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El Alfa Y Su Luna Prohibida

El Alfa Y Su Luna Prohibida

Status: En proceso
Genre:Hombre lobo / Brujas
Popularitas:10.4k
Nilai: 5
nombre de autor: @ngel@zul

Damián Blackwood, es un Alfa dominante que ha construido un imperio oculto entre humanos, jamás pensó que una simple empleada pondría en jaque su autocontrol. Isabella, con su espíritu desafiante, despierta en él un deseo prohibido… pero lo que comienza como una peligrosa atracción se convierte en una amenaza cuando descubre que ella es su compañera destinada. Una humana...
Bajo la sombra de antiguas profecías y oscuros secretos, sus destinos colisionan, desatando fuerzas que nadie podrá contener.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El reclamo del Alfa y la respuesta de la Diosa

La luz matinal se colaba con suavidad a través de las cortinas claras de la habitación. El despertador aún no había sonado, pero Selene ya tenía los ojos abiertos. No sabía con exactitud qué la había despertado, pero sentía el pecho tibio, como si algo dulce acabara de ocurrir.

Parpadeó un par de veces y se estiró lentamente, enredada aún en las sábanas. Fue entonces cuando el recuerdo la alcanzó, difuso, como un susurro que se escurre entre los dedos.

Había soñado con una caricia. Una mano grande, suave y cálida, rozando su mejilla con ternura. La sensación era tan vívida que, por un instante, creyó que había sido real. Incluso ahora podía sentir una especie de cosquilleo suave donde aquella mano imaginaria la había tocado. Casi como si aún estuviera allí.

Pero lo más extraño fue lo que sintió en ese instante: la misma calidez reconfortante que la envolvió cuando estaba bailando en la fiesta. Ese instante inexplicable en el que su corazón había latido diferente. Más fuerte. Más vivo.

"¿Qué rayos fue eso…?" —pensó, pasándose los dedos por la mejilla, confundida.

Se sentó en la cama, tratando de convencerse de que había sido solo un sueño. Pero algo dentro de ella no estaba tan segura. Porque por más que quisiera negarlo… esa caricia no se sentía como una fantasía cualquiera. Se sentía como… algo diferente a un sueño, algo real.

La muchacha se obligó a despejar su mente, se levantó de la cama y se ocupó de sus tareas cotidianas. Aunque, sin saber porque, por momentos recordaba aquella sensación que al parecer su cuerpo no quería olvidar.

Y así el fin de semana paso, pero no como siempre, había algo diferente. Algo que Selene no podía explicar ni entender, pero que estaba allí.

El amanecer del lunes no trajo la calma que Damián esperaba.

Después del fin de semana más tenso que recordaba en mucho tiempo, su mente seguía siendo un campo de batalla. El lobo en su interior le gruñía con desaprobación, manteniéndose en un silencio frío y hostil desde la madrugada del sábado, cuando Damián se obligó a salir de la casa de Selene sin siquiera tocarla de nuevo.

Esa misma mañana, mientras la ciudad aún bostezaba entre las sombras del amanecer, Damián se dirigió al bosque que rodeaba los límites del territorio neutral. Necesitaba despejar su mente, y también necesitaba hacer lo que venía conteniéndose desde que la vio.

Cayó de rodillas sobre la hierba húmeda, el torso desnudo, los hombros tensos y el rostro hacia el cielo.

—¿Por qué? —murmuró, cerrando los ojos mientras apretaba los puños contra la tierra— ¿Por qué ella?

No hubo respuesta, solo el susurro del viento colándose entre los árboles y el canto lejano de algunos pájaros.

—Madre... —rugió de pronto, con la voz rota de frustración— ¡Tú, que decides nuestros destinos! ¡Tú, que unes a los lobos con sus almas gemelas! ¿Qué clase de castigo es este?

Su lobo se agitó dentro de él, inquieto, observando con atención ese momento de ruptura.

—¿Querías verme débil? —continuó Damián son pensar en lo que salía de su boca — ¿Querías que temiera por ella todos los días de mi vida? ¡Lo lograste! Porque eso es lo que siento, siento miedo. Miedo de que alguien la vea, de que alguien la huela… de que alguien la tome solamente por hacerme daño.

Con frustración apoyó la frente contra el suelo.

—Selene… —susurró el nombre, con una mezcla de dolor y devoción— ¿Por qué ella? Es humana, es frágil… no merece esto. No merece ser parte de este mundo, de mis guerras, de mi oscuridad.

