruin y despreciable.

Los pasatiempos favoritos de Leandro sea despreciar a los demás y las mujeres.

Por lo que la forma en la que miraba a Karla hizo que esta se sintiera asqueada. El ver a los demás reír como si aprobaran sus comentarios hizo que Karla se sintiera terrible.

Ella estaba enojada.

— Ya basta, Leandro. No te burles de ella, a Jer…

Las palabras de Gregory, aquel joven que parecía ser alguien agradable, fueron detenidas por la mirada gélida de Leandro.

— ¿Acaso te estás poniendo de su lado, también te abrió las piernas? — cuestiono.

Gregory solo le dio una mirada llena de disculpas a Karla, la cual sacudió la cabeza mientras le enseñaba el dedo de en medio a todos. Sin embargo, las náuseas que sintió ya eran incontrolables.

— ¡Ya basta! — gritó Jeremy justo en el momento en el que Karla vómito sobre la primera persona que estaba delante de ella.

La cual para su suerte era Sofía.

— ¡Mi pelo! ¡Mi ropa! ¡Qué asco! — exclamó esa mujer.

Sin embargo, Karla no tuvo tiempo de apreciar su estado debido a que otra ola de vómito la invadió.

Que si no fuera por el cálido abrazo de Jeremy ella hubiese caído al suelo debido a la sensación de agotamiento que la invadió.

¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué estaba vomitando tanto? ¿Acaso estaba embarazada?

No, eso no puede ser posible. Después de todo, cuando sucedió aquello en el hotel, Karla fue consciente y se tomó la pastilla del día después, por lo que la posibilidad de que estuviera embarazada era mínima, no tacha eso, más bien era nula.

— ¿No me digas que te ató debido a que está embarazada? — cuestionó Félix — Digna de una cazadora de oro.

Karla pudo sentir que ante el comentario de Félix Jeremy se tensó.

¡Oh, no!

Karla sintió que una crisis estaba apareciendo en su radar. Ella pensó que de nuevo iba a ver otro tipo de malentendido entre Jeremy y ella.

— ¡Eso no puede ser posible! ¡Jeremy no puede tener un hijo con ella! ¡Qué asco! — lloriqueo Sofía.

Karla debido a que no tenía ánimo ni siquiera de respirar, por lo que no le importo los comentarios que hacían, solamente opte por concentrarme en el calor que irradiaba el cuerpo de Jeremy.

...

Karla sabroseandose a la Jeremyconda 😆😆