Universe Wars

El castillo de Katsumi, aunque reforzado tras el último ataque, parecía más silencioso que nunca. Las reparaciones avanzaban a buen ritmo, pero el verdadero trabajo no estaba en la piedra ni en el acero: era el miedo en los corazones, la tensión que se sentía en cada rincón. Cada soldado, cada criado, incluso los animales del reino sabían que algo se avecinaba. Algo peor que los demonios, algo más profundo y antiguo

Las paredes reforzadas no podían detener los susurros del viento que cruzaba la fortaleza con un tono lúgubre. Las antorchas ardían con menos fuerza, como si la misma luz temiera brillar demasiado fuerte. Las noches se volvían más largas, y los sueños más extraños. El castillo entero parecía contener el aliento

Aiden, aunque recuperado físicamente, no lograba encontrar paz. Cada vez que cerraba los ojos, revivía la explosión, el fuego, la mirada de Dabi, y el rugido de Kael dentro de él. Los entrenamientos se habían vuelto más intensos. Kael lo forzaba a ir más allá de sus límites, cada día, cada hora, como si supiera que no quedaba tiempo

Kael: Te estas distrayendo

Aiden: Estoy cansado

Kael: Y si hubieras estado frente a Dabi de nuevo, estarías muerto

Aiden apretó los dientes, rabioso, y repitió el ataque. Esta vez, la piedra explotó en mil pedazos. Las chispas danzaron en el aire como fragmentos de tormenta

Kael: Mejor pero aún muy lejos de lo que podríamos ser juntos

Los días pasaban lentos y tensos. Sofía, Lilith y Katsumi analizaban con detenimiento los patrones de energía del último combate. Las lecturas no coincidían con ninguna fuerza infernal conocida. La presencia detectada durante el ataque no pertenecía a Dabi, ni a su ejército. Era... distinta

Lilith: Esta energía no tiene ciclo vital, no nace, no muere, solo… existe

Katsumi asintió, cruzada de brazos. Sus ojos estaban rojos de tanto leer pergaminos antiguos

Katsumi: Entonces no es una criatura. Es algo más. Tal vez una conciencia…

Sofía, mirando un mapa que contenía zonas selladas y antiguas cicatrices en la tierra, murmuró:

Sofia: Una sombra que observa…

Lilith: No es una coincidencia. Algo ha despertado. O ha sido despertado

En el Mundo Distorsión, Alice seguía recuperándose, pero su mente no descansaba. Había convocado a sus cinco comandantes principales para una reunión urgente. En su sala de guerra, rodeada de mapas y espadas, su expresión era tan firme como su voz

Alice: El vacío está activo, No sé si ha despertado por completo, pero lo sentí en el campo de batalla. Fue sólo un instante, pero fue suficiente

Uno de los líderes, un hombre con un centro con expresión seria y capaz azul

Líder: Debemos sellarlo antes de que se materialice. Si no tiene forma, aún estamos a tiempo.

Alice: No podemos sellar lo que no comprendemos. Pero sí podemos investigar dónde se originó. Y hay un solo lugar donde los registros antiguos hablan de él: el Abismo de Tharion

El Abismo era una grieta entre dimensiones, un sitio prohibido y sellado por los primeros guardianes de la creación. Su sola mención producía escalofríos

Alice: Enviaré a un grupo a investigarlo. Si esa cosa está allí, debemos saber cómo detenerla. Yo misma lideraré la expedición

Segunda al mando: No irás sola. No dejaré que esa sombra te tome por sorpresa

Alice: Entonces nos vemos dentro de unas horas

Las dos sonrieron sabiendo que se iban a proteger una a la otra

En el infierno, Dabi meditaba en la cámara oculta. Su guadaña descansaba a su lado, cubierta de símbolos nuevos. Había pasado días afilándola, haciéndola vibrar con la misma esencia del fuego puro. Cada movimiento era una danza entre el calor y la destrucción

Sus entrenamientos eran rituales. Cortaba a través de imágenes ilusorias de Kael, de Aiden, de Alice. No como un juego, sino como preparación. Como obsesión

Dabi: Necesito conocer cada paso de sus estilos... cada ritmo de sus ataques. No volveré a subestimarlos…

Pero Dabi no estaba tranquilo. Su ojo de fuego, antes inquebrantable, ahora se entrecerraba a ratos. No por debilidad, sino por... incomodidad

Dabi: ¿Tu también lo sentiste?

La estrella de fuego en su pecho parpadeó. Una llamarada surgió brevemente, mostrando la silueta de una criatura sin rostro detrás de él. Dabi giró, pero no había nada

Dabi: No te atrevas a observarme sin permiso…

Golpeó la pared con su guadaña. Las llamas se agitaron, pero no respondieron. Incluso el infierno parecía contener la respiración

Dabi: Kael y Aiden... ustedes son mi batalla. Pero tú... tú eres otra cosa

En el castillo, esa noche, Aiden tuvo un sueño. Estaba en una caverna de oscuridad líquida. Caminaba sin rumbo, guiado por la chispa de Kael en su pecho. Pero no estaba solo. A su alrededor, voces sin cuerpo susurraban su nombre. Voces familiares y desconocidas, como ecos de vidas pasadas y futuros imposibles

Una figura de humo se alzó delante de él. No tenía ojos, pero lo miraba. No tenía boca, pero hablaba

???: Despierta, rayo prestado… Cuando el fuego y el trueno se apaguen, sólo yo quedaré

El suelo bajo sus pies se volvió ceniza. La chispa de Kael se encogió dentro de su pecho. El vacío lo absorbía. Aiden gritó… y despertó empapado en sudor. Sofía estaba en la puerta, preocupada

Sofía: ¿Otra pesadilla?

Él asintió con la cabeza temblando mientras aún recuerda esas palabras

Aiden: No era una pesadilla, Sofía. Era una advertencia

Ella entró sin dudar y se sentó a su lado

Sofía: Entonces contanos. Es hora de dejar de cargar con esto solo

Kael no dijo nada, pero Aiden sintió que por primera vez, él también tenía miedo

Esa misma noche, en lo más profundo de las montañas heladas al norte del continente, una figura se levantó de entre el hielo. Un cuerpo sin alma, un recipiente sellado siglos atrás. Sus ojos se abrieron, completamente negros

???: Ha comenzado

Y en un rincón del mundo, más allá del infierno, más allá del Mundo Distorsión, el Vacío sonrió. Su ojo se abrió por completo, y su sombra comenzó a extenderse. No caminaba. No hablaba. Pero ya estaba en todas partes. En las dudas de los héroes, en los miedos de los reinos, en las grietas del tiempo

La guerra contra el infierno había sido solo el preludio. Lo que venía ahora… era el principio del fin