Matrimonio Ficticio.

(Nicolás)

Al oír mi nombre en su voz, y la vez, ver su belleza sin igual, me quedo perplejo, y ahora entiendo por qué Alessandro mantuvo a su hija escondida del mundo, también ahora entiendo por qué me dijo que la cuidara hasta de mi mismo.

Basta solo verla, para saber que debo cuidarla de mí.

Su rostro angelical esculpido a la perfección, su cuerpo como una escultura divina, entallado en un perfecto vestido que dejan ver cada curva de el, y su mirada, su intensa mirada me hacen tener pensamientos pecaminosos, y no es bueno lo que pienso, es algo delicioso en extremo, pero no es para Ella.

—Buenos días Alessandra.—Le contesto, tragando en seco y deseando que mis pensamientos jamás se hagan evidentes.

—Cariño, pensé que ibas a dormir un poco más.—Le dice Marlen a su hija, dándole un beso en su frente.

—No Mamá, dormir es imposible, no puedo; pero he aprovechado el tiempo.—Le dice en una voz tan serena, como una Princesa debe hablar.

—Nicolás, vamos a desayunar, ven vamos al jardín.—Me dice Marlen y Yo como el hombre obediente y sumiso que jamás he sido, camino detrás de las hermosas mujeres y sigo entendiendo a mi amigo, creo que ha este par, no se les puede decir que no.

Al ir a escasos dos pasos detras de Alessandra, y verla caminar con esa elegancia y clase, al oler su delicioso aroma, y ver la forma en que la brisa hace que su hermoso cabello se nueva, al verla así de hermosa, no puedo evitar seguir con mis malos pensamientos, pero respiro profundo y trato de enfocarme en algo más.

Llegamos a la mesa, es un hermoso espacio y veo a Marlen caminar hasta un árbol muy grande, es de la misma clase de árbol que está en el parque memorial, pone sus manos en su enorme tronco y se queda allí.

 Alessandra la vé, suspira y luego se queda viendo a una silla en específico.

De sus ojos empiezan a brotar lágrimas, ella llora en silencio.

Yo, saco mi pañuelo blanco y se lo doy, Ella lo toma y con discreción limpia sus lágrimas.

Cuando hace eso, me impresiona dos cosas, es que el pañuelo no tiene ningún rastro de maquillaje, eso quiere decir que su precioso rostro está al natural, y lo otro es que es toda una dama, y lo digo por cada detalle que veo en Ella.

—Gracias.— Me dice sin voltear a verme y pasando sus dedos con sutileza, en el respaldar de la silla donde tiene sus ojos.

—Por favor quédate con Él.—Le digo y Ella voltea a mi, y por primera vez me da una muy pequeña sonrisa, pero eso es más que suficiente, para que mi corazón quiera salirse de mi pecho.

—Yo también lo extraño.—Le digo y Ella mira mis ojos, como esperando que le hable de El.

—Si... lo sé, Papá me escribió sobre el fuerte lazo de amistad que tenían, eres como su hermano, asi que para mí, eres como mi Tío.—Me dice y no sé por qué sus palabras me han desconcertado, y es qué no encajan en nada, con mis pensamientos.

Y quiere deccaídoe debo controlarlos.

Ay Nicolás, tú él que jamás has caido en las manos de una mujer, no vas a venir ahora a quedar en ridículo ante una niñita, que te ve como su tío.

¡¡Dios es que tiene 18 años, pero se comporta con tanta madurez, que mi cerebro y mi cuerpo se confunden!!

—Asi es Alessandra, tienes razón, soy y seré siempre como un hermano para Alessandro, pues aun después de su partida, voy a hacer lo que me pidió que hiciera por El.—Le digo dejándola en silencio.

Veo a Marlen viene al mismo tiempo que la señora de servicio que me recibió.

Alessandra se pone de pie y le dice a la Señora.

—Tita, perdona que no te fui a ayudar.—La princes toma la charola y la coloca ella misma sobre la mesa, luego Ella con sus delicadas manos sirve el desayuno, a su madre y a mí.

—Te gusta el café negro o con leche.— Me dice sirviéndome el café.

—Negro por favor.—Le digo y termina de llenar mi tasa.

—Muchas gracias.—Le digo ante su gesto.

Veo que le sirve café a su Madre, mitad de café y mitad de leche; después se sirve ella misma, y por lo que veo La Princess, toma café negro y sin azúcar como yo.

—Nicolás, tengo varias cosas que hablar contigo, incluyendo el tema de la boda, supongo que a eso has venido.—La escucho decir, llamando no solo mi atención sino también la de su Madre.

Dejo el delicioso café, al que ya le había tomado un sorbo y pongo mi atención en la Preciosa mujer.

—No, no he venido por ese tema, he venido por muchos otros temas importantes, como por ejemplo el testamento de Alessandro.

El me pidió que te representara, el día de la lectura, pero El notario dice que debes ir.

Ahora con respecto a esa boda, creo que todavía falta mucho tiempo, así que es un tema secundario.—Le digo pensando en como una chiquilla de 18 años tiene todos mis sentidos puestos en Ella, pero es algo que debo ocultar de alguna manera.

