REENCARNACIÓN O TRAMPA

Mora protegió a Darko con su vida, incluso del mismo difunto emperador en aquella época que no quería que Sion tenga competencia.

Es por eso que Mora puso a Darko desde temprana edad como parte del ejército imperial, no lo quería cerca de las macabras maquinaciones del palacio imperio, demostró que no era un peligro para la posición de Sion y le juró al difunto emperador en su lecho de muerte que Sion sería el heredero.

Así fue como Mora gobernó como madre emperatriz 5 años hasta que Sion tuvo la edad para tomar el poder, sin embargo, la fuerza de Mora resultó tan fuerte que Sion aún debe pedir su apoyo, para sobrellevar temas de gobierno.

Darko como si nada, a los 18 años ya era un soldado de elite impresionante y tomó el control del ejército en la última guerra contra el imperio del norte, los derrotó como si nada.

Ahora es el general de ejército con un poder que hasta el mismo Sion tiembla al escuchar su nombre y teme que su pequeño hermanito lo derroque.

La pobre Tamara solo recuerda que es el hijo querido de Mora, de la madre emperatriz, en sus recuerdos, no se ve el rostro de Darko. Siempre lleva un yelmo que cubre casi la totalidad de su rostro, además Tamara estaba tan perdida en su mente perturbada que apenas y distinguía su entorno antes de su muerte.

—¿Qué pasa?, ¿tanto le temes al General? —dijo Bogo mientras se arrastra por la cama para tratar de alcanzarla, mientras Tamara está ahí como una tonta en trance.

—¿Darko?, ese Darko, ¡maldita sea!, estoy muerta —Tamara casi pierde la fuerza y se desmaya, mientras Bogo tiene cara de circunstancia, ella parece tenerle un miedo atroz a Darko Tous.

Bogo la atrapó antes de que ella caiga en un trance. La volvió a la cama, mientras la calma dándole golpecitos en la espalda, esa majadera es insoportable, pero ahora está más preocupado por su reacción.

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Mientras Tamara entra en pánico, Mora sale en la noche con un traje de mensajero, parece un mensajero más, se monta a un caballo con dos guardias disfrazados de la misma manera, y parten a todo galope hacia el camino del este.

Mora llegó y vio a Salek, el hombre la recibió mientras ella sonríe, años sin verse, años sin estar juntos, respetaron todas las normas de la sociedad, dejaron pasar lo 10 años de luto por ser personas de alto rango, ahora decidieron retomar su amor, aunque aun con reservas, no quieren perder más tiempo.

—Mora, querida —dijo Salek abrazándola y de inmediato recibió una respuesta igual de cálida.

—Salek, tan zalamero como siempre…, gracias por recibirme a estas horas, pero debemos hablar de algunos temas, estoy un poco preocupada —dijo Mora mientras se dirigen al interior de la mansión.

Liliana salió corriendo para abrazar a Mora, Liliana la adora, como a nadie en el mundo, se porta como una niña, mimada cuando ellas están solas.

—Tía Mora, casi no vienes a vernos, solo nos encontramos en actos públicos, ya no me quieres —dijo haciendo un puchero mientras Mora sonríe y le acaricia el cabello.

—Niña tonta, estaba por huir con tu padre hace un mes y si no fuera porque al fin ella llegó, estaríamos más lejos aún, así que no me hables en ese tonito quejumbroso, más bien, disfrútame —dijo sonriente.

Salek sirvió algunos aperitivos y comenzaron a hablar de cosas circunstanciales, y comenzaron con el tema más difícil, Tamara.

—Mora, ahora que ella ha llegado, dime, ¿qué debemos hacer? —dijo Salek mientras toma una taza de café.

—Ahora es cuando debemos estar más prudente, sabes que ese maldito está pendiente, estoy segura de que sabe bien quién es Tamara o por lo menos el alma de Lina lo atrae más que nada, debemos tener cuidado —dijo Mora mientras todos asienten.

—Tía Mora, crees que debamos decirla la verdad a Tamara, por lo que visto, ella aún no sabe que nosotros estamos aquí. Estoy segura de que tampoco sabe lo que pasó en el mundo real, si supiera lo equivocados que estábamos todos, lo perdidos que hemos estado durante esa vida, realmente es lamentable —dijo Liliana con lágrimas en los ojos.

Mora asintió mientras Salek miraba por la ventana, no está seguro si las trampas que pusieron vayan a ser efectivas, pero definitivamente deben esperar que esta vez, todo salga bien.

—Mora, querida, creo que debemos decirle con cautela, temo que pueda asustarse, más aún cuando hay tanto peligro, además, la voz de la reencarnación nos advirtió a todos que no debemos revelar la verdad hasta que sea necesario, más aún cuando Tamara esté en peligro, podría dar un giro la historia y dejarnos en la oscuridad —dijo Salek mientras Mora y Liliana asienten.

Salek, sé que tenemos un momento determinado para decirle todo, solo a partir de ese momento podremos revelarle la verdad, habrá una señal clara que nos dará la voz de la reencarnación, solo ahí podremos decirlo todo, pero podemos decir ciertas cosas al azar, eso ayudaría a Tamara para que se dé cuenta de muchas cosas.

—Que hacemos con Lyon, ese idiota anda por ahí como un tonto —dijo Liliana, mientras que Salek niega con la cabeza.

—Esperemos, mientras su protector natural este cerca, no hay problema, ella va a estar a salvo, hay que cuidarla de las serpientes, esas concubinas son muy ladinas, aunque ella aorta no es parte del harem, seguro que pasar de concubina a esposa de un archiduque va a levantar envidia, cuidemos a Tamara —dijo Salek, mientras todos quedan de acuerdo.

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Mientras tanto, Bogo abraza a una asustada Tamara; sin embargo, la suscrita piensa detenidamente, tal vez, si lo conoce antes, pueda convencerlo de que no la asesine, si ella hace algo malo, podría incluso hacer una alianza, eso era, una alianza.

—Pequeño demonio, ¿en qué piensas con tanta profundidad?, deberías dormir, es tarde —dijo con voz ronca, él está dormitando mientras esa niña revoltosa se remueve inquieta.

Tamar abrió los ojos y se dio cuenta, ¿en qué momento ese soldado se había quedado ahí y para colmo en su cama?

—Bogo, ¿que haces aquí?, sal de mi cama, sal de mi habitación, realmente eres… —pero se calló cuando sintió un beso suave en su frente.

—Tami, ya, ya, no te asustes, yo te protejo, el soldado cochino te protege, nadie te va a lastimar —dijo para abrazarla de nuevo y le dio palmaditas suaves en la espalda.

Bogo se durmió abrazándola descaradamente mientras Tamara tiene un signo de interrogación en la cabeza.