Ingrid fue menospreciada por sus padres por ser mujer, es obligada a casarse con el Duque Ibars con el cual tendrá un hijo, al descubrir el gaño de este decide separarse y vivir con quien fue su primer amor, sin saber que caería en una trampa, tras ser asesinada junto a su hijo tiene la oportunidad de volver 3 años atrás de los sucesos que llevan a su muerte ¿logrará cambiar su destino?
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Amigo
Los rumores acerca de que los Barones no respetaban e insultaban a los Duques de Ibars debido a su relación familiar comenzó a correr en la alta sociedad, muchos los excluyeron de su círculo social debido a que sabían el parentesco de Dariel con la corona y que sus familias podrían verse afectadas, situación que tuvo repercusiones unas semanas después, en los negocios de Amaro lo que lo molesto demasiado.
- ¡Elizabeth! – grita Amaro al escucharlo ella acude de inmediato.
- ¿Qué sucede? – cuestiona Elizabeth al llegar.
- Estamos yendo a la bancarrota, todo por tu actitud y la de hijo.
- Nosotros no hemos hecho nada, no salimos de casa desde que fuimos al palacio.
- Claro, después de causar un problema se escondieron como las ratas que son. Crees que no sé qué tu hijo se escapa de la academia y que tú vas a decir que fue porque tuvimos una urgencia, o que le entregas todo el dinero que te doy para la casa para complacerlo. En estas semanas que intente educarlo me di cuenta que es un inútil, si no fuera varón lo mataría para que no deshonré mi apellido.
- No puedes hablar en serio, a Ingrid no la mataste.
- Lo único malo de Ingrid fue lo ingenua que fue o demasiado obediente. No dio problemas.
- No sirve de nada educar Arián a base de golpees como lo has estado haciendo estas semanas – Amaro ríe.
- Tú podías golpear a Ingrid cuando te diera la gana para educarla y yo tengo que ser un padre paciente, amoroso y compresivo con Arián, que buen razonamiento tienes. Mira tú actitud últimamente me está molestando. Debo volver a educarte, un comentario más y vas a recordar el pasado querida. Ahora llama a Olivia.
- ¿para qué?
- Solo obedece. Ten cuidado como te comportas al salir, porque estamos siendo observados por todos.
- No haré nada imprudente. Me iré ahora y tratare que la señorita Olivia venga conmigo.
- Sé discreta.
Al salir de su hogar logra divisar en la plaza del pueblo a Ingrid, a quien se acerca sonriendo y la abraza, ante tal gesto los guardias de Ingrid están atentos.
- No se preocupen – sonríe y mira a los guardias -, es mi madre, nunca me haría ningún daño.
- Por supuesto, ya que eres una Duquesa muy ocupada y que no tienes tiempo de recibir a tu madre podríamos conversar unos minutos en algún restaurante, y tomar el té. – responde Elizabeth.
- Para mi madre nunca estaré ocupada. Es mi madre quien me tiene abandonada, incluso parece que no quieres verme.
- No digas sandeces, si alguien nos escucha podría mal interpretarnos.
Ambas van a un restaurante cercano, al ingresar llaman la atención de las personas del lugar, Elizabeth pide la mesa más apartada, se escuchan murmullos en el lugar sobre ellas.
- Bueno ya estamos apartadas ¿Qué deseas? – Interroga Ingrid.
- Por favor Ingrid no me hables de esa manera.
- Basta, no me hagas perder el tiempo, no es necesario que actúes conmigo. Desde ya te digo que no te prestare dinero, ni suplicare ante mi esposo para que los ayudes.
- Esta es tu última oportunidad, después te arrepentirás.
- La última oportunidad del día, de la semana, cuántas veces más me amenazaras con eso… cuántas veces me dirás no eres mi hija y volverás a llamarme de esa manera… Muy bien, si tú no puedes yo lo haré no te considero mi madre eso ya lo sabes. Adiós, prepárate para la actuación.
Ingrid sale llorando del lugar, sorprendiendo a los clientes que enseguida confirmaron los rumores ya existentes la Baronesa no trata bien a su hija. Molesta Elizabeth busca a Olivia quien accede ir hablar con el Barón, al llegar a su hogar el mayordomo le indica a Elizabeth que Amaro atenderá en su despacho a solas a Olivia, situación que la inquieta, pero no puede oponerse, al ingresar Olivia saluda de forma apropia a Amaro, además de sonreírle de forma coqueta.
- La estaba esperando señorita – Amaro sonríe.
- Hace tiempo que quería conocer al gran Barón Funes, dicen algunas damas que es un hombre apasionado.
- También soy un hombre casado.
- No le estoy proponiendo matrimonio, quizás algo más fugaz, tan solo un encuentro.
- La llame para hablar de negocios. Usted quiere ser la próxima Duquesa, yo quiero beneficiarme del poder del Ducado, nos podemos ayudar mutuamente.
- Sin su ayuda, también lo podría lograr.
- Si fuera verdad, no se habría tardado tanto. Usted decide me tiene de enemigo o aliado. Como enemigo – se acerca a Olivia hasta acorrala contra la pared -, seré un padre muy sobre protector y usted terminara en un foso, nadie recordara su nombre.
- ¿Y cómo aliado?
- Nadie se interpondrá en su camino.
- Si fuera verdad porque no se ha beneficiado de la posición social de su hija…
- Porque mi hija fue educada de una forma decente, dispuesta a servir y ser fiel a su esposo, jamás actuaria contra él, en cambio usted solo quiere poder y si logra embarazarse será la dueña absoluta del Ducado
- Su nieto tampoco le importa…
- Nieto, ese niño no es mi familia, debe desaparecer junto a su madre.
- Entonces no perdamos el tiempo hagámoslo.
- Antes tenemos que resolver otro asunto – Amaro la besa apasionadamente.
Por otra parte, Samuel quien era el encargado de vigilar a Ingrid, fue junto a Dariel a comunicarle el encuentro de Ingrid y su madre.
- Dariel, tenías razón – menciona Samuel mostrándose afligido.
- ¿De qué hablas? – cuestiona Dariel.
- Ingrid se reunió con su madre.
- Ingrid…
- Perdón, la Duquesa, Dariel ellas tienen una buena relación, solo han fingido ante nosotros que no se soportan. Hoy hablaron de … - Samuel hace una pausa -, Dariel…
- Habla, no calles, dime todo lo que sabes.
- Hablaron de tu muerte.
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Buenas noches, días o tarde. Perdón por haber dejado abandonada esta novela por tanto tiempo, pero este mes ha sido muy complicado para mí, de antemano agradezco su comprensión y su apoyo.
