"UN AMOR PROHIBIDO QUE NO MUERE
Kostas conoce a Athina, la hijastra de su hermana, en una boda. Es amor a primera vista, pero la edad y la relación familiar lo convierten en un tabú.
Cinco años después, Athina es secuestrada y Kostas se convierte en su héroe. El amor sigue vivo, pero el pasado y los prejuicios amenazan con separarlos.
¿Podrán superar las barreras y luchar por su amor?
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Capítulo Veinte
Athina se despertó asustada, encontrándose encadenada de manos y pies. No sabía dónde estaba, ya que sus ojos estaban vendados. Su angustia era evidente, pero solo pensaba en su gordito, y qué pasaría con él si algo le sucedía a ella.
¿Cómo había llegado a esta situación? ¿Por qué la habían secuestrado? Lo más probable era que pidieran un rescate por su liberación, ya que su padre era millonario, aunque Kostas lo era aún más.
Debía mantenerse tranquila; sabía que su padre y Constantin no se quedarían de brazos cruzados.
—Con que ya se despertó la mujercita del bastardo Vespa —dijo alguien que entró a la habitación donde se encontraba Athina.
Athina escuchó a la persona que habló, y aunque moría del susto, no debía demostrarlo.
—¿De qué habla? ¿Por qué me tienen aquí? —preguntó Athina, con la esperanza de que fuera una equivocación.
—Es por tu esposo que estás aquí. Él tiene algo que no le pertenece y nos lo tiene que devolver. No es justo que un bastardo tenga sin ningún esfuerzo lo que la familia Vespa hizo con tanto sacrificio. —La misma persona le contestó.
Athina no entendía nada, pero imaginaba que hablaban de Constantin y la herencia que recibió. La familia paterna de Constantin no estaba contenta con que él hubiera recibido una herencia por parte de su padre, Darío, quien había dejado un testamento que beneficiaba a su primogénito no nato. Al parecer, Darío había sospechado que su familia iba a impugnar el testamento, por lo que pidió a su abogado que lo abriera cuando Constantin estuviera a punto de cumplir los veinte años.
En el testamento, Darío estipulaba que Constantin recibiría la empresa al cumplir 25 años, y si no llegaba a esa edad, la empresa pasaría al gobierno inglés. La familia Vespa se sorprendió al descubrir que la sede más próspera de su imperio no les pertenecía a ellos y que Constantin, un joven que nunca habían reconocido como hijo de su hermano, era el beneficiario.
La familia Vespa quería recuperar la empresa y no tenía paciencia para hacerlo por las buenas, así que decidieron tomar medidas drásticas. Una investigación con algunos infiltrados en la familia Papadakis arrojó erróneamente que Constantin tenía interés en Athina. Pero mientras él estuviera protegido por su tío Kostas, y más aún cuando su madre se casó con Athanasiau Silas, sería difícil hacer algo contra él.
Debían resquebrajar la unión familiar con su tío Kostas, y fue lo que hicieron en el pasado, y al enterarse de que Constantin viajaba constantemente a Londres, confirmaron que era porque allí se encontraba su mujer y madre de su hijo: Athina Silas, su hermanastra. Ese era entonces su objetivo: debían secuestrar a Athina para presionar a Constantin para que devolviera la empresa a sus dueños originales y que esta no fuera donada al gobierno.
Así que este era el motivo por el cual Athina había sido secuestrada: la confundieron con la esposa, ya que pensaban que ellos tenían una relación marital.
Athanasiau estaba desesperado; ya era de noche y aún no tenían noticias de su princesa. Hasta que una llamada al celular de Constantin los puso a todos los presentes expectantes.
📱 Hola, ¿con quién hablo?
📱Hablas con Faber Vespa. Tu tío.
Inmediatamente Constantin cambió de semblante; Faber es el hermano mayor de su padre y es el que más guerra le ha hecho desde que recibió la herencia.
📱 Tío, ahora no estoy para recibir llamadas. Estoy en una urgencia.
Constantin trataba de cortar la llamada, pues en algún momento podían llamar los secuestradores.
📱Oh, que pena. Llamaba para hacer negocios contigo. Creo que esta vez sí te interesan.
📱 No creo, y de verdad tengo que colgar la llamada.
📱¿Te suena que nos devuelvas la empresa que nos pertenece a cambio de tu mujercita Athina?
Constantin recibió la llamada de su tío, exigiendo que le devolviera la empresa a cambio de la liberación de Athina. La voz de su tío era fría y calculadora, sin un ápice de compasión.
📱Malditos, ¿ustedes tienen a Athina?
📱Si, y el mensaje es claro. Tu mujer a cambio de la empresa. En este momento te debe estar llegando el documento donde nos cedes la empresa a cambio de un mínimo porcentaje en ella para que veas que no somos tan malos como piensas. Una vez que esté el documento firmado, lo llevas a la dirección que enviaré a tu WhatsApp.
📱Aló, aló.
Mientras tanto, los investigadores de la familia de Athina estaban trabajando para localizar su paradero
—¡Colgó! Esos malditos que dicen ser mis tíos son los que tienen a Athina. Piden la empresa a cambio de su vida. —Constantin sabía que no podía ceder ante sus demandas, pero la vida de Athina estaba en juego.
—¿Pudieron dar con la ubicación de la llamada? —Kostas preguntó al equipo de investigación.
—Sí, señor Papadakis. —Habían rastreado la llamada de los secuestradores y estaban cerca de encontrar la ubicación de Athina. —Tenemos la ubicación; lo que no sabemos es si allí es donde está la señorita Athina. Es un edificio de oficinas en el sector de servicios financieros.
—¡Maldita sea! Fabián, llamo desde su oficina. Allá no está Athina. —Constantin le dio un golpe a la madera del escritorio, frustrado porque se siente culpable de que Athina esté en esa situación.
Todos se sentían impotentes, pues habían vuelto al comienzo y aún no avanzaban nada. El silencio en el que se sumieron todos fue interrumpido por el citófono. Constantin tomó la llamada del portero, conde le anunciaba que le había llegado una correspondencia.
Le pidió que la subiera el mensajero; era el contrato del que habló su tío.
—Es el contrato. Lo voy a firmar y hacer lo que él me pide. No puedo someter a Athina a esta locura. Yo la metí en esto, yo la voy a sacar —Constantin les informa a los presentes y se dispone a leer el documento. Dice específicamente lo que su tío le informó y que a cambio él queda con un 10% de las acciones.
Constantin decidió ceder ante las amenazas de sus tíos, dispuesto a devolver la empresa a cambio de la liberación de Athina.
Buscó en el WhatsApp la dirección a la que debía llevar el documento y se dirigió allá con Porthos acompañándolo. Pero los demás fueron en otras camionetas, llevando una distancia prudente.
La dirección era en un hotel del centro de Londres. Allí estaban sus tíos Fabian y Fabio, que eran gemelos, pero el mayor era el más maldito.
—Les traigo el documento tal como me lo pidieron. Ahora sí, devuélvanme a Athina —Constantin les exigió.
Sus tíos parecían no creerle, y Constantin sabía que no podía confiar en ellos.
—Calma, ¿acaso nos crees tontos? Este documento se debe legalizar y a esta hora de la noche no hay dónde hacerlo. Así que te toca esperar hasta mañana que se autentiquen las firmas y que se haga la cesión de dueños. Cuando hagamos posesión de la empresa, te haremos llegar tu mujercita. No vaya a ser que te dé por hacer algo tonto. —Habló Fabián, que es el que siempre ha tomado la palabra.
—¡Ese no fue el trato! —Grito Constantin con furia.