Su lobo gruñó en su interior, pero esta vez no fue enojo lo que transmitió, sino un eco suave, melancólico.

*Tal vez la necesitas más de lo que crees…*

*Aunque la necesito —respondió Damián con amargura— Debo protegerla, eso es todo. Y para protegerla… tengo que alejarla.*

El silencio volvió a caer sobre el lugar. El sol comenzaba a filtrarse entre las copas altas de los árboles, tiñendo de oro el follaje. Pero dentro de Damián, todo seguía siendo sombra.

Y aunque su corazón ardía con cada pensamiento sobre Selene, la determinación en sus ojos era la de alguien dispuesto a sacrificarlo todo… incluso su propio bienestar, porque un lobo que tenía pareja pero no completaba el vínculo era un lobo vulnerable, incompleto, triste.

El sol del mediodía apenas lograba filtrarse entre las nubes cuando Damián llegó al antiguo templo de piedra, ubicado en las afueras del territorio aliado. Había sido restaurado hacía unos años, pero aún conservaba ese aire sagrado que se sentía apenas se cruzaba el umbral. El silencio del lugar no era solo físico, era espiritual.

La sacerdotisa lo esperaba de pie, junto al altar. Vestía una túnica blanca, sencilla, pero el aura que la envolvía le confería una presencia imponente. Su mirada lo taladró en cuanto lo vio acercarse.

—Llegas tarde, Alfa —dijo, sin molestia, pero con firmeza.

Damián no respondió. Se mantuvo erguido, orgulloso como siempre, aunque por dentro no se sentía ni un poco fuerte.

—Sabes por qué estoy aquí —dijo al fin, con voz baja.

—Sí —replicó ella— Y también sé lo que hiciste… o mejor dicho, lo que no hiciste.

Damián tensó la mandíbula.

—No puedo reclamarla. Es humana. No tienes idea del peligro que eso representa. No solo para ella, también para nuestra manada. Para todos.

—¿Y tú crees que la Diosa no lo sabía cuando unió tu alma a la suya?

El silencio se hizo espeso entre ambos.

—La Diosa está enfadada contigo, Damián —continuó ella, esta vez con un tono más severo— Se te otorgó un vínculo sagrado, un regalo que muchos darían su vida por recibir. Y tú lo estás despreciando.

—No es desprecio. Es protección. No quiero que le pase algo malo...

—¡No te atrevas a justificar tu cobardía con palabras nobles! —espetó la sacerdotisa, aunque comprendía bastante la actitud del alfa.

Las palabras lo golpearon como una bofetada. Pero no replicó.

—La Diosa ya tomó su decisión, Alfa —siguió la sacerdotisa, avanzando unos pasos hacia él— El vínculo fue sellado en el plano espiritual, aunque tú te niegues a aceptarlo. Y no será fácil romperlo.

Damián la miró con recelo.

—¿Qué quieres decir?

—Que ella no permitirá que tú, ni nadie, rompan ese lazo. Pero, debido a tu negativa, ha decidido darte una única oportunidad. Una salida.

Los ojos del Alfa brillaron con interés, por primera vez en días.

—¿Una salida?

—Sí. La única manera en que el vínculo puede romperse… —la voz de la sacerdotisa se volvió grave, solemne— …es si Selene se enamora de alguien más. Si su corazón elige a otro, si entrega su alma y su amor a otro hombre, la Diosa respetará su elección. Y entonces… estarás libre.

Damián se quedó inmóvil. Cada palabra fue como una piedra que caía en su pecho.

—¿Solo si ella ama a otro…?

—Exacto.

El Alfa desvió la mirada, sintiendo por primera vez en días una especie de alivio. No tendría que marcarla. No tendría que arrastrarla a su mundo. No tendría que verla sufrir por su culpa.

—Entonces… —dijo casi en un susurro— no haré nada. No intentaré retenerla. No buscaré conservar el vínculo. Que viva su vida… y que ame a alguien más.

Ranya lo miró en silencio durante unos segundos, como si supiera lo que él no.

—Cuidado, Alfa —advirtió al fin— La Diosa no hace las cosas al azar. Pero si crees que será fácil verla enamorarse de otro… te equivocas. No olvides que el vínculo ya está en marcha. Y cuanto más lo ignores… más crecerá.