Volteo a Marlen y al parecer no comprende nada, lo que estámos hablando su hija y Yo.

—Si, si voy a casarme contigo, y no voy a esperar, quiero hacerlo Ya.—Me dice y escucho a Marlén toser sorpresivamente.

—¡¡Que!!... ¿Cariño que locura estás diciendo.?—Le dice la Marlén a su hija.

Yo me quedo en shock, al igual que Marlen; pero no digo ni una sola Palabra, solo veo directo a los preciosos ojos, de Alessandra Sandoval.

—Si Mamá, Nicolás y Yo vamos a casarnos.—Le dice Alessandra a su Madre, que la mira sin comprender ni una sola palabra.

—No es gracioso Alessandra, este no es momento para bromas hija, creo que ninguno de los tres, estamos para eso. —Le dice Marlen.

—Mami te voy a explicar todo.

Y no es una broma, es la voluntad de Papa, y lo haremos con algunos cambios.

En la laptop que Papá me dejó, hay muchas cosas escritas, para mi.

Me habla desde su niñez, hasta el último día de su vida; muchas anécdotas, su historia de amor, su trayecto como empresario y me dá muchas recomendaciones y consejos para que yo siga sus pasos.

También habla de Nicolás, de su cercanía, de que Nicolás es un gran empresario que se maneja con gente que conocía a Papá, así que me pide que me case con su amigo, para que Él me introduzca en el mundo de los negocios y que me respalde.

Papá me dijo, que le costó un poco de trabajo convencer al soltero más codiciado de New York; pero que al final accedió a casarse conmigo.—Le dice la Princess a su Madre, pero con sus ojos directos a los míos.

—Yo no puedo creer, que Alessandro quisiera eso para Ti hija.

Nunca cuestioné las decisiones de Alessandro, pero esto es una locura.—Escucho a la Madre de la Princess.

—Tranquila Marlén, Alessandro si me pidió que me casara con Alessandra, pero eso será en cinco años, y será un matrimonio ficticio.

Nos casaremos y estaremos solo un año casados, en ese año Alessandra se pondrá al frente de todo lo que Alessandro dejó a su nombre, incluyendo la Empresa De la Familia Sandoval.

El matrimonio será bajo cláusulas especiales, así que ni tú, ni tu hija tienen que preocuparse.

Al pasar el año, nos divorciáremos y cada quien seguirá con su vida.

Eso es lo que me pidió mi amigo y claro que le dije, que solo lo haría, si Alessandra estaba de acuerdo.

Así que ahora te pregunto...

¿Estás de acuerdo en un Matrimonio ficticio?—Le digo a la mujer que me enloquece con solo una mirada.

—Si... pero no voy a esperar...

Quiero que ese matrimonio sea en esta misma semana...—Me responde con determinación.

—Alessandra, recuerda que el objetivo de ese matrimonio es respaldarte, para que te hagas cargo de todos tus negocios, y para eso debes terminar tus estudios.

Nos casaremos dentro de 5 años, tal como tu Padre lo indicó.—Le digo y Ella me mira, seria.

—Pues... Yo voy a cambiar un poco el plan de Papá.

Nos vamos a casar en esta misma semana, y me iré a estudiar, pero los fines de semana vendré y trabajaré a tu lado, siempre serás mi representante legal, pero estaré cerca de tí lo más que pueda, en mis dias libre y en vacaciones.

Aprenderé de ti, y Tu me presentaras como la hija de Alesandro Sandoval, ante las personas que ocupan cargos de jefaturas, ya sea en el hotel, en el banco donde tengo acciones y aún en la naviera Sandoval.

Me enseñaras a dirigir una empresa, y me enseñaras como actúa una CEO.

Yo seré como mi Padre, el mejor CEO.

Seré una reconocida mujer de negocios, me convertiré en la empresaria más joven y exitosa del país.

Y el nombre de mi Padre jamás será olvidado...

Invertiré todo el tiempo que me quede libre, para darme a conocer, así cuando me gradué, ya estaré en la brecha que Papá me trazo, nos divorciáremos y podrás seguir con tu vida.

Y no tienes por qué preocuparte, por el largo tiempo que estaremos casados, pues al estár estudiando, pasaré de lunes a viernes en la Universidad, y los fines de semana Se pasaran muy rápido.

Además, dejaremos establecido, que cada quien puede hacer con su tiempo libre, lo que quiera...

Son más o menos 240 fines de semana, los que estarás a mi lado, eso es más que suficiente para qué Yo aprenda.

Después de eso podrás olvidarte de mí, para siempre.—Me dice la Mujer, que me tiene impactado con su forma tan imponente de hablar.

—Bueno, si eso es lo que quieres, está bien, nos casaremos en dos dias.

Pero no vayas a culpar a nadie, si las cosas no salen bien, y me refiero a tus estudios, pues no es fácil estudiar y trabajar a vez, te lo digo por experiencia propia.

Pero no voy a convencerte de lo contrario, pues tú eres responsable de tus propias decisiones, Yo solo estoy cumpliendo con la voluntad de tu Padre.—Le digo a Princesa de Alessandro, ante la mirada no solo de Ella sino de Marlén que se ha quedado observándonos, en silencio... totalmente en silencio.