EL HARÉN DEL DESTINO

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Estando ya en su palacio, el príncipe ordenó a sus guardias llevar a los heridos para que recibieran atención médica mientras él iba a su habitación.

ARAVIND: Lo acompaño a su habitación, alteza.

NADAV: No es necesario, también está herido, vaya a atenderse.

ARAVIND: Estoy bien, primero es usted.

NADAV: Joven Stein, no es necesario, yo estoy bien y puedo llegar perfectamente a mi habitación. Vaya atender sus heridas, no quiero que luego diga que lo tengo esclavizado sin atención médica.

ARAVIND: Disculpe._(reverenciando)

El Omega agotado no respondió más, para dirigirse a su habitación. En los pasillos se encontró con Ryane que al verlo sucio de sangre, se preocupó y de inmediato mandó a buscar al médico.

RYANE: Alteza, ¿Cómo es que terminó en este estado?

NADAV: Bandidos, prepara el baño, por favor.

Al llegar a la habitación, la doncella fue a preparar el baño, mientras el chico se quitaba la ropa tratando de no lastimar sus heridas. Con el baño listo, entró para asearse bajo la mirada preocupada de la doncella.

NADAV: Ryane, no dejes que nadie más aparte del médico entre, no estoy de humor para lidiar con nadie.

RYANE: Si, su alteza.

La doncella salió del baño para ir a darle la orden a los guardias y preparar ropa cómoda para el Omega. Estando limpio, el chico salió del baño, se cambió y esperó la llegada del médico que llegó unos minutos después. El anciano le limpió las heridas, le aplicó medicina y lo vendó, para recetar medicamentos para el dolor.

NADAV: Gracias, se puede retirar.

MÉDICO: Alteza, esto debe ser informado a la emperatriz.

NADAV: Está bien, yo hablaré con ella después.

El anciano asintió e hizo una reverencia para salir de la habitación.

RYANE: Alteza, iré a prepararle la medicina.

NADAV: De acuerdo.

La doncella salió y el Omega se acomodó en la cama, la situación con los bandidos había sido peor y había tenido que asesinar a varias personas.

NADAV : (( No soy un asesino, fue en defensa propia….. no soy un asesino….. no soy un asesino))._(tratando de calmar su mente)

Por otro lado, los concubinos recibieron la noticia de que el Omega había sido atacado por bandidos y estaba herido.

OREN: Déjenme salir, necesito saber cómo está el príncipe._(golpeando la puerta)

XX: Joven Suess, la orden es no dejarlo salir de la habitación. Si se incumple la orden tanto usted como los guardias serán castigados.

OREN: No me importa, necesito saber que el Omega está bien.

XX: Está bien, fueron heridas leves y el médico ya lo atendió. Por favor no cause problemas innecesarios.

El alfa molesto golpeaba la puerta y arrojaba todo a su paso. Los otros tres concubinos llegaron a la puerta de la habitación del Omega.

AJITH: Déjenos pasar, necesitamos saber cómo está el príncipe.

XX: Joven Kundé, el príncipe no quiere recibir a nadie.

JIREN: Alteza, por favor, necesitamos saber cómo está._(dijo en voz alta)

XX: Ya el médico lo revisó, por favor regresen a sus habitaciones.