Dicho eso, la sacerdotisa se giró y se alejó sin esperar respuesta.

Damián se quedó solo, de pie en medio del templo. Luego, como si su cuerpo ya no pudiera sostener tanta tensión, se dejó caer en una de las bancas de piedra, apoyando los codos en las rodillas y la cabeza entre las manos.

Un suspiro escapó de sus labios. Alivio.

"¿Qué tan difícil puede ser? —pensó— Una humana como ella… joven, bonita, simpática. Seguramente encontrará a alguien muy pronto. Y cuando eso pase… todo esto que siento se acabará."

Su lobo permanecía callado. Pero en lo profundo de su alma, algo se revolvía con inquietud.

Porque aunque Damián intentara convencerse de que todo sería sencillo, la Diosa ya había decidido… y no tenía intención alguna de ponérselo fácil.

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Felisa Catherine Potes Naranjo
selenio yo de usted hace rato me hubiera ido usted no dene demostrar nada usted es una mujer con los pies en la tierra que le pasa no deje que la duda la agobie saque ése instintos de que hay en las mujeres a lo último quédese sola para ver que pasa pero no se deje joder
Magdalena Tortorelli Limongi
mé gusta mucho la novela, pero se demora en publicarv
Melisuga
La situación con Gael me tiene en un pálpito. Solo espero que Damián se mantenga más alerta d
que de costumbre y no permita que le haga daño a Selene.
Melisuga
Y Damián es quien te va a liberar de todo. También se pondrá muy posesivo, pero será distinto y, sin lugar a dudas, totalmente amoroso y respetuoso.
Melisuga
Lo que siempre pasa. ¡Pobre chica!
Melisuga
Gael no entendió, ni va a entender. No le dijiste por lo claro "se acabó", y se va a escudar en eso. Pero, incluso si se lo hubieras dicho, igual no lo iba a aceptar.
Melisuga
Gael está sacando un lado tóxico que no me gusta. Y como se ponga medio pesado, a Damián no le va a temblar un pelo para librar a Selene.
Isabel Balbuena
hay Selene vaya que si nos equivocamos quien hubiera pensado que Gael será esa clase de persona
Isabel Balbuena
así es Damián protegerla vamos... no dejes que otro la apague y la trates mal
Isabel Balbuena
hay no que barbaridad entonces Gael no acepta ser rechazado y ahora está posesivo y tóxico... está bien lo que pasa Selene no te sientes cómoda pero el no debe actuar así por qué tienes razón no es sano
Diana M
lo bueno es que Damián anda vigilando en la distancia y no va a permitir que le pase algo malo a ella
Melisuga: Esa es nuestra tranquilidad como lectores.
total 1 replies
Diana M
una cosa e sqje no quiera aceptarla como subluna otra es que la humilde y la deje tan en mal delante de la gente
Diana M
pienso que Ya hubiera renunciado en otro lado valorarian su potencial
VásGa Nbeth
wow, las apariencias engañan ,ya me dio miedo Gael. no te dejes selene ojalá y Damian si la ande vigilando.
Isabel Balbuena
después de esto creo que la brecha que había se hará más grande y creo Selene será mejor que le digas a Gael que es mejor terminar por qué no lo merece.... aunque no es tu culpa tu estabas también con el pero los impulsos de Damián te hicieron dudar de todo lo que en verdad sientes
Isabel Balbuena
ya Damián déjala en paz... ya no la atormentes más.... bastante tiene con el beso que le diste y con lo mal que la tratas laboralmente así que déjala que sea feliz con Gael eso querías ya. lo tienes ya no la confundas más
Isabel Balbuena
hay Selene ya basta... ponle un alto por favor yo creo que aunque sea la mejor empresa lo es justo que no te valoren y sobre todo tu trabajo... ya mándalo a la chin
Isabel Balbuena
esto está cada vez más tenso para ambos y cada vez sus mentes son un lio
Arianny Rodriguez: Para ellos y también para nosotros. Me desespera Damián, no quiere que esté con el, pero tampoco con otro. Cada vez más lento.🙄
total 1 replies
Melisuga
Supera mis expectativas cada capítulo. Creo que Selene debe acabar de decirle a Gael que no pueden seguir juntos porque no vibran en la misma tesitura. Es difícil pero él merece sinceridad y honestidad porque es lo que ha brindado, con creces.
VásGa Nbeth
Me encanta tu humor Marcos. 😊
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