De Rey, ¿A Omega?

Seth llego a la residencia de los Ferraro, la familia de Antony. Fue recibido por el secretario del anciano quien lo lleva hasta la oficina de este.

Al entrar, el anciano terminaba de gritar por el teléfono, regañando a sus hombres porque aún no le traen al omega. Seth frunce el ceño, pero, trata de mantenerse neutro, tras saludar al anciano.

—¿y que trae a Seth Kovalenko a mi oficina?— pregunta el anciano.

—escuche que, esta buscando al culpable del terrible suceso.— menciona Seth.

—si, tengo un posible sospechoso, la última zorra que se acercó a Antony.— expresa el anciano.

—justamente de eso quería hablar, esa zorra, como le llamas, es mi omega.— responde con firmeza.

—¿que?, entonces ese omega, no es tan tuyo como crees.— el anciano se muestra molesto.

—esa noche, estaba conmigo, así que señor Ferraro, cuide en como se refiere a él. Antony tomaba lo que quería, sabía que ese omega era mío, hasta donde sé, no se acerco más a él.— explica.

El anciano golpea la mesa con el puño, causando un estruendo que captó la atención de los guardias.

—traerán a ese omega ante mí, que diga todo lo que sabe, si es inocente, puede que se vaya sin ningún rasguño.— advierte el anciano.

—¿esta intentando buscar problemas?, a ese omega nadie lo toca.— Seth ya se veía algo molesto ante la insistencia del anciano.

—¿en verdad vamos a pelear por una simple zorra?, búscate otro, y deja que traigan ante a ese omega.— insiste.

—señor Ferraro, ¿en verdad cree que él tiene que ver con su muerte?, ¿como podría un omega matar a un hombre que le dobla en tamaño, en fuerza y custodiado por diez hombres?— pregunta divertido.

—no quieras hacerte el gracioso muchachito, tu falta de respeto te puede costar muy caro.— amenaza mientras lo señala con el dedo.

—vine para quedar en buenos términos, pero si me estará amenazando, yo también lo haré. Aleje sus manos del omega, o la próxima, no vendré solo a hablar.— advierte el albino.

—suficiente...todo esto por un simple omega, es solo una zorra más, búscate otro.— grita furioso.

—queda advertido, tenga más respeto por Lyam Miller.—

Dicho esto último, se dirige a la puerta, la cual abre uno de los guardias, al cerrarse, el anciano ordena que le traigan al omega esa misma noche, piensa enseñarle una lección a Seth, quiere que sepa que a los mayores se les respeta, en especial en esa organización.

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En una bodega, los hombres que vigilaban a Lyam, estaba de rodillas ante este, mientras el omega esta sentado en una caja de aquella habitación. Los hombres estaban golpeados, mirando con temor al joven castaño.

—así que, quien los envío fue el padre del asqueroso pervertido...— murmura.

—s-si...esta buscando a quien ayudo a infiltrar al enemigo en la suite...usted es fue nueva conquista...es sospechoso...—

—¿conquista?, querrán decir que yo era su próxima víctima, aunque lamentablemente para el pervertido, yo, soy mucho más peligroso...— sonríe con malicia.

Lyam se pone de pie y saca de su bolso una navaja, mientras se acerca a esos hombres y sin dudarlo, clava esa navaja en el ojo de uno de ellos ante la mirada atónita de sus compañeros. El hombre cae convulsionando y un charco de sangre se forma bajo él, hasta que deja de moverse.

—saben, en mi otra vida, disfrutaba estos momentos, torturando a mis enemigos, ver el miedo en sus ojos y escuchar sus súplicas, aun así, ¿que creen?, nunca tuve compasión.— deja ver una sonrisa maliciosa.

Los hombres se miran asustados ante la crueldad de ese omega ante él. Cuando recibieron la orden de llevarlo, creyeron que sería fácil atraparlo, pero para ellos fue una sorpresa cuando el omega subió a su auto, condujo hacía esa instalación abandonada y cuando entraron tras él, algo les hizo caer inconscientes, cuando despertaron, estaban atados y fueron obligados a estar de rodillas ante él mientras eran golpeados por la chica que lo acompañaba. Y ahora, uno de ellos esta muerto, y la chica ha traído consigo un bandeja en la que se aprecia un par de pinzas y navajas.

—Karin, si es demasiado para ti, puedes salir, tengo todo bajo control.— le asegura a la chica.

—de acuerdo, estaré cerca por si necesita ayuda.— la chica da media vuelta y se aleja del lugar.

Estando fuera, solo puede escuchar los gritos y súplicas de esos hombres. Karin deja salir un leve suspiro y se coloca un par de audífonos mientras observa el cielo tarareando la canción que se escuchaba.

Dentro de la habitación, dos hombres han sido ejecutados, el siguiente, llora suplicando por su vida, pero, Lyam no esta dispuesto a dejarlos ir, sabe que esos hombres no merecen la vida, después de todo, trabajan a hombres perversos, a saber a cuanta gente han dañado, así que, solo están recibiendo lo que merecen.

Rato después, Lyam sale de la habitación, pero en su mano lleva una bolsita, dentro había un par de ojos y unas fotos de los cuerpos de esos hombres, con ayuda de Karin lo colocan todo en una caja, será una entrega especial para el jefe de esos hombres.